- Aún queda mucho por descubrir de nuestra gran joya amazónica. Si quieres conocer los encantos más discretos y auténticos de la selva cusqueña, esta guía de ingreso al Manu te permitirá explorar la reserva como un local
Texto y fotos : Wendy Rojas
La Reserva de Biosfera del Manu goza de una belleza casi surrealista y es el sueño de todo amante de los viajes de naturaleza. No todos los destinos pueden presumir de lo mismo. Aquí hay heladas punas que sobrepasan los 4000 m.s.n.m., bosques nublados de selva alta, y llano amazónico.
Y a pesar de que la Unesco declarara al Manu Patrimonio Natural de la Humanidad y su popularidad internacional sea ilimitada, el encanto de sus maravillas naturales y el abanico de ecosistemas que allí persisten sigue siendo un misterio, en especial para muchos peruanos. No debería. Pero el Manu suena a paraje remoto y lo es.
A las puertas del Edén
Lo curioso es que la entrada a este santuario de la biodiversidad se inicia en los Andes y en el distrito de Kosñipata, en un bonito trayecto desde Cusco a Paucartambo, por carretera. Una primera parada al borde de la misma tiene que ver con la historia prehispánica.
Se trata del Sitio Arqueológico Chullpas de Ninamarca y la puesta en valor de 17 construcciones mortuorias que habrían pertenecido a los Lupacas, señoríos aymaras que en el pasado tenían el control de este territorio y se dedicaban a la agricultura y el intercambio.
Dos momias encontradas en las Chullpas se exhiben en el Museo Inka en la ciudad de Cusco, y muy cerca, en la localidad de Huancarani, aún se continúa con el “trueque” los días domingos entre los lugareños.
Si hay algo que tiene un altísimo valor para las comunidades andinas son sus cultivos, pero en especial la papa. Es oro puro. Milenios de domesticación de este tesoro originario nos llevan a las puertas del Museo y Centro de Interpretación de la Papa Nativa Pachamamaq Samaynin, en el distrito de Challabamba.
En este centro se custodian y se comparten los entretelones del manejo agrícola de este afamado tubérculo —ahora vulnerable al cambio climático— y se muestran en vitrina todas las variedades logradas en esta parte del Perú y en otras tantas donde el cultivo prospera.
Cerca de quinientas variedades son manejadas por estos guardianes de las papas, quienes invitan a conocer sus parcelas, festejar ceremonias y compartir algunos secretos de la tecnología agraria basada fundamentalmente en la observación del entorno.
En Abra Acjanaco, el ingreso al Manu es oficial. Desde el Puesto de Vigilancia y Control Acjanaco parte un camino hacia el Mirador de Tres Cruces, un balcón natural desde el cual es posible ver el llano amazónico y observar un amanecer estremecedor.
En este punto de entrada a la Reserva de Biosfera del Manu se respira un aire frío. Es lo más alto. Y a pesar de la densidad de las nubes,y paredes de pajonales andinos, la humedad propicia el florecimiento de un orquideario y bromelias crecen en los senderos donde transita el oso de anteojos y el zorro colorado .
En este sector se incluyen dos trochas para caminantes, la más recorrida es la Trocha Erikson, de 5 kilómetros donde paso a paso se observa el tránsito de las estepas andinas a los bosques de neblina. La Trocha Unión, de 13 kilómetros, está dedicada exclusivamente a la investigación.
Cuando se deja atrás los paisajes de altura y se desciende siempre es posible sentarse en la carretera al Manu, tomar un descanso y disfrutar de los escenarios de bosque nublado. Observar caídas de agua y ver transitar una familia de primates sobre las copas de los árboles. O esperar que calme el aguacero.
MÁS RUMBOS :
Paraíso emplumado
La primera parada para una aventura plumífera en este lado del Manu, puede comenzar en la Collpa Mascuitania. Antes que raye el alba es indispensable partir desde el embarcadero de Atalaya. Un bote a motor cruza el Alto Madre de Dios y frente a una muralla de arcilla hay que acopiar paciencia y agudizar la vista para atrapar al ave camuflada entre la espesura.
Pico de hoz es una de las aves más comunes en Salvación, su curioso pico en forma de hoz fue la inspiración para Yonatan Puma y Ada Túpac quienes decidieron recuperar siete hectáreas de bosque y convertir su predio en un mirador de colibríes llamado, precisamente, Pico de Hoz.
Cerca a los comederos dispuestos en el mirador, colibríes nuca blanca y esmeralda cola azul, danzan en el aire con total frescura, sin importarles la presencia humana cercana: “Nos visitan alrededor de 35 especies de colibríes en todo el día”, dice Yonatan.
Pero donde revolotea el ave nacional del Perú y se deja ver en todo su esplendor es en el albergue Tunki Wasi – Sapan Sachayoc en la localidad de Chontachaca. Además del Gallito de las Rocas y sus estrepitosos cánticos para atraer pareja, es posible contemplar en este mirador tigrillos, mono choro y otros mamíferos.
Luego de explorar los senderos de la propiedad no cae mal un chapuzón en su poza de río e intentar probar los excéntricos sabores de algunos de los ajíes —no sin cuidad—o las yucas, plátanos y algunos frutos locales que los anfitriones cultivan en su huerta y pequeño vivero.
Manu road trip y aventura sostenible
Kosñipata es un distrito que funciona a manera de corredor entre el Parque Nacional del Manu y la Reserva Comunal Amarakaeri, un espacio de alta diversidad en los Andes Tropicales pero también sumamente expuesto a la vulnerabilidad.
