En la provincia de Rioja, en la región San Martín, un agricultor -con apoyo del Acuerdo de Conservación- ha convertido su fundo en un destino obligado para los observadores de aves.
Iván Reyna Ramos /Revista Rumbos
Hay aves que se les escucha cantar en el bosque, pero así esté a un metro no se les ve. Sin embargo, en las 12 hectáreas del fundo de Norbil Becerra García que pertenece al centro poblado Arena Blanca, distrito de Naranjillo, provincia de Rioja, con toda seguridad se les observa a través de miradores que ha implementado.
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Es el caso de la codorniz de pecho rufo (Odontophorus speciosus), la perdiz cenicienta (Crypturellus cinereus), la perdiz chica (Crypturellus soui), que son muy difíciles de observarlas en otro lugar, pero en este predio privado le han dado todas las condiciones para avistarla sin ningún problema.
Igual sucede con los colibríes. Aquí se pueden observar 27 especies a lo largo del año. Los más requeridos por los birdwatchers son: el cola-cerda crestado (Discosura popelairii), la coqueta de cresta rufa (Lophornis delatrei), el ala de sable Napo (Campylopterus villaviscensio). Además, es propicio para avistar al gallito de las rocas andino (Rupicola peruvianus), el periquito de ala punteada (Touit stictopterus), entre otras especies.
Todo esto se da, cuando Norbil Becerra, en el 2013 firmó los Acuerdos de Conservación con la jefatura del Bosque de Protección Alto Mayo que llevan adelante el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), Conservación Internacional (CI) y la Asociación Ecosistemas Andinos (ECOAN).
Al hacerse suscriptor, empezó a recibir asistencia técnica respecto a la producción de café y pitajaya que cultiva en sus parcelas demostrativas, así como también, capacitación sobre turismo de observación de aves. Es entonces, que la estrategia de los Acuerdos de Conservación le ha dado los medios para que monte una infraestructura amigable con el bosque, donde habitan especies restringidas.
Un detalle a tener en cuenta es que Norbil está enseñando a sus descendientes en la actividad del turismo de observación de aves. Su hijo Henry (15) y su sobrino Víctor Hugo (13) ya se han involucrado responsablemente en el tema. Cuando no está papá Norbil, ellos mismos son. Es lo que se llama sostenibilidad.
En Rumbo:
Costo: S/30 soles.
Informes: T: 972615423.
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