Un mundo con avalanchas sepultando pueblos y ciudades de montaña, islas y costas sumergidas es el panorama que se vislumbra en un futuro próximo. Se necesita reducir urgentemente las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar la magnitud de los cambios en los océanos y en los mantos de hielo anunció la Organización de las Naciones Unidas.
En un comunicado oficial, y a partir de un nuevo informe donde han intervenido más de 100 científicos, la ONU afirmó a modo de hipótesis lo que podría provocar seguir descuidando al medio ambiente:
«Un mundo con avalanchas sepultando pueblos y ciudades de montaña, islas y costas sumergidas por el aumento del nivel del mar, y un océano cada vez más ácido, caliente e inhabitable para una gran cantidad de seres vivos, este es el futuro que le espera a la humanidad si no se actúa ya contra el cambio climático».
De esta manera, la ONU sostiene que el mundo está siendo expuesto a daños irreversibles. Y que el desafío y responsabilidad de nosotros, sus habitantes, es tomar consciencia y acción a fines de evitarlo. De lo contrario, la Organización de las Naciones Unidas estima que el impacto para el año 2100 será tal que “obligará a millones de personas a desplazarse” escapando de las consecuencias.
En cuanto a la preservación de los glaciares, el informe de la ONU refuerza el concepto de que la nieve, el hielo y el permafrost que ya se encuentran disminuyendo considerablemente, continuarán haciéndolo. Lastimosamente, esto podrá dar origen a deslizamientos de tierra, avalanchas, desprendimientos de rocas e inundaciones:
«Los expertos del IPCC prevén que glaciares en la región tropical de los Andes, Europa, África Oriental e Indonesia podría llegar a perder más del 80% de su tamaño actual para el 2100, lo que afectará el turismo y el patrimonio cultural de algunos países».
De por sí el escenario de los grandes campos de hielo resulta dramático. En efecto, esto resultará en otra gran problemática: cuando los glaciares retrocedan, se verá comprometida la disponibilidad de agua río abajo. ¿Por qué esto podría ser perjudicial para la supervivencia? Podría traer consecuencias en sectores como la agrícola y el trabajo hidroeléctrico. Panmao Zhai, uno de los miembros del equipo que realizó el informe manifestó:
«Los cambios en la disponibilidad de agua no solo perjudicarán a los habitantes de esas regiones de alta montaña, sino también a comunidades situadas muchos kilómetros aguas abajo.»
También, como consecuencia de la pérdida de masa de los grandes glaciares y mantos de hielo sobre las regiones polares, se acelerará la subida del nivel del mar.
La expansión del agua cálida en los océanos podría amenazar a ciudades costeras. Se estima que, durante el siglo XX, el nivel del mar ha aumentado su nivel mundial en unos 15 centímetros. No obstante, cada vez aumenta con mayor frecuencia: al menos 3,6 milímetros por año y seguramente la tasa de porcentaje siga incrementándose.
Siguiendo estas estadísticas registradas, para la ONU el aumento del nivel del mar podría superar los 60 centímetros para el año 2100. Si no se logra reducir los gases de efecto invernadero, y las emisiones continúan como van actualmente, los científicos prevén que un crecimiento del nivel de mar de más de un metro.
Como si fuera un efecto dominó, esto también generará mayor posibilidad de exposición a eventos y catástrofes naturales como inundaciones, mareas altas y tormentas intensas. Esto podría considerarse un desenlace fatal ya que algunas zonas enteras entrarían en zona de riesgo para ser habitables.
El calentamiento global afectará también a la temperatura de los océanos, los cuales absorberán entre 2 y 4 veces más de calor que la variable actual. El calor de mar tendrá impactos negativos para el suministro de oxígeno y nutrientes para el ecosistema marino, corriendo peligro sus especies.
¿Qué hacer?
Los científicos del Panel aseguran que una reducción marcada de las emisiones de gases de efecto invernadero, la protección y la restauración de los ecosistemas, y una gestión cuidadosa del uso de los recursos naturales permitiría preservar los océanos y la criosfera como fuente de oportunidades que ayuden a adaptarse a los cambios futuros, limitar los riesgos para los medios de subsistencia y proporcionar múltiples beneficios adicionales al conjunto de la sociedad.
“Solo podremos mantener el calentamiento global muy por debajo de 2 grados con respecto a los niveles preindustriales si aplicamos transiciones sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad, por ejemplo, en los ámbitos de la energía, la tierra y los ecosistemas, las zonas urbanas y las infraestructuras, y la industria. La adopción de políticas climáticas ambiciosas y la reducción de las emisiones imprescindibles para dar cumplimiento al Acuerdo de París también protegerán los océanos y la criosfera y, en última instancia, permitirán velar por el conjunto de la vida en la Tierra”, explicó Debra Roberts, miembro del IPCC.
En el informe se proporcionan indicios que evidencian los beneficios de combinar conocimientos científicos con saberes locales y ancestrales para elaborar estrategias adecuadas de gestión de los riesgos asociados al cambio climático y potenciar su resiliencia. Se trata del primer informe del IPCC en el que se resalta la importancia de la educación para fomentar los conocimientos sobre el cambio climático, los océanos y la criosfera.
“Cuanto antes actuemos, y cuanto más resueltas sean nuestras acciones, mayor será nuestra capacidad para abordar cambios inevitables, gestionar riesgos, mejorar nuestras vidas y lograr la sostenibilidad de los ecosistemas y las personas de todo el mundo, hoy y en el futuro”, afirmó Roberts.
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