Y los diablos se agachan ante el taita barbudo y los santitos salen de sus altares para sentirse un poco menos muñecos en una de las estampas tradicionales de la Semana Santa de Huancavelica, una celebración que se complementa con música, deportes de aventura y mucha buena vibra.
Por Martín Vargas
Huancavelica debe ser declarada inmediatamente como capital de la fe. Sí, porque sólo en el centro de los padres nuestros y las ave marías, es posible que los endiablados y posesos danzantes de tijeras le rindan culto al hijo de Dios que está por morir.
MÁS RUMBOS: Chachapoyas: Semana Santa entre las nubes
Las calaveras y diablitos se sacan el ancho bailando, pero no son los únicos que dejan la mugre en el suelo. Hay otros a los que les cuesta sangre, sudor y lágrimas la Semana Santa huancavelicana. Son los maqtas, iracundos danzantes que se sacan la chochoca a codazo limpio en medio de notas de amor y cantos de buenas nuevas. El kuchuschay que le llaman.
Efusiva, así es la conmemoración del sacrificio de Cristo en la tierra de las pachamancas, los manantiales y los rosarios. No obstante la fría estadística dice que es una de las regiones con mayor pobreza, sus vecinos no se deprimen, no se achican, no se cruzan de brazos. Por el contrario, ponen buena cara al mal tiempo y reciben a los turistas con la sonrisa al ristre.
Y es que ellos son defensores de una vieja tradición. Desde hace 446 años Huancavelica celebra la Semana Santa a su manera, de una forma tan bizarra y mística que el 2013 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación. Sin duda, un reconocimiento a una fe que mueve montañas y al sincretismo cultural entre barbudos españoles y lampiños guerreros chancas.
Bienvenidos sean todos
Peregrinaciones, concursos, platos regionales y pasacalles en honor a los santos que por esos días han sido desalojados de sus altares, son parte de las celebraciones.
¿Los santos favoritos? Pues el chisme popular afirma que los preferidos son el Señor del Prendimiento, el del Santo Sepulcro y la Virgen Dolorosa.
Pero si por un lado se pasean a los santitos y se recrea el vía crucis del mesías blanquiñoso, por el otro se recuerdan a los dioses protectores del mundo andino. Se rinde tributo a los apus y se hacen pagos a la tierra al ritmo de huaylas melancólicos.
Pero una de las actividades que funde la cosmovisión andina con la fe católica es el Chaki Allay y Pacha Velay una costumbre en la cual se velan y encarga a los Apus (dioses de los Andes) la carrera de los nuevos danzantes de tijeras. El Domingo de Pascua se despide la Semana Santa desde la Catedral de Huancavelica con el Pascualito, el Jesus Resucitado y la quema de Judas.
Las actividades se complementarán con la Ruta del Azogue, un circuito de bicicleta de alta montaña, el concurso de alfombras naturales, la carrera de caballos Wanka Willka y la degustación de ponches y platos típicos. ¿Te lo vas a perder?
Enrumbe:
Arma tu paquete con Rumbos Viajes. Escríbenos a: rumbosviajes@rumbosdelperu.com o llámanos al: 991575108
Añadir comentario