Llega el fin de semana. Y siempre es mejor pasarlo en familia o con amigos, cerca de Lima. Huarochirí, es ideal: con sol, paisajes y toboganes naturales. Los niños son los que más lo disfrutarán.
Que en unos segundos el alma te suba a la cabeza. Y que en esos segundos somos totalmente conscientes que es una caída libre ¡Vaya a la velocidad a la qué vamos! Pura adrenalina.
A una hora de Lima, en el kilómetro 63 de la Carretera Central, está el caserío de Songos. Desde allí se inicia el ascenso para llegar a una suerte de toboganes tallados naturalmente en las piedras. No te preocupes, pues el camino está bien marcado, así que no hay donde perderse. A sólo veinte minutos de empezar, ya se es posible disfrutar de algunas cascadas, una de ellas es la “Trenza de la abuela”, la caída de agua más emocionante durante el camino cuesta arriba.
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Pero lo más interesante, lo más esperado, de este caserío en el distrito de San Jerónimo de Surco, en Hurochirí, son los toboganes. A los que se llega en dos horas de recorrido a pie. Esos 10 metros de altura, asustarían a cualquiera de no ser por su extraña forma . Además el fondo de una piscina natural invitan a primera vista a deslizarse por el tobogán. Una aventura perfecta para ir con la familia, sobre todo con los niños. Son ellos los más emocionados con estos chapoteos.
Anímese a caminar acompañado de árboles que parecen salidos de cuentos de hadas y resbalarse por toboganes de roca que terminan en un pozo de agua cristalina y con un sol espléndido de Matucana. Eso sí, no olvide llevar ropa adicional por si se moja con estos sorprendentes toboganes naturales.
Unas buenas zapatillas con cocada, bastones, bloqueador solar y repelente para insectos harán más agradable su visita. Por seguridad lleven una cuerda. Buen viaje.
En rumbo:
¿Cómo llegar?
Si va en transporte público, en Chosica (parque Echenique) tomar las cousters que van a Matucana y bajarse en el km 63 de la Carretera Central, ingreso al caserío de Songos, Identiificable por el arco de Songos. El pasaje está 3 soles.
Desde allí camine hasta un arco que marca la entrada al caserío que dice “Bienvenidos a Songos”, luego continúe por un sendero bien marcado. Primero se cruza un puente, hasta unas casas. A partir de allí, se debe tomar el camino hacia la izquierda. Preguntar por las cascadas, pues la otra vía lleva hacia el pueblo de Linday. Son aproximadamente 2 horas hasta los toboganes.
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