Desde que nació Gabriela Loaiza es consciente de la diversidad cultural del territorio donde vive. Es hija de madre machiguenga y padre cusqueño. Por eso sabe de los enormes esfuerzos que debe hacer una niña o niño desde pequeños para salir adelante. El mundo habla un idioma que ellos no. Por eso es importante construir espacios seguros para la niñez donde su cultura indígena sea respetada, en este caso la machiguenga. Eso motivó a Gabriela a ser una de las 24 seleccionadas entre 7 países de la Amazonía para formar parte de la primera generación de becarias del Programa de Lideresas de la Amazonía de Conservación Internacional.
Conversamos con Gabriela sobre su proyecto, la esperanza que tiene en el futuro de las siguientes generaciones y su experiencia en este último año como parte del programa de becarias.
Cuéntanos sobre tu proyecto.
Mi proyecto se llama “Rescatando nuestra riqueza cultural”. El objetivo es poner en valor los conocimientos ancestrales de las mujeres de la comunidad de Koribeni, enfocado en la bio-joyería y plantas medicinales.
He organizado talleres con niños de la comunidad con la finalidad de fomentar en ellos los valores ancestrales de la cultura machiguenga y el respeto a nuestro medio ambiente a través del buen uso de los recursos naturales.
¿Por qué decidiste enfocar tu trabajo con los niños de la comunidad?
Mi comunidad se encuentra en medio de varios asentamientos rurales. Nuestros centros educativos son mixtos, de los cuales vienen culturas diferentes. A través del tiempo se ha estado perdiendo la cultura machiguenga, al venir profesores que solamente hablaban castellano y quechua. Esto provocó que los niños y las niñas de nuestra comunidad sientan un poco de vergüenza de poder mostrar su cultura.
Hemos visto que nuestra fuente de vida es el bosque. En el bosque encontramos nuestra farmacia, encontramos nuestro mercado. Entonces, si esto no lo transmitimos a nuestros hijos, a nuestros nietos, vamos a perder en el tiempo todo lo valioso que es para nosotros nuestro bosque. Y son las sabias de la comunidad- llamamos así a las mujeres mayores y las que tienen mucha riqueza cultural- las que transmiten estos conocimientos a los más pequeños.
¿Cómo es el trabajo con las mujeres de la comunidad?
El bosque es un aliado para las mujeres. La mayoría de las mujeres en la comunidad se encargan del hogar y de las chacras, eso ha hecho que seamos más conscientes de todo lo que nos da el bosque.
Con este proyecto estamos fomentando que las sabias y las madres solteras también puedan tener ingresos a través de la venta de artesanía y derivados de las plantas medicinales. Por ejemplo, el uso de algunas semillas que se usa para la bisutería, la fibra de algunas plantas para para hacer cestas, entre otros.
A un año de haber iniciado tu proyecto, ¿hay algún aspecto que te gustaría resaltar?
Rescato la entrega de las jóvenes que me están apoyando. Cuando fui jefa de la comunidad pude identificar a las personas que tienen la predisposición de apoyar e invité a 2 jóvenes al proyecto.
Así sean 2 o 3 personas, estamos sembrando esa semilla entre ellas y espero en un futuro verlas a ellas como ganadoras de premios o liderando grupos de trabajo. Eso me entusiasma bastante.
¿Qué fue lo que te motivó a trabajar por el bienestar de tu comunidad?
Desde los 18 años pude participar en la asamblea de mi comunidad y nunca me quede callada. Siempre he estado cuestionando las cosas que se han hecho en la comunidad, viendo que todo sea transparente y trabajando para que las mujeres también tengamos un voto.
Resalto esto porque cuando una mujer se casa, es el esposo quién se convierte en el titular de su voto ante la comunidad, y ellos siempre votaban por jefes varones. Estoy trabajando para cambiar esto.
En la historia de Koribeni no tuvimos una presidenta mujer hasta el 2015,y ella demostró que una mujer puede llevar muy bien las riendas de una comunidad.
Y en el 2020, tú también asumiste el reto de ser la jefa de la comunidad Koribeni.
Como mujer me nació esas ganas de poder trabajar, no pensando solamente en mí sino pensando en mi población. Creo que un líder no debería pensar en ser sólo un jefe, si no en poder motivar a las demás personas para seguir, para llegar juntos a un objetivo y eso me motivó a ser una lideresa.
¿Cómo describirías tu experiencia en el Programa de Lideresas de la Amazonía?
La experiencia con el programa de becarias fue muy reconfortante para mí. Al principio no podía creer que entre tantas propuestas hayan elegido la mía. El Perú no es pequeño, tengo entendido que hubo varias postulantes y estoy muy agradecida con Conservación Internacional por esta experiencia como becaria. Aprendí bastante del programa a través de las capacitaciones brindadas por la mentora, quien me ayudó para cumplir con los objetivos de mi proyecto. Conocer al equipo de Conservación Internacional que vinieron desde tan lejos a mi comunidad es algo que no se ve siempre.
Estoy muy agradecida y animaría a que más mujeres se presenten a este programa que es real y sentí a todos los involucrados como aliados para sacar adelante mi proyecto.
En abril participaste del Encuentro de Lideresas Indígenas en Quito. ¿Qué es lo que más te impactó de esta experiencia?
Fue increíble cómo 24 mujeres de diferentes orígenes, culturas y lenguas pudimos compartir y tejer soluciones a nuestros problemas. Este espacio me hizo ver que no estoy sola, que hay muchas hermanas de otras comunidades con la misma convicción de preservar nuestra cultura y medio ambiente.
Ahora que tu beca está llegando a su fin, ¿qué planes tienes para el futuro?
Ahora estoy tratando de reactivar el turismo en la comunidad. Estamos trabajando con las artesanas y en la asociación de turismo de la comunidad ya somos 16 personas, todas mujeres. Pero estoy segura que con el tiempo nos seguiremos sumando cada vez más.
Sobre el Programa
El Programa de Mujeres Líderes de la Amazonía busca apoyar emprendimientos socioambientales de mujeres indígenas de la Amazonía, con el fin de desarrollar y profundizar su liderazgo a través de un programa de becas, tutoría, el intercambio entre pares y la creación de redes integradas en comunidades. El programa es una iniciativa de Conservación Internacional y cuenta con el apoyo del Gobierno de Francia.