Una forma de contrarrestar el deterioro del bosque y un avance urbano inoportuno fue impulsar el ecoturismo en el valle de Kosñipata. Pasando el bosque nublado, en los centros poblados de Chontachaca, Asunción, Patria y Pillcopata se están abriendo refugios y alojamientos, y se impulsan eco-lodges para aquellos que buscan los encantos de la naturaleza a pesar de la lluvia.
La selva puede mostrarse en todo su esplendor dentro de trescientas hectáreas como las que maneja Arturo Rozas en el Fundo San Fernando, un albergue familiar y una aventura de safari amazónico en el centro poblado de Patria.
Exploraciones off-road, caminatas y cabalgatas por paisajes inusuales y encantadores, huerto de cultivos locales y visitas a las comunidades nativas. Para los más activos: la maloca colectiva —en la que se realizan sesiones de ayahuasca — y la zona de camping puede ser tentador. Esta es una oferta que propone la posibilidad de pasar unos días en un rancho ganadero de la amazonía.
Gallito de las Rocas, no es solo un alojamiento confortable en Pilcopata. Es un centro de interpretación de la amazonía. Sus administradores, la familia Jilahuanco se encarga de atender a los visitantes cuando inician o finalizan sus recorridos por el Parque Nacional del Manu y aquí reciben sus primeras lecciones de lo que les espera al interior. El diseño de este espacio, está inspirado en la amazonía y fue realizado por una de las hijas de la familia. Es por eso que este hotel ganó la primera versión del concurso Turismo Emprende del Mincetur. Desde aquí salen rutas perfectas para hacer ciclismo de montaña.
La familia conduce además una empresa de expediciones que logra visitas al Manu para el recuerdo. Por eso también tienen a su cargo Manu Endemic Station, una concesión para el ecoturismo en Chontachaca conducida por Gloria Jilahuanco, operadora de turismo, empresaria sostenible, birder, ciclista, mamá y soñadora. Aquí brindan alojamiento y alimentación: las mejores piñas del valle de Kosñipata crecen en el huerto frutícola.
La estación es un enclave para los amantes de la fauna silvestre, en especial para los birdwatchers -—Gloria forma parte del club local de observadores de Aves de Kosñipata – COAP— pero hay una especial atención para los observadores de mariposas. La propiedad está diseñada para atraerlas con frutas o plantas hospederas. El Manu ha llegado a figurar con más 1300 especies de mariposas así que este es el lugar indicado si estás buscándolas.
En rumbo
La ruta es una propuesta para la reactivación del turismo en Kosñipata que Frankfurt Zoological Society implementa en el área de amortiguamiento del Parque Nacional del Manu .
El Centro de interpretación de la papa nativa Pachamamaq Samaynin ofrece alojamiento y desayunos a fin de que participes de las cosechas y compartas con ellos las tecnicas agricolas de manejo de los cultivos Contacto : Irma Rojas 932-403093
Desde el Abra Acjanaco comienza la Reserva de Biosfera del Manu que tiene como núcleo central el Parque Nacional del Manu. La zona de amortiguamiento de la reserva comprende localidades de Challabamba, Pilcopata, Chontachaca, Asunción, Patria y Salvación.
El último tramo de la carretera al Manu es hacia el puerto fluvial de Atalaya, desde aquí es posible navegar por el río Alto Madre de Dios hasta el Parque Nacional del Manu
Para vivir la reserva en familia y una aventura de safari amazónico Manu San Fernando Adventure Reservas: 954-824734
Recorridos en bote desde Puerto Atalaya, guiados y hospedaje de paso en Pilcopata: Hinkori Inn – Manu – Puma Tours Reservas: 984-989386 / 948-959428
Las inmersiones en este pulmón del planeta se interpretan mejor con adecuados tour operadores locales y que además minimizan los impactos como Green Land a cargo de Fredy Dominguez
Admira la fauna silvestre de la reserva: Pico de Hoz Reservas: 970 – 42473; Tunki Wasi Sapansayoc, Reservas: 972 – 703715; Manu Endemic Station Reservas: 957 – 832782
Tanta trocha recorrida y ríos que se surcan en la reserva que solo un Kosñipaco puede reponer la energía perdida. Se trata de un paco asado (pescado de río), patacones de platano verde, ojos de pescado (ají local) cocona y sachaculantro. Esta delicia la disfrutas en La Comida de Mamá , un recreo que ofrece platillos amazónicos y cultivos de cacao en Pilcopata, sector Santa Alicia. Para comida vegetariana, fast food y fusiones de la cocina andino -amazónica el Café Restobar Bamboo es una opción. No se vaya de allí sin probar el Mouse de Cocona y la ‘Salchiplatano’ Bamboo.
Uncucha (papa amazónica), cocona, yuca, mamey, aguaje, ajíes encurtidos, coco, pujawin o dale dale (una raíz cuya tintura de las hojas es diurética), demas insumos y frutas locales se compran en el Mercado de Pilcopata. Puedes llevarte a casa un verdadero tesoro gastronómico.
Muestra respeto por un espacio que le pertenece a TODA LA HUMANIDAD y no lances BASURA. Llévate todo lo que portes y por ningún motivo dejes absolutamente nada de PLÁSTICO. El Manu acaba de cumplir 50 años de protección, queremos que siga existiendo una centuria más.