No es solo un recorrido urbano en cuatro ruedas. Es, más bien, un viaje fantástico por los distritos más sostenibles, históricos, heroicos y bohemios de Lima. Un full day “sin precedentes” porque ningún otro tour urbano te mostrará mejor la Ciudad de los Reyes como este circuito turístico.
Por Gunther Félix
Conocer en 24 horas la única capital con mar en Sudamérica, la segunda metrópoli más grande del mundo sobre un desierto después de El Cairo, y la ciudad que hizo que el escritor español, Hernán Migoya, le dedicara una obra literaria en el que revelaría su amor por ella es científicamente, difícil de cumplir. No obstante, puedes intentar aventurarte a un sorprendente viaje urbano que te llevará por los principales atractivos que tiene Lima. Un recorrido interactivo que te resumirá la estadía.
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Pues como bien sabes, lo complicado de adentrarse a una jungla de cemento es tener que lidiar con el infernal tráfico y la agitada cultura combi. Pero descuide, que después de seguir nuestros pasos verá que las 24 horas del día les serán suficientes como para comprender sobre la diversidad cultural, histórica, folklórica y gastronómica de la Ciudad de los Reyes.
Para entender por qué la capital del Perú es la tercera ciudad más visitada de Latinoamérica hay que alejarse de las viejas costumbres. O sea, alejarse por un rato de las calles cosmopolitas. Y empezar a respirar tranquilidad allá, en San Isidro, el distrito sostenible por excelencia cuya fuente de oxígeno es un viejo parque llamado El Olivar.
Dicen que en este antiguo bosque, durante la época virreinal, se plantaron 300 olivos que habían sido traídos de España en 1560. Sin embargo, los brotes no rindieron y solo una sobrevivió. Con eso bastó para que con el tiempo brotaran, hasta la actualidad, alrededor de mil 600 olivos y otras distintas especies de árboles.
Pero, no solo encontrarás un entorno natural en este recodo de una ciudad enclavada en medio de un desierto. También están allí antiguas casonas que pese a que quedar varadas en el tiempo, siguen manteniendo su perfecto estado de conservación. Como si los colonos ingleses, austriacos, alemanes e italianos nunca se hubieran marchado del territorio peruano.
Museos de tierra
La ruta continúa hasta la huaca Huallamarca, antiguamente llamada Pan de Azúcar. Esta construcción preinca, en forma de pirámide trunca ubicada en pleno zona residencial de San Isidro. Lo realmente alentador es respirar estos aires y escalar hasta la cúspide de una de las huacas más altas de Lima, es sola una más de las 500 que hay oficialmente desperdigadas en toda la ciudad.
Sorprende sobre todo que cada día muchos turistas pasen raúdamente por esta metrópoli solo para abordar otro avión hacia la capital de los Incas, en Cusco, sin que hayan conocido antes los centros arqueológicos que cobija la Ciudad de los Reyes. Y que, por cierto, representan miles de años de historia. La huaca Huallamarca fue utilizada como cementerio para refugiar a los fallecidos de la cultura Lima, Ichma y Chancay hace 2 000 años.
Y eso que aún no te hemos dicho que fuera de esa capital habitada por gente caucásica, inmigrantes del interior del país y, últimamente, extranjeros latinoamericanos, se encuentra la segunda ciudad más antigua del mundo. Hablamos de Caral, la metrópolis de piedra con 5 000 años de antigüedad, mil años después que Mesopotamia y mil años antes que Egipto. Pero eso lo sabrás más adelante.
Miraflores con amor
Por ahora es momento de ponernos un poco románticos porque acabamos de dar el siguiente paso por el distrito costero de Miraflores. Y aquí lo segundo que más llama la atención a los peatones después del infinito Pacífico, es el muy visitado Parque del Amor. Más aún porque allí, en medio de murales vistosos y coloridos, se alza una pareja melosa que no ha dudado en gritar su amor a los cuatro vientos con un beso largo, eterno y duradero.
Esa escultura se llama El Beso y es el autoretrato del artista peruano Víctor Delfín y su infaltable musa Ana María. La ubicación de semejante estatua no podía estar en mejor lugar, sobre todo porque en Lima no existen monumentos a los amantes y este regalo artístico es un símbolo para los descorozonados que aún no pierden la esperanza de encontrar su media naranja. Si esta escena no te ha dejado ‘templado’, espérate a conocer las mil y un obras de arte que este ilustre personaje almacena en su casa con vista al mar, en Barranco.
