Una vez más la Comunidad Campesina de Asia se alista para celebrar su gran fiesta en honor a la mítica flor de amancaes, celebración que cada año toma más fuerza y lleva a cientos de personas a observar de cerca su fugaz florecimiento.
«Cuando te vuelva a encontrar que sea junio y garúe
me acurrucaré a tu espalda bajo tu poncho de lino
y en la cinta del sombrero quiero ver los amancaes«
Es junio y tiempo de garúa en la capital. Algunas crónicas narran que en sus viajes de investigación, Charles Darwin divisó Lima desde el mar y la describió como una ciudad de cielo plúmbico y de cerros amarillos. En la lejanía, el científico inglés no podía saber que ese era el aspecto de la metropoli a mediados del siglo XIX, al iniciar el invierno: las flores de amancaes, alimentadas por la intensa garúa, florecían y engalanaban los cerros costeños.
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Su florecimiento convocaba una fiesta en la antigua Ciudad de los Reyes, y al empezar el solsticio de invierno, las pampas de amancaes en el Rímac se volvían una fiesta que congregaba a todo Lima, celebración que nuestra más entrañable compositora, Chabuca Granda, retrataba bellamente en una de sus más afamadas canciones.
De esta fiesta solo quedaba el recuerdo y en recuerdo también hubiera podido quedar, una de las flores más representativas de la capital peruana. Los inconfundibles pétalos amarillos y centro verdoso de este lirio son de una gran belleza, pero esconden una trágica condición: sólo florece una vez al año y su floración dura tan sólo cuatro días.
Durante la estación más fría y nublada, las lomas que rodean la ciudad de Lima se iluminan con color durante esos cortos días y, a pesar de lo poco que dura, su belleza ha inspirado a personas de todo tipo.
Regresar la festividad del olvido y también a los amancaes ha sido un reto para el Proyecto Lomas de la Comunidad Campesina Asia. La comunidad le abrió las puertas a la conservación de esta flor y se convirtieron en el albergue perfecto para una especie emblemática. En junio ya no hay que enrumbar para verlas florecer a las pampas de Amancaes, hay que hacerlo a las Lomas de Asia.
«Desde 2015 se han hecho estudios biológicos en estas lomas y se han establecido ciertas áreas de protección, se redujo el pastoreo y una serie de tareas que han valido la pena para los asianos, pues en sus lomas se lucen miles de flores de amancaes», señala Iván Reyna director del proyecto. Por estos tranquilos parajes la mítica flor deja de ser un recuerdo y puede observarse en todo su esplendor.
Para celebrar el esfuerzo este 30 de junio se celebra el VI Festival de la Flor de Amancaes y el Proyecto Lomas de Asia y la comunidad campesina esperan con los brazos más que abiertos. Una buena ocasión para disfrutar de la gastronomía típica, bailar la danza de las pallas, recorrer las lomas y deleitarse con el paisaje y la fragancia de esta flor endémica de estos ecosistemas y casi inexistente en el resto de la costa peruana.
Los visitantes también podrán observar cómo se prepara el camote huatiado, la chacalla, la chicha de maní y degustar los platillos típicos como la sopa bruta, carapulcra, charquicán de raya seca, picante asiano, yuca a la olla sin olvidarnos de postres como los picarones de yuca, el camotillo y humitas de choclo. También podrá degustar los vinos y pisco producidos en el valle de Asia.
No olvide colocarlas en el sombrero cuando las recoja y hacer un pago a la tierra por el regalo que tiene de observarlas nuevamente en esta localidad. Tiene en sus manos una especie verdaderamente especial, su colorida presencia nos alerta de que incluso en invierno siempre es posible florecer.
¿Qué llevar?
- Lleve casaca impermeable (clima húmedo o lluvia ocasional), zapatillas de caminata o botas de jebe.
- En el paradero de Asia (Km. 101 de la Panamericana Sur) hay taxis que llevan a las lomas. El costo es a partir de 20 soles. El tiempo que emplea es 20 minutos.
- No olvide llevar bolsas para recoger todos los desperdicios que genere.
¿Cómo llegar?
Para llegar a la loma Quilmaná, donde se realizará el festival, se sigue la carretera que empieza en el Km. 101 de la Panamericana Sur, la que pasa por La Capilla, Santa Rosa, Esquina de Asia y continúa por el antiguo camino que lleva a Quilmaná. O por la carretera que parte en el Km. 103 de la Panamericana Sur, desde la Joya a Esquina de Asia.
Contacto: Escriba a Iván Reyna a laslomasdeasia@gmail.com o llámelo al 993 027767.
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