La pesca con artes y métodos ilegales es uno de los lastres que más dañan nuestros ecosistemas marinos. No obstante, recibe poca atención por parte de la ciudadanía. ¿Por qué es importante que sepamos identificarla y nos comprometamos a denunciarla? ¿Con qué herramientas contamos para ello?
Por Fabio Castagnino / Especialista en manejo de recursos marino-costeros de la iniciativa Gobernanza Marina de la SPDA
Cuando se habla de pesca ilegal, lo primero que nos viene a la mente son los buques chinos que capturan recursos de manera furtiva en aguas peruanas. Eso se debe a que, en los últimos meses, la prensa y las autoridades le han dado muchísima importancia. Sin embargo, ese no es el único tipo de pesca ilegal, y sobre todo, no el que más impacta nuestra biodiversidad. Por ejemplo, los barcos ilegales chinos capturan, básicamente, calamar gigante (pota).
Existen al menos diez artes y métodos de pesca que, por ser sumamente dañinos para el ecosistema, han sido prohibidos en las cinco millas reservadas para la pesca artesanal a lo largo de las últimas décadas. Entre ellas están la pesca con explosivos, la pesca de arrastre de fondo, el llamado “bolichito de fondo” y tanto los chinchorros como las cortinas activadas (estas dos últimas haladas manualmente o con la fuerza de camionetas 4×4 desde la orilla, en su versión “mecanizada”). Su utilización está tipificada como un delito ambiental y se castiga con 3 a 5 años de cárcel. Sin embargo, continúa siendo cosa de todos los días, en cada rincón de nuestro litoral.
Estas formas de pesca han sido prohibidas luego de que informes presentados por el Instituto del Mar del Perú (Imarpe) determinaran que depredan los recursos indiscriminadamente, alteran y degradan los fondos marinos (donde viven, se alimentan y reproducen muchas especies), y causan un impacto socioeconómico de largo plazo en las comunidades de pescadores cuyo sustento depende de que nuestro mar se mantenga saludable. A pesar de los enormes costos ambientales y sociales que acarrea, este tipo de pesca ilegal no obtiene la atención que merece por parte de los medios y del público en general.
MÁS RUMBOS:
Patrimonio de la ciudadanía
Dicha situación tiene que cambiar. Los recursos hidrobiológicos —nombre que damos a la flora y fauna acuáticas que, en general, podemos aprovechar— son patrimonio de la Nación. Es decir, son de todos nosotros. En una sociedad que se jacta de tener una de las mejores gastronomías del planeta, gran parte de la cual se sostiene en la calidad y diversidad de nuestros pescados y mariscos, la depredación del mar no puede tener cabida.
Todos hemos escuchado, desde niños e incansablemente, la afirmación de que el Perú tiene el mar más rico del planeta. Tenemos el mar más productivo del planeta, que no es lo mismo. La productividad no es más que una medida de la capacidad de un sistema para producir materia orgánica, en este caso, fitoplancton. Los ecosistemas marinos, sobre todo los costeros, pueden ser fácilmente deteriorados; los pescados y mariscos que dan vida a nuestra gastronomía pueden ser —y existen indicios de que ya están siendo— sobreexplotados. Cada vez que alguien detona un explosivo bajo el agua, utiliza una red de arrastre o un chinchorro para pescar, nos está robando. Le está robando a todos los peruanos y peruanas la posibilidad de que ese ceviche que tanto nos enorgullece, perdure en todas sus variedades y a todos los precios, a lo largo del tiempo. Nos está robando la posibilidad de que nuestros hijos y nietos conozcan el mar peruano como nunca debería dejar de ser: diverso y rico. La necesidad económica —en algunos casos, no menospreciable—, así como no justifica un robo a mano armada, tampoco justifica la pesca con artes y métodos ilegales. El costo es demasiado alto para toda la sociedad y no deberíamos pagarlo.
Si a estas alturas, estás pensando que las autoridades deberían reaccionar y detener, de una vez por todas, la pesca con artes y métodos ilegales, felicitaciones: has intuido parte de la solución. Pero no tan rápido, piensa de nuevo. La otra parte se encuentra allí, en el espejo.
Denuncia la pesca ilegal
Para frenar la pesca ilegal es necesario disuadir a las personas que potencialmente incurrirían en ella. Convencerlos de que no es una buena idea. Una parte de esa tarea puede completarse a través de la educación, ciertamente. Sin embargo, no olvidemos que el incentivo primordial para utilizar esas artes y métodos ilegales es obtener, con relativamente poco esfuerzo e inversión, un rápido y abundante rédito económico.
El gran reto de la disuasión es, finalmente, lograr que el costo potencial (impuesto por la sociedad) sea mayor que el potencial beneficio. ¿Cómo se logra? En teoría, es muy fácil. Uno se la piensa dos veces cuando la probabilidad de que lo atrapen y lo sancionen es alta, y cuando la sanción que podría recibir es severa (es decir, que supera largamente el posible beneficio económico). Las autoridades son las únicas que tienen la capacidad de sancionar: de ninguna manera promovemos la justicia popular. En términos de vigilancia, en cambio, la ciudadanía sí tiene un rol crítico. Nosotros estamos en todos lados. Estamos donde el Estado a veces no llega. Y tenemos una tarea pendiente en términos de denuncia.