Y es que ubicarlo no es difícil. Más allá de la bajada de Armendáriz, donde un hombre comparte sus sueños de volar vendiendo coloridas cometas, se esconde el hogar de Delfín. En su interior cada rincón está adornado con hermosas esculturas de caballos, cada pared decorado con pinturas sobre el sexo y cada estante con adornos que hacen alusión a los búhos.
Entre bohemios y heroicos
Lo mejor de la visita es que al finalizar el día todavía continúa. Tu andar por el distrito más bohemio de la capital se volverá cada vez más inspiradora tras enterarte que estas más de un artista han nacido o vivido en esta pequeña ciudad de escritores, poetas y cantantes. Solo atrévete a visitar el Puente de los Suspiros para darte cuenta que el talento nacional surge en cada esquina.
De vuelta a la ruta, aprovechando la cercanía con el distrito heroico de Chorrillos tu viaje avanzará hasta ascender al Morro Solar, donde tendrás una buena vista general de toda la ciudad. Una vez allí, puedes visitar el Planetario de Lima, dar un par de vueltas por la Cruz iluminada o admirar aquel monumento que rinde homenaje al Soldado Desconocido, en honor a los miles de combatientes NN que praticiparon en la Guerra del Pacífico. Aunque parezca un simple mirador, la parada es más que alucinante porque combina lo religioso con lo patrio y la investigación científica.
Luego descenderás la costa, rodeando los distintos balnearios limeños, hasta un restaurante donde hace más de cincuenta años fue el escenario de un amor intenso, clandestino y trágico. La trágica historia es protagonizada por Roberto Carlos que escenifica cada día el Salto del Fraile: cada día se lanza decenas de veces al mar, entre los peñascos y olas que van y vienen. La recreación es parte de una leyenda de amor prohibido que terminó en un fatal desenlace.
Pero no todas las cosas terminan en tragedia en Lima. Si el día se ha teñido de gris, la mejor manera de alegrarlo es al mediodía. A esa hora la gente busca concentir el paladar o espantar al fantasma del hambre. El único antídoto o al menos el más utilizado son los restaurantes que se erigen en fila en el mercado N° 1 de Surquillo o en los más lujosos que reciben a cientos de turistas en Larco Mar. En el primero el costo de cada potaje es accesible al bolsillo, mientras que en el segundo hay que invertir más pero lo vale pues tienes una vista en primera fila al océano Pacífico.
Ciudad de Reyes
Para la tarde el circuito deja las ruedas para emprender una nueva ruta a pie. De hecho, los primeros pasos después del almuerzo se dan al interior de la iglesia de San Francisco, atravesando catacumbas estrechas, bóvedas de arte, salones ostentosos y bibliotecas impresionantes.
Al culminar esta visita no se puede dejar de lado la entrañable Plaza de Armas, recorrer por la concurrida alameda de Chabuca Granda antes de partir a un remanso cultural donde van todos los amantes del arte: el Museo de Arte de Lima (Mali). Es allí, en sus salones, donde se narra a través de auténticas piezas históricas que datan de la época prehispáinica hasta el periodo republicano del Antiguo Perú.
Con el advenimiento de la noche un generoso pisco sour te reanimará para que tus pasos no terminen en el Parque de la Exposición, sino, más bien, continúen hasta las acrobáticas fuentes de agua del Parque de la Reserva, cuyo show acuático cerrará con ‘broche de oro’ tu día en una Capital de Naciones. Una ciudad que no deja de sorprender a los visitantes, quienes deben visitar al menos dos veces esta ciudad.
En Rumbo
Para reservas puede escribir al correo reservations@expertiziatravel.com o llamar al 934185867.
Recuerda que el tour de la mañana es de 9 a.m. a 1:30 p.m. y comprende los distritos de San Isidro, Miraflores, Barrancho, Chorrillos y Surquillo. El tour de la tarde empeiza a las 3 p.m. y culmina a las 8:30 p.m. Esta última recorre el Centro Histórico de Lima.
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