El turismo en nuestro país tiene que reinventarse. Viajar es ya inherente a todos, ha dejado de ser un lujo, y en nuestra opinión, tal y como se presenta este desafío, recuperar la industria va a tener que pasar necesariamente por no seguir siéndolo y abrir sus puertas al viajero local- con muchos menos recursos que el viajero del exterior -y con otras apetencias.
Pero, ¿vamos a incentivar el turismo interno de siempre, ese turismo consumista, arrasador, desordenado, abrumador y olvidarnos de las lecciones aprendidas que nos está dejando el Covid -19 ?Ciertamente es la oportunidad de cambiar y en eso hay una gran responsabilidad en el sector. Desde nuestra tribuna siempre hemos hecho hincapié a la promoción del Turismo de Conservación y el Turismo Rural Comunitario, en especial. Hasta antes de la pandemia, ambos no eran parte del universo turístico que se disputan la gran mayoria de operadores, salvo cointadísimas experiencias, -por cierto exitosas-. Ahora que estamos traduciendo turismo interno y volteamos rapidamente al turismo rural y de naturaleza como posibilidad, coincidimos con Lieve Coppin que nuestro país tiene muchos ingredientes para evocar en sus destinos sostenibilidad y colaboración y generar experiencias transformadoras; pero no tiene como cocinarlos. Cómo hacerlos visibles y atractivos. Esta nueva normalidad es la oportunidad para hacerlo, para mirar hacia adentro y desarrollar esos tantos pendientes, no solo en infraestructura, también y por sobre todo, en capital humano local . Ojalá podamos aprovecharlo. Reinventarse, no hay otro camino.
Tomado de Caretas
Debido al cierre total de fronteras y a la orden de cuarentena impuesta en la mayoría de países del mundo, uno de los sectores más afectados por la pandemia generada por el Covid-19 es el de viajes y turismo. De acuerdo a Lieve Coppin, Decana de la Facultad de Administración en Negocios Hoteleros y Turísticos de la Universidad Le Cordon Bleu, esta situación ofrece una oportunidad única para el sector pues permite replantear el modelo de desarrollo actual, estableciendo nuevas prioridades que impulsarán al sector.
Sin embargo, para hacer frente a este nuevo desafío, sin precedentes, primero es necesario que todos los actores involucrados comprendan que no vamos a regresar -ni debemos- a lo que hemos conocido hasta ahora como normalidad.
MÁS RUMBOS:
El segundo punto clave, de acuerdo con Coppin, es entender que se requiere un cambio de paradigma. “Desde hace algunos años se debate sobre el agotamiento del modelo basado en un crecimiento lineal del turismo, es decir, buscar más turistas y más divisas mientras que las necesidades de las comunidades locales permanecen desatendidas. El turismo, tal como está planteado actualmente, está generando mayores problemas ambientales y sociales en los destinos. El turismo de masas se ha convertido ya en la mayor amenaza para la sostenibilidad, el bienestar e incluso la convivencia en las ciudades europeas que acaparan el mayor número de visitantes, como Barcelona y Venecia . Por tanto, es necesario comprender que se requieren cambios”, indicó la Decana.
Lieve Coppin señala que la transformación del sector deberá darse de raíz y a conciencia. Ello implica reconectar con nuestro alrededor y trabajar más en armonía con la naturaleza, involucrando a las comunidades y sus recursos como parte esencial de esa reconstrucción. Lo que ayudará a crear cadenas de valor más resilientes y productos o servicios más diversos e inclusivos.
Para responder a la pregunta sobre cómo hacemos ese cambio, la vocera señala que no existen fórmulas mágicas ni precisas porque no conocemos la duración ni la profundidad de la crisis que estamos viviendo. Sin embargo, identifica tres ejes centrales que pueden servir de guía.
- Destinos que prioricen la sostenibilidad y la colaboración:
Es necesario, primero, empezar a trabajar una visión conjunta del destino que asegure la participación de todos, tanto público, privado, sociedad civil y la academia. Tenemos que entender lo que significa construir un destino y cómo partir de una visión de abajo hacia arriba, que nos dará un norte para planificar dicho destino. Lo segundo es fomentar la calidad de empleos dentro del sector con sueldos justos y condiciones de crecimiento profesional ya que son los trabajadores que están en contacto directo y los que le dan la calidad a la experiencia del turista, eso debe ser tomado en cuenta. Por último, es vital fomentar ecosistemas resilientes y entender que todos estamos enlazados y dependemos los unos de los otros. Por tanto, debemos incorporar herramientas que efectivamente apunten a generar sostenibilidad, como la economía circular, el desarrollo regenerativo y las nuevas tecnologías.
- Nuevos modelos de negocios:
Para las empresas, uno de los ejes centrales debe ser concebir y fortalecer nuevos modelos y prácticas. Los consumidores y viajeros responderán a perfiles distintos. Serán personas más conscientes y preocupadas por su salud y por el entorno. Las empresas, además de buscar beneficios económicos, tendrán que asegurar impactos positivos y ser transparentes, brindando soluciones concretas a problemas sociales y medioambientales. Igualmente, habra una fuerte apuesta a la automatización de procesos, la inteligencia artificial y el uso intensivo de las tecnologías.
- Generación de experiencias transformadoras:
La pandemia traerá consigo nuevas generaciones de viajeros con nuevas expectativas. Más allá de experimentar destinos exóticos el viajero buscará reconectarse con la gente, los lugares y la naturaleza generando un impacto local. Los viajes de proximidad tendrán una relevancia especial, vinculados al mantenimiento de redes de amigos, familiares y laborales y , a largo plazo, hasta podrían convertirse en redes de activismo ciudadano. Surgirán con más fuerza nichos de mercado, como el turismo de bienestar, turismo de salud, turismo de familia. etc. Un ejemplo de ello es el movimiento llamado “Slow Tourism”, se originó en Italia y busca generar un turismo responsable y consciente que se adentra en la tradición y en la comunidad local, conociendo sus productos y consumiendo lo que se produce en la región; muy ligado a la tendencia orgánica. Ya se está trabajando, pero la idea es seguir mejorando y convertirlo en una oportunidad frente a la crisis.
“Los peruanos se caracterizan por su gran capacidad emprendedora, capaz de responder a nuevos retos; no es la primera vez que el sector turismo se enfrenta a una crisis. Por tanto, considero que es una oportunidad única para los jóvenes, estudiantes y profesionales, de ser parte de la reconstrucción de la sociedad tal como la entendíamos hasta hoy y aportar al desarrollo de un nuevo turismo para el Perú”, finaliza Lieve.
Añadir comentario