Destino indiscutiblemente aventurero, el distrito de Lunahuaná (Cañete, región Lima provincias) es -como se revela en este artículo- un escenario ideal para observar diversas especies de aves. Un divertido e inesperado descubrir de la naturaleza en uno de los lugares favoritos de los turistas limeños que, por sus atractivos al aire libre, es posible visitar y disfrutar en estos tiempos de pandemia.
Por : Alejandro Tello
En su recorrido de unos 220 kilómetros hacia el océano Pacífico, el río Cañete que nace en el nevado Azulcocha, forma algunos de los paisajes más bellos del país. Con espectaculares gradientes y caídes de aguas turquesas, bofedales, lagunas y rutas encañonadas, al llegar a la costa de la región Lima, irriga con sus aguas el fértil valle de Lunahuana, que se extiende con sus viñedos y huertos.
Hacia allá nos dirigimos para realizar un recorrido similar al que hacen algunas aves del litoral: trepándolo a ritmo de su sinuosa formación, acompañados del bosque ribereño, los campos aledaños y el valle.
Al igual que los paisajes van cambiando en su recorrido, la fauna varía a medida que subimos en dirección a los Andes. Provistos sobre todo de binoculares y cámaras, el equipo de viajeros y pajareros empedernidos (después de meses de mantener una obligada inamovilidad citadina), fuimos en búsqueda de la aventura, aire puro y, claro, de muchas aves silvestres.
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Lunahuaná y sus alrededores
Un trino fuerte y metálico parecía brotar de aquel tronco que alguna vez fue un gran árbol de pacay. Ahora seco, pero resistiendo al tiempo, es el hogar de una familia de pájaros carpinteros: el macho, a quien distinguimos de la hembra por la marca roja que tiene en los cachetes, ‘nos recibía’ con su canto desde lo alto del madero. Un poco más abajo, una cabeza ralamente emplumada asomaba del hoyo donde habían hecho su nido. El polluelo tendría un par de semanas de nacido.
Si quisiéramos escoger un ave símbolo de Lunahuaná, el distrito que es un ícono de los deportes de aventura -como el canotaje que se practica en el río Cañete- esa ave sería, probablemente, el carpintero peruano o de cuello negro (Collaptes atricollis), especie endémica en términos ornitológicos, porque es propia y exclusiva del Perú. Por esta razón, podría representar perfectamente a este valle costero, puerta de ingreso a parte de la sierra limeña.
Así como las balsas y los kayaks que surcan el rio haciendo piruetas, el carpintero peruano aparece surcando los cielos sobre las huertas, cruzando el rio, haciendo equilibrio frente a las ventanas que lo reflejan. Manifestándose sonora o súbitamente alado frente a nosotros.
Bosque ribereño
En la ruta de Lima a Lunahuaná, a medida que nos acercamos al río Cañete, el bosque ribereño nos puede ir mostrando una variada avifauna, como la paca-paca (Glaucidium peruanum), una pequeña lechucita que debe su nombre onomatopéyico al canto que emite, sobre todo al atardecer.
Del tamaño de una tortolita, esta ave comparte su hábitat con más de 50 especies emplumadas. Algunas de estas trepan desde el litoral, siguiendo la zigzagueante ruta ascendente sobre el río, como las garzas, cushuris y playeros migratorios; otras, en cambio, bajan desde las partes más altas, como el pato de los torrentes, el torito de cresta pintada, el vencejo andino, el colibrí de Cora, la mosqueta de los torrentes, entre otras aves.
También hay especies residentes y características de este ecosistema ribereño, una de ellas es el fringilo apizarrado (Xenospingus concolor), siendo prácticamente esta porción del río, su límite norte en el continente; otra es la mosqueta rufa (Myiophobus fasciatus rufescens) que se alimenta y anida entre la vegetación de cañaverales, pájaros bobo y huarangos.
Esta fauna se puede encontrar en el bosque de protección Bocatoma del Canal Nuevo Imperial (un poco antes de cruzar el puente Socsi), lugar donde hay un canal, la bocatoma y el bosque aledaño al río Cañete. Lastimosamente, este ecosistema está cada vez más depredado por la quema de la vegetación y destrucción de sus suelos.
Aves de San Jerónimo
En las calles apacibles de San Jerónimo, unos de los 11 anexos de Lunahuaná, caminando en las zonas aledañas al río o internándonos por la quebrada seca que da nombre al pueblo (entre los huarangos), los periquitos andinos, colibríes, fringilos y atrapamoscas, podrían ser parte de las aves para observar o incluso fotografiar, con un fondo contrastado por el cielo azul y la aridez de las colinas.
Actualmente, San Jerónimo cuenta con los mejores establecimientos de deportes de aventura del distrito. Wally Valderrama es un experto en esas actividades. Él es uno
de los gestores y principales promotores (ha organizado más de 40 festivales) de estas actividades en Lunahuaná y en otros lugares del país.
Pero Wally, más allá de su instinto aventurero, es capaz de apreciar otras imágenes silvestres. Temprano por las mañanas, mientras riega el jardín de su albergue, varias aves parecen acompañar su labor y lo celebran en un ritmo tranquilo. A pocos metros se escucha el tránsito del río sobre las rocas.
Ya lo saben, la próxima vez que visiten Lunahuaná no olviden sus binoculares, para que realicen paradas y caminatas en los lugares que hemos mencionado. Así, no solo liberarán su adrenalina en las aguas del río, sino que desarrollarán su espíritu de descubrimiento en los bosques y quebradas.
En Rumbo
Visite www.sanjeronimoriverlodge.com
a ruta: Lunahuaná se encuentra a 190 kilómetros de Lima. Se accede por la Panamericana Sur hasta San Vicente de Cañete, donde se toma una carretera de penetración. Tiempo de viaje: 3 horas.
Conocedor: Para más información, datos certeros y recomendaciones precisas de lo que hay que hacer en Lunahuaná, contáctese con Wally Valderrama.
Estadía: El Camping San Jerónimo del tío Wally y de su primo José Luis Valderrama, es un albergue estupendo y acogedor, que sirve perfectamente de punto de partida para el descubrimiento y la aventura que nos depara esta porción de la costa sur bañada por el río Cañete.
Salud: Aproveche su estadía en Lunahuaná para visitar las bodegas productoras de piscos y vinos.
Conciencia: Si bien el camarón es la estrella de la gastronomía de este destino, recuerde que por disposiciones gubernamentales este producto está en veda hasta el 31 de marzo.
Adrenalina: El kayak y el canotaje no son las únicas actividades aventureras en Lunahuaná. Aquí los visitantes pueden practicar ciclismo de montaña, canopy y treking, entre otras actividades.
El grupo de viajeros y pajareros agradece el apoyo y colaboración del equipo de Expediciones Río Cañete: www.riocanete.com
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