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Joyas del Centro Histórico de Lima que debes recorrer

Entre las concurridas calles y un inquieto ritmo de crecimiento, aún se mantienen en pie un conjunto de edificaciones antiguas que son una hermosa evidencia del progreso ostentoso que albergó en épocas pasadas la capital del país 

Si usted vive en Lima, tal  vez se ha topado con una de estas joyas arquitectónicas sin siquiera imaginar que detrás de esa fachada se encierran cientos de años de historia sobre lo que fue en su momento la ciudad de mayor opulencia de la región. Y si es que usted está de visita, en esta entrega le invitamos a un recorrido muy interesante por las casonas de la ciudad. ¡Comenzamos!

Primera parada: Casona de Larriva 

En Jiron Ica 426 de la zona conocida como cercado de Lima, se encuentra esta residencia que fue construida en 1746 por el Marqués de Larriva durante el Virreinato y luce un estilo barroco. 

La característica que más destaca de esta propiedad es su extensa fachada enmarcada en un par de balcones de cajón. En su interior, la residencia cuenta con dos patios y un salón principal, pasillos y dormitorios. A pesar de verse severamente afectada por el terremoto de 1746 y un posterior incendio, se mantuvo en pie. 

Hacia 1955 culminó un proceso de restauración dirigido por el arquitecto Rafael Marquina y Bueno, en el que se respetó su estilo original. En 1972 fue declarada Monumento Nacional por Resolución Suprema N° 2900-72-ED. 

Actualmente es sede del Entre Nous, que contribuye a mantener esta mansión en perfecto estado de conservación.

La Casa de Aliaga 

Esta increíble propiedad ha estado por más de 16 generaciones en manos de la familia original. De hecho, es la única propiedad de toda las Américas que se ha mantenido habitada de manera ininterrumpida por más de 400 años.

Construida en Jirón de la Unión 224 en terrenos otorgados al Capitán Aliaga por el fundador Pizarro como gesto de su amistad y agradecimiento, la casa posee un estilo Republicano evidente en sus balcones. Al interior, una escalara solemne d entrada al ala superior de la residencia y un patio de mármol italiano del siglo XIX deslumbra con su belleza que se corona con una fuente de bronce. 

Los techos de la propiedad son de madera lustrosa y las paredes están adornadas con pinturas de retratos virreinales de los integrantes de las distintas generaciones de la familia. 

Dos espacios son realmente emblemáticos: El muy acomodado “Salón Dorado” en el que se parecían vajillas y adornos de la época y  espectaculares muebles estilo Luis XVI, imponentes espejos y cristales tallados en las lámparas.

El otro espacio es la capilla familiar, tal vez una de las primeras de la ciudad.  Luce tallas neogóticas y de acuerdo a la historia oral, en ella oraron San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima por la estrecha relación de la familia Aliaga con los Dominicos. 

Siguiente destino: La Casona de San Marcos

Es hoy día sede de uno de los centros culturales más importantes de la ciudad albergado dentro de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Como es de imaginarse, es una antiquísima edificación que data de 1605 y que fue construida para ser el un  noviciado jesuita.

En 1746 queda destruida por el terremoto y luego de su reconstrucción  el  Virreinato ordena la expulsión de los jesuitas y se convierte en el Real Convictorio de San Carlos, colegio mayor que formaba parte del sistema universitario de la época. 

Desde 1875 hasta 1966 fue la sede de la prestigiosa Universidad Mayor de San Marcos. En ese periodo sufrió los embates del tiempo y de otros sismos, quedando parcialmente deteriorada y al trasladarse la universidad a un nuevo campus, parecía inminente su desaparición. 

El 1989, la misa Universidad se articula con la Agencia Española de Cooperación Internacional y se emprende el proyecto de restauración devolviéndole su majestuosidad. 

En el interior de la Casona San Marcos hoy día no luce como un espacio residencial, pero sí como un bellísimo centro cultural con instituciones como el Museo de  Arte; el Museo de  Arqueología  y Antropología; el Teatro Universitario y la Biblioteca España de las Artes y diversas direcciones vinculadas expresiones  escénicas, música y baile. 

El conjunto de 47 bloques de extensión es una síntesis de diferentes influencias arquitectónicas que pasan del estilo barroco el rococó y hasta influencia republicana, lo cual es consecuencia de la evolución del sitio que ha estado en pie desde los años 1600. 