Considerando que los recursos marinos son patrimonio de la Nación, deberíamos denunciar la pesca ilegal con el mismo ímpetu con el que denunciaríamos a quien se mete a robar a nuestra casa. Defender nuestro mar es tarea de todos y todas. El perpetrador, en este caso, no es un barco extranjero a 190 millas de la costa, sino un grupo de personas inescrupulosas que operan, quizás, en la playa del distrito donde vives o en el litoral de una zona que visitas de tanto en tanto. Quizás ya te topaste con ellos. Quizá ya presenciaste una faena de pesca ilegal, pero no lo sabías. Quizás sí supiste reconocerla, pero no sabías qué hacer o creíste que tu denuncia no haría ninguna diferencia. La realidad es precisamente la contraria: hace toda la diferencia.
Encuentra aquí las herramientas que necesitas
Para llenar dichos vacíos, la SPDA ha preparado una guía rápida para el denunciante para denunciar los artes y métodos de pesca ilegal. En este en PDF, que podrás descargar incluso a tu celular para compartirlo con tus contactos, explicamos qué pasos seguir para que tu denuncia sea efectiva y contundente.
Los delitos ambientales, en este caso pesqueros, no son tan sencillos de probar como un robo o un asesinato. Es necesario proporcionar a las autoridades toda la información y las pruebas que puedan requerir para sancionar apropiadamente a los responsables. En ese sentido, no basta con tener un férreo compromiso de denunciar —que en este punto esperamos haber logrado— sino que hace falta saber cómo hacerlo.
En la guía encontrarás toda la información que requieres. Brindamos aquí una breve explicación de los pasos a seguir:
Identifica correctamente el arte o método prohibido que está siendo utilizado: para lograrlo, la guía incluye fichas ilustradas que ofrecen detalles y claves que te ayudarán a cerciorarte de que el arte o método que estás observando coincide, de manera exacta, con uno prohibido.
Documenta el hecho, principalmente con videos, pero también con fotos: puedes utilizar la aplicación TimeStamp Camera, para que tus videos y fotos muestren el punto GPS, la fecha y la hora del hecho. Si utilizas iPhone, la guía te explicará cómo debes configurar la aplicación para que se muestre el punto GPS. En algunos casos, deberás registrar momentos específicos de la faena de pesca (por ejemplo, el momento en que el chinchorro es halado desde la orilla). También deberás registrar las placas de los vehículos que estén siendo utilizados, o la matrícula de la embarcación (en caso exista). Estos detalles ayudan a las autoridades a identificar a los responsables. La guía incluye instrucciones para la documentación de cada arte y método ilegal.
Realiza la denuncia: para motivar una intervención inmediata, tienes dos opciones, la primera es si el delito está siendo cometido desde la orilla, debes llamar a la policía y comunicarte con la Policía Ecológica con jurisdicción al lugar donde te encuentras. Si está siendo cometido desde una embarcación, llama a la Dirección General de Capitanías y Guardacostas (Dicapi). Independientemente de que se realice una intervención inmediata, presenta tu denuncia tanto a la autoridad administrativa (Produce o Dirección Regional de Producción del Gobierno Regional correspondiente) como a la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA). También puedes escribir al WhatsApp de la Asociación de Pesca Sostenible (+51 933 776 543) para recibir asesoría sobre cómo hacerlo de la mejor manera. Deberás describir el hecho con lujo de detalles e incluir todo el material probatorio que has recabado.
Deuda pendiente de las fuerzas del orden
En los últimos meses, un trabajo cada vez más coordinado entre Produce y las Fiscalías Ambientales (FEMA), facilitado y dinamizado por la sociedad civil, ha dado un claro pero incipiente impulso a la lucha contra la pesca con artes y métodos ilegales. No obstante, todos los eslabones de la cadena deben estar a la altura de las circunstancias. La deuda más importante la mantienen, quizás, las fuerzas del orden: aquellas encargadas de realizar las intervenciones inmediatas que describimos en el párrafo anterior. La experiencia nos ha demostrado que las comisarías locales, por ejemplo, no cuentan con el conocimiento ni las capacidades para reaccionar de manera efectiva al llamado ciudadano. En esos casos dependerá, en gran parte de tu insistencia, lograr una reacción efectiva por parte de la policía. El procedimiento que deben seguir incluye la detención de los responsables y la retención de las herramientas y máquinas que se hayan utilizado para cometer el delito (por ejemplo, las redes de pesca, las camionetas, las embarcaciones, etc.). Una vez en la comisaría, el hecho deberá quedar registrado. Es probable que te pidan dar una declaración. Finalmente, y esto es clave, deberán notificar al fiscal, quien debe acercarse al lugar para tomar conocimiento y aperturar una carpeta fiscal. No olvides proveer al fiscal del material probatorio que has recopilado.
Es imprescindible potenciar a la Policía Ecológica, capacitarla en delitos pesqueros y dotarla de logística para que pueda realizar su trabajo de manera adecuada. Por otro lado, la Autoridad Marítima Nacional (Dicapi) —que es, en buena cuenta, la policía en el ámbito marítimo— debe darle más importancia a este tipo de pesca ilegal, patrullar más y mantener una mayor cercanía con la ciudadanía. Esto puede comenzar, por ejemplo, implementando una central de atención al ciudadano para todo el territorio peruano (equivalente al 105 en versión marítima) que sea eficaz ya que, actualmente, muchos de los llamados ciudadanos reciben atención limitada o nula. La tarea es ardua, pero nos la debemos a nosotros mismos.
Añadir comentario