Los que piensan que todo tiempo pasado fue mejor, reforzarán su posición al leer esta nota que revela los servicios y gollerías que hasta hace algunos años ofrecían a sus pasajeros las compañías aéreas.
Con el ‘despegue’ de los vuelos low cost (bajo costo), viajar en avión es ahora más accesible dejando en el olvido aquellos tiempos en los que surcar los cielos era sinónimo de exclusividad, estatus y auténtico lujo, tanto así que los pasajeros llegaban a los aeropuertos vistiendo sus mejores galas, mientras las empresas ofrecían servicios extraordinarios.
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Antes de la década de los setenta del siglo pasado, cuando los alemanes fundaron la primera línea aérea (1919) o en España se realizaba el primer vuelo entre Barcelona y Madrid (1928), en los aviones se ofrecían algunas comodidades y servicios en pleno vuelo que, en la actualidad, resultan absurdos e impensables.
A continuación algunos detalles de esos servicios que nos trae a la memoria la web El mundo al instante:
Fumar en el cielo
Si ahora prender un cigarrillo en casi cualquier lugar es una barbaridad, prenderlo en un avión podría entender como una locura o herejía. Pero antes que Estados Unidos prohibiera fumar en sus vuelos nacionales (1990) y, posteriormente, en los internacionales, los pasajeros lo hacían sin ningún problema.
Eso no es todo, se vendían cigarrillos a bordo y algunos aviones hasta tenían sala de fumadores. A pesar de ello, el olor a tabaco se expandía por toda la cabina.
Comer gratis, siempre
En estos tiempos los pasajeros suelen quejarse de la comida que se sirve en los aviones -bueno, si es que lo hacen-. Una situación que no se vivía en el pasado, cuando los alimentos distribuidos gratuitamente incluían embutidos, carnes y vinos selectos, entre otros delicias que se podían elegir. Es más, se dice que en algunos vuelos viajaba un chef que preparaba maravillas gastronómicas en una minicocina.
La calidad de los servicios de alimentación ha disminuido por la reducción de costos de las aerolíneas. Incluso varias empresas han dejado de brindar este servicio en sus vuelos cortos.
Brindis de bienvenida
Antes, los pasajeros eran recibidos con champán o cócteles sin costo adicional, los mismo que podían solicitar en el momento que lo creyeran conveniente. También se servía vino, cerveza y otros licores.
Asientos reclinables
En los años maravillosos los asientos de clase económica eran cómodos, reclinables y con suficiente espacio para estirar las piernas. El espacio comenzó a reducirse cuando las aerolíneas comenzaron a agregar más filas de asientos en los aviones.
Despacho de equipajes
En ese pasado que ahora parece de fábula, existía más espacio para los equipajes de mano y las maletas se despachaban sin costo adicional. En los años 50, los pasajeros solo pagan una propina antes de recoger sus valijas.
Con media hora suficiente
Actualmente, las aerolíneas recomiendan llegar al aeropuerto dos horas antes del vuelo, para realizar los trámites necesarios e indispensables para abordar. Antes la situación era distinta y bastaba con estar 30 minutos antes. El viajero solo tenía que mostrar su pasaporte o documento de identidad. Así de sencillo.
Azafatas modelos
En los años 70 ser aeromoza era un gran empleo reservado para mujeres solteras y sin hijos que tuvieran entre 21 y 27 años de edad. La postulante, además, debía de tener una ‘figura bien proporcionada’ y una ‘apariencia agradable’. Al ser aceptada, la asistente de a bordo solo podía trabajar durante 10 años. Todo esos criterios en la actualidad son considerados machistas y discriminadores.
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