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Manu, desde el alba de Tres Cruces hasta el crespúsculo del llano amazónico

  • Más allá de la contemplación y la aventura, visitar el Parque Nacional del Manu (Cusco y Madre de Dios), nos debe llevar a reflexionar sobre la necesidad de proteger el planeta y, a la vez, a aprender de los pueblos originarios. Esa es la visión que compartimos con ustedes, gracias a la pluma de Renzo Velásquez.

Texto y fotografía: Reenzo Velásquez Bernal

 Hablar del Manu, es evocar imágenes inevitables del verde vorágine de la selva, un mundo efervescente de vida donde innumerables especies de animales pueden vivir en estado silvestre, lejos de la influencia de la sociedad moderna. El Manu es un lugar donde la fauna es salvaje y exótica, donde los árboles gigantes en danza simbiótica acarician con sus sombras a otras especies de animales y plantas a su alrededor. Es también el lugar que guarda en sus entrañas hermosos parajes de idílicos atardeceres llenos de magia. Pero el Manu, no solamente es el hogar de estas especies poco conocidas o quizá completamente extrañas, es también el hogar de gente con raíces culturales que se remontan a miles de años, grupos étnicos que supervivieron y se adaptaron sabiamente al inclemente entorno selvático, dejando un legado que las nuevas generaciones perpetúan a través del tiempo.

Parque Nacional del Manu

El Manu se ubica en los departamentos de Cusco y Madre de Dios, al sur este del Perú, en la parte oriental de la cordillera de los Andes y el borde occidental de la cuenca amazónica. Fue establecido el 29 de mayo de 1973, sobre una superficie de 1’532,806.00 ha. Posteriormente, en 2001 es categorizada definitivamente, ampliando su extensión a 1’716,295.22 ha. Dentro de las áreas naturales protegidas por el estado peruano, el Manu ocupa el tercer lugar en extensión, después del Parque Nacional Alto Purús y Reserva Nacional Pacaya Samiria.

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En 1977 fue declarado por el programa El Hombre y la Biosfera de la UNESCO como Reserva de la Biosfera del Manu. En 1987 la UNESCO lo incorporó en la lista del Patrimonio Natural de la Humanidad, por su enorme valor para la conservación de la diversidad biológica y sus múltiples atractivos naturales. Estos reconocimientos muestran la importancia que tiene el Manu para la humanidad, por lo tanto, su conservación se hace indispensable. 

Cabe señalar que el Parque Nacional del Manu es una de las pocas áreas protegidas del mundo que contienen una gran diversidad de ecosistemas, desde pastizales de altura a más de 4000 m.s.n.m., hasta los bosques tropicales lluviosos, pasando por los enigmáticos e impresionantes bosques nublados. Todo esto sumado a su complejo sistema hidrográfico que cuenta con una extraordinaria red de cuencas hidrográficas que dan sustento a su geomorfología, permiten su condición privilegiada para definirse como un parque megadiverso en términos ecológicos. Sus cuencas principales son: el Alto Madre de Dios, de naturaleza torrentosa y el Manu, cuya dinámica y recorrido forma meandros y cuerpos de agua denominados “qochas”, destacando entre las más importantes: Cocha Romero, Brashco, Juarez, Otorongo y Salvador.

Todas estas condiciones hacen que en el Manu la biota prolifere exuberante, desarrollándose una gran cantidad de especies animales y formaciones vegetales en todos sus ecosistemas. La flora en general cuenta con un record de más de 4000 especies, y más de 350 especies de orquídeas. El bosque de montaña resulta especial en este aspecto, al contar con una gran variedad de plantas, destacando especialmente la belleza de las epifitas, como las orquídeas, bromelias y piperáceas principalmente.

La fauna está representada por grupos de mamíferos, aves, reptiles, peces, anfibios e insectos. En el Manu se estima que habitan un total de 31 familias de mamíferos incluidos en 132 géneros y 159 especies. Las aves en el parque son aún más abundantes, se estima que existirían más de mil especies distribuidas en 423 géneros y 67 familias. Entre los reptiles se conocen 50 especies de serpientes, 40 de saurios, 06 tortugas y 03 caimanes. Los peces suman unas 210 especies. En cuanto a los insectos, solo el grupo de las mariposas incluyen más de 1300 especies, 300 hormigas y 650 de escarabajos.

Todo esto hace que el Manu sea uno de los lugares más importes del planeta, donde se preservan una gran cantidad de especies de flora y fauna, garantizando su conservación en el tiempo.  

Belleza paisajística

El Parque Nacional del Manu es poseedora de paisajes deslumbrantes, gracias a la variedad de ecosistemas y el contexto privilegiado donde se encuentra, lo que hacen de este parque uno de los más bellos del mundo. Lugares como el mirador de Tres Cruces, en Acjanaco, donde el paisaje se convierte en un espejismo de colores mágicos, es uno de los pocos sitios en el mundo donde se puede observar este fenómeno, la salida del sol sobre la sabana blanca del bosque nuboso, a más de 3600 m.s.n.m. Es sin duda un espectáculo de singular belleza, donde la majestuosidad de los colores irradiados por el sol naciente y los fenómenos físicos producidos por la convergencia de la posición astronómica junto a los fenómenos atmosféricos del día, coincidirán para dar lugar a este hermoso espectáculo.

Desde Acjanaco, también es posible observar el bosque nublado del valle de Kosñipata, en una vista privilegiada de la compleja configuración geográfica, que va cambiando paulatinamente a medida que las grandes montañas van cubriéndose de bosques transicionales hasta llegar al llano amazónico.

Por otro lado, en la llanura amazónica el paisaje se descubre exuberante de vegetación, con infinidad de especies de flora y fauna. La geografía esta dominada por un entramado de ríos que sustentan una compleja red de ecosistemas. A su vez, los ríos van dejando qochas en su paso efímero por el cambio del curso principal, lugares donde prolifera notablemente la vida silvestre. Hábitat de especies en peligro de extinción como: lobos de río (Pteronura brasiliensis) y el lagarto negro (Melanosuchu niger), entre tantas otras especies que uno puede observar en su estado natural.

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