La Quinta Heeren

En medio de una zona que ya no está presente en el paso de los viajeros, se encuentra una verdadera joya arquitectónica, que además de reflejar aún los aires de su belleza primaria, guarda interesantes datos sobre la forma en la que vivió la sociedad limeña en el siglo pasado.

Es en Jirón Junín 1201 Cercado de Lima, justo en la zona de Barrios Altos en donde se encuentra la Quinta Hereen. Un complejo de propiedades que se reconoce hoy día como el primer condominio de la ciudad de Lima, y que años atrás fue un lugar que propició el encuentro de culturas y acogió a extranjeros.

Es en 1885 cuando el ingeniero alemán Oskar Augusto Heeren compra el sitio y comienza hacia 1890 la construcción de un conjunto de residencias de estilo neoclásico que evoca a la vieja Europa, dándole la identidad arquitectónica y el nombre por el cual es conocida.

La Casa de las Trece Monedas

La Casa de las Trece Monedas, sede del Museo Afroperuano del Congreso de la República

Es una casona de la época virreynal, la cual se encuentra ubicada en el jirón Ancash 536, muy cerca del Congreso de la República.
Es de estilo rococó y fue construida en la segunda mitad del siglo XVIII; cuenta con una portada blanca de yeso muy elegante y esbelta, cornisas con motivos florales y pequeñas ventanas con paneles curvos, su fachada es de color rosa, colores muy usados en esa época, tiene un zaguán amplio y pintoresco y un hermoso patio con habitaciones de clima afrancesado.

Esta casa perteneció familia López-Flores, Condes de Puente Pelayo. Debe su nombre a las trece monedas que se encuentran en el escudo de armas de la familia propietaria. En 1972 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación.

Los terremotos de 1687 y 1746 hicieron que quede muy poco de su construcción original. Siendo la estructura actual de 1780.
A comienzos del siglo XIX se le conocía como la casa del Arzobispado porque allí estaba uno de los prelados de Lima. En 1947 Bernardo Moravsky la alquilo, restaurándola para habitarla y colocando en la puerta principal  su escudo familiar, el cual en una mitad tiene 5 flores de lis y en la otra mitad 13 roeles. En la actualidad es la sede del Museo Afroperuano del Congreso de la República.

Palacio de Torre Tagle

El Palacio de Torre Tagle, extraordinaria expresión arquitectónica del virreinato y actual sede de la Cancilleria fue construído a comienzos del siglo XVIII terminada en 1735 para Don José de Tagle Bracho quien fue designado Marqués de Torre Tagle por el Rey Carlos V de España el 26 de noviembre de 1730 convirtiéndolo así en el fundador de este Marquesado.

Ubicada en el número 363 del Jirón Ucayali, aledaña a la plaza Mayor de Lima, la mansión cuenta con dos balcones de madera tallada, grandes salones y opulentas escalinatas y decorativos azulejos que demuestran la influencia moruna y española.

Torre Tagle ha sido la residencia familiar del Presidente de la República don José Bernardo de Tagle, cuyo nombre lleva, y es un lugar en que ocurrieron importantes acontecimientos en la iniciación de la República. Muchos años después, como siguiendo un destino histórico, se convirtió en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores y, con ello, en el antonomástico nombre de la diplomacia peruana. En esta casa se han defendido, y sin cesar se defienden, los altos intereses de nuestra patria y desde ella se proyectan hacia el exterior sus reconocidos e indiscutibles valores.

Son muchos los que han hecho el elogio del Palacio, de las notables arquerías, artesonados y balcones que asombran a sus visitantes por su singular belleza.

A este recorrido por las casonas de Lima podemos sumar otras edificaciones de suma importancia arquitectónica como La Quinta Heeren; el Palacio de Torre Tagle; la Casa de Rada; la Casa de las Trece Monedas; Casa  Oquendo y la Casa de Riva Agüero. Todas unas joyas de la huella arquitectónica de la capital, y lastimosamente también son unos fieles testigos de la desidia e indolencia de autoridades e interesados. 

Así que cuando se dé una vuelta por Lima, manténganse atento para que pueda desde su propia perspectiva contemplar estos tesoros de la ciudad.

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