Conversamos con Carlos Añaños, sobre el Patronato de Pikimachay, la Marca Ayacucho y los deseos por generar una puesta en valor a partir de nuestros grandes activos: el agro, el patrimonio cultural y nuestra biodiversidad
Ud. es un empresario que ha reparado en el valor de los productos originarios, podría ser lógico este recorrido. Su familia creó una gaseosa nacional que desplazó a Coca Cola y que pudo conquistar el caribe sudaméricano. Pero ud. ha ido más allá de las colas: hay atención a los productos agrícolas, e interés por el patrimonio natural y expresiones del patrimonio cultural. Estamos de acuerdo que el Perú es muy rico, pero, ¿está puesto en valor?
Creo que el Perú no está puesto en valor para nada. Desde hace unos años, exactamente desde 2017 ya no trabajo en Aje, la empresa familiar, y desde esa fecha me estoy dedicando a gestionar el Patronato Pikimachay para poner en valor Ayacucho. Le pusimos este nombre por una razón: el primer hombre que vivió en la América era peruano y habitó estas afamadas cuevas en Ayacucho.
Yo me pregunto qué vieron estos primeros peruanos para establecerse en este espacio, ¿será que nosotros aún no hemos visto la maravilla de país que tenemos? A partir de esta premisa es que decidimos poner en valor este rincón del Perú
Tenemos un país de contrastes. Si examinamos algunos de los aspectos de nuestra patria reparamos en sus extremos. Es terrible que en el Perú se siga hablando de anemia y desnutrición, pues aquí lo tenemos todo .
¿De alguna manera el patronato va a incidir en un mejor movimiento turístico en Ayacucho? Lo más difundido en la región es Semana Santa; pero existen otros momentos y escenarios para conocer Ayacucho. ¿Tiene la región la infraestructura adecuada, toda vez que el turismo nacional pide mejores estándares?
Esa pregunta me la hice cuando arrancamos con el asunto del patronato ¿Qué es primero el huevo o la gallina? Si nosotros comenzamos a evitar que se conozca esta magia que se llama Ayacucho por priorizar la infraestructura quizá no lo consigamos. Creo en la capacidad de gestión de pequeños y medianos empresarios que logran ofrecer oportunidades para acoger a turistas.
Con el trabajo de la Academia y la Sociedad Civil hemos logrado subir las cifras del turismo en la región. Antes, es cierto, todo el turismo se centraba en Semana Santa, pero se ha logrado “desestacionalizar” los atractivos. Ayacucho realmente no es tan conocida.
¿Cuántos fueron los turistas que visitaron Machu Picchu durante julio de 2023? Su aforo comprende 3500 visitas. ¿Cuántas personas visitaron las Cuevas de Pikimachay? Poco más de 3800 personas, generando un dinamismo económico para los restaurantes, hospedajes, el agro, las agencias de viaje. Ya existe una ruta que conecta Ayacucho con el Valle Sagrado de los Incas, que conecta a dos espacios marcados por la historia.
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En aquella ruta existe un espacio llamado Cielo Punku, cuando llegué allí la piel se me puso de gallina por el asombro. Y son esas nuestras áreas de oportunidad. Creo que si comenzamos a visitar esa zona, estos empresarios y lugareños van a reactivar sus hospedajes, sus restaurantes, negocios y empresas de transportes. Considero que esa es la magia del turismo
El Vraem es un lugar al que recurre en sus discursos. Este espacio tiene una interpretación marcada por la violencia, el dolor, el narcotráfico y la trata de personas. En su opinión, ¿cómo los peruanos podríamos recuperar este espacio tomado?
Primero debemos entender la problemática del Vraem y hay que separar el trigo de la paja y creo que hay que quitar toda esa parte negativa de este espacio, porque en el Vraem viven también más de 700 mil personas. ¿Estarán todas aquellas poblaciones dedicadas a estas actividades ilícitas? Pasa que también hemos estigmatizado el Vraem.
Me animo a pensar que el índice de delincuencia en Lima es más alto que en el Vraem. Que es más insegura. Pero sí hay que admitir que allí pasan cosas aisladas en algunos sectores tomados por el narcotráfico. El Vraem tiene 42 años de emergencia, la pregunta es cómo se recupera ese territorio en emergencia. Lo primero que hay que pensar es ¿debe estar en emergencia luego de todo ese tiempo? Si en más de cuatro décadas no se ha resuelto para qué sigue igual.
Si beneficia a algunas instituciones que obtienen premiaciones en lugares de emergencia, pero y el resto de la población es la perjudicada. Yo creo que allí hay oportunidades gigantescas. Te digo, yo he comido la piña más sabrosa en el Vraem, la pregunta es ¿llega la piña del Vraem a los mercados de la capital?
De momento Ud. lidera una marca, Tiyapuy, que ofrece al mercado chips andinos hechos con papas nativas de Ayacucho ¿Nos puede comentar un poco de eso?
Como comenté al inicio, estoy a cargo del Patronato Pikimachay, que no tiene interés político, ni económico. Queremos ayudar y trabajamos en base a cuatro pilares: acercar la artesanía al arte, buscar que Ayacucho sea reconocida en alguna categoría de patrimonio mundial, perseguimos un modelo de Smart City y lanzamos la Marca Ayacucho.
Para el año 2020 y en medio de la crisis de pandemia buscamos alguna oportunidad y la encontramos en nuestros insumos originarios. Comencé a investigar y de acuerdo a algunas pruebas de carbono 14, las papas nativas datan de 12 mil años.
Estos datos, durante el covid, nos hicieron analizar que había que revalorizar nuestras joyas, porque no son papas nativas, son joyas nativas. No tienen pesticidas, no tienen fertilizantes químicos, y los más esencial: generan y dan valor a las comunidades que aún las cultivan, les da oportunidades de trabajo digno, pone en valor sus tierras,
El resultado entonces es un modelo donde todos ganen pero sobre todo nuestros héroes, los agricultores porque son ellos los que nos dan de comer. De esa manera gane nuestro medioambiente, gane la academia, ganemos todos. Creo que una forma de salir adelante es generar que nuestros productos tengan valor añadido. Y eso estamos trabajando con la marca Tiyapuy, para que a través de ella se recupere la identidad de que la papa es peruana y que además se recupere todo el agro que está por encima de los 3600 m.sn.m.
Creo que eso podría sacar a mucha gente de la pobreza
En el Perú hay talento, hay dedicación ¿qué nos falta?
Creo que nos está faltando un diálogo en común. Que reflexionemos y nos pongamos a trabajar. Es una tragedia tener a la gente desnutrida y con anemia siendo el país que somos, tan rico, tan biodiverso. Simplemente no nos lo podemos permitir. Estamos en una situación crítica pero yo creo que hay que ponernos en acción.
