El límite de la patria espera con un verano ardiente, playas solitarias y escondidas por la carrretera y el sol de los andes siempre presente. Qué vivan los descubrimientos con los más pequeños en La Heróica.
Antes de despedirte del Perú has de llegar a Tacna. Aquí no hay grandes plazas mayores, pero sí gente bonita y lugares para pasarla bien. Y tanto si es la primera vez que vienes o la enésima, hay paradas que siempre hay que hacer toda vez que se descubra o se regrese (muy aparte de las ferias y galerias para hacer compras).
Playeando en frontera
La playa Boca del Río es una de ellas, aquí se reúnen la mayoría de bañistas en Tacna, pero hay que advertir que esta playita alberga pozitas , su orillas son bastante rocosas, motivo por el que aquí los chapuzones son moderados. Este Balneario se encuentra a unos kilómetros de la ciudad de Tacna muy cerca a la desembocadura del Río Sama.
Su fresca brisa, sus playas convertidas en pozas anchas y planas, de aguas tranquilas y poco profundas hacen que al poner un pie en esas arenas comiencen la ganas de descubrirla paso a paso, con C-A-L-M-A. Sin horarios…¡según te apetezca en cada momento! y de pronto es un paraíso para disfrutar con los niños.
Solo hay que llegar al terminal Bolognesi y desde allí salen buses y autos que en al menos una hora te llevarán a Boca de Río. En el mismo terminal salen buses para otras playitas como Los Palos, solitaria, de arena fina, y tan azul como lo puedas creer.
En Los Palos las olas son anchas y ajenas pero mansas. Y ya sea en auto propio o en bus, llegar hasta allí toma un poco más de dos horas, cuando luego de pasar por campos de olivos, y a unos escasos kilometros de frontera, por fin se divisa su horizonte azulino. Esta playita cuenta con nueve bungalows totalmente amoblados, que incluyen cocina, cochera y agua caliente las 24 horas del día, ideal para quedarte por aquí largas temporadas. No cuentes por aquí con el wifi- Es una playa poco concurrida y los bañistas que llegan hasta aquí buscan apartarse un rato y tienen la complicidad del entorno rural de la Yarada para hacerlo.
Una vez cumplidas las ansias playeras, de regreso en Tacna hay que hacer una parada en la Paletería y disfrutar de las extrañas combinaciones de paletas. Tres favoritas: Fresa con leche condensada, lúcuma con chocolate, Queso helado, un clásico sureño. Cercana a la Alameda Bolognesi hay varias combinaciones para ahogar el intenso calor y endulzar el paladar. Sin embargo la travesía playera no acaba aquí. Una joya playera espera en Ite. Se trata de La Meca.
Descubrir La Meca forma parte de una serie de eventos afortunados y exploración litoral. Para llegar a esta playa es necesario ir en auto propio pues está a unos cuantos metros de la Panamericana sur o si se es arriesgado tomar un bus de Tacna a Ilo y bajarse en medio de la nada luego de pasar el paradero Morro Sama, en el Puerto Grau.
Ni bien se pone un pie en estas arenas salta a la vista que esta playita tiene su encanto. La arena playera tiene una tonalidad verdosa que se atribuye a los meses en que el humedal puebla estos lares. Aquí ya hay infraestructura playera esperando: mesas, sombrillas y servicios higiénicos que funcionan regularmente los fines de semana. El resto de días hay que tomar precauciones y llevar de todo pues este lugar luce completamente desolado sin embargo y precisamente por este detalle la playa es asombrosa.
El agua transparente se presta para observar el fondo marino. Aquí es posible bucear y hacer snorkel a tus anchas, incluso pescar. También observar el paso de aves guaneras que en un extremo de la orilla han poblado el roquedal haciendo este una costra blanca que hay que explorar.
Más allá del litoral
Tacna no demanda mucho trajín para, de un momento a otro, pasar del litoral a los andes. Por eso no hay que dudar ni un momento en el relajo que puedes encontrar en sus baños termales. Parecen fuera de temporada pero nunca lo están. Así que hay que salir un rato rumbo a Pachía, a una hora y media de la ciudad de Tacna y caminar bajo el sol intenso del desierto para descubrir los petroglifos de Miculla.
Un bosque de piedras es una de las definiciones que podría darse al Complejo Arqueológico de Miculla, en el distrito de Pachía, que contiene un aproximado de 1,500 petroglifos y dos puentes colgantes de antiguo estilo andino, aunque no son prehispánicos y tienen visos de modernidad.
En los petroglifos abundan las escenas antropomorfas, zoomorfas, fitomorfas, y astrológicas. Algunos señalan que pueden ser pistas de rutas de tráfico dejadas por nómades o tienen un carácter eminentemente ceremonial y ritual, relacionada con el desierto, el agua y la fertilidad. Sin embargo luego de la aventura quedan las ganas de refrescarse y hay que hacerlo en Calientes, los baños termales, en donde además encontrarás un curioso museo de tecnología setentera y ochentera (ideal para enseñarles a los nativos digitales como era la vida antes de la llegada de la conectividad) .
Antes de marcharse de Pachía es una obligación comer el famoso pastel de choclo que tanto te recomiendan probar. Para eso es menester dirigirse al pequeño y acogedor restaurante de Doña Nora, en la calle Arias & Arejuez, muy cerca a la plaza central. Te aseguro que no quedará bocado sobre el plato.
Es obligatorio también el paso por el Jardín Botánico Casaverde, que cuenta con una gran colección de suculentas y cactáceas de la zona y de buena parte del sur del Perú. Aquí también se encuentra frutales del lugar y por una entrada simbólica te vas enterando de un poco del patrimonio natural de la zona.
Otra de las incursiones que no hay que perderse en Tacna es una salida a Tarata y los baños termales de Ticaco. Al traspasar el Alto de La Alianza, el mirador natural de la ciudad y en donde hay un museo de obligada visita, en el camino te enteras que fue Tarata la frontera peruano -chilena post Guerra del Pacífico. En tanto y luego de algunas horas y antes de sumergirse en las altísimas temperaturas de las pozas termales de Ticaco( llegan hasta los 47° C) y no morir en el intento, hay que darse una vueltita por la iglesia colonial de Tarucachi y admirar su estructura tallada en piedra, andar un tramo del Camino Inca que une Tarata y Santa María donde además es posible cruzar las cuevas de Qalaqala y ,porque no, si se tiene suerte, cruzarse, en algunos de esos peñascos de la serranía tacneña con una tropilla de guanacos. Después de todo este trajín viajero ya puedes comenzar a pensar en hacer las compras en Tacna, no sin antes darte un banquete durante el desayuno en el Mercado Central : Huevos en paila, Ave Mayo, una reponedora taza de café con leche y unas emblemáticas aceitunas tacneñas.
En rumbo:
Playas: Boca de Río está a 52 km al suroeste de la ciudad de Tacna, en bus o en auto. Hay llegar al Terminal Bolognesi, sino se cuenta con auto, el cual está ubicado a tan solo dos cuadras del Terminal internacional (donde llegan autos y buses desde Arica) y del Terminal nacional. Desde allí también es posible salir en un bus a la playa Los Palos.
Para llegar a la Playa La Meca es mejor tener auto propio, pues los buses interprovinciales no siempre paran por aquí, siempre es un riesgo quedarse en la vía. El paradero autorizado es el Morro Sama, donde se ubica el Muelle pesquero. Para aprovechar la parada hay que comerse un cevichito de lo más fresco en Puerto Grau. Hay un grifo para aprovisionarse en este paradero pero todo pago es con efectivo. El muelle está cerrado para el público en general .
Aguas termales: Calientes está en Pachía y solo hay que tomar los autos a la salida de Tarata. El pasaje oscila entre los 4 a 5 soles y la entrada a Caleintes es de S/10 adultos y S/5 niños. El ingreso a las pozas es por una hora pero hay que esperar turnos. No vaya el fin de semana. Esta abarrotado. Los baños termales de Ticaco sí estan a unas horas de Tacna y son famosos por las altisimas temperaturas de su aguas volcánicas. En un primer momento no podrá soportarlas pero luego nadará como pez en el agua. No se vaya sin probarlas. La entrada esta S/ 7 soles y los niños no pagan.
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