La tala indiscriminada en la Amazonía tiene distintas consecuencias, desde la amenaza a la vida misma de los ciudadanos que en ella habitan, hasta la desmembración de su territorio y formas propias de organización social y económica, así como la extinción de la diversidad de fauna y flora que visten de verde y ambientan dicho territorio.
Los pueblos indígenas u originarios, a su vez, han preservado estos ecosistemas desde siempre, a tal punto de integrarse plenamente a estos, incorporando al bosque en el seno mismo de su existencia: la disposición espacial de sus casas, sus canciones y ritos, la forma de entender el transcurrir del tiempo, la lectura de las estrellas, el sol, la luna y demás astros, el cuidado y la salud de sus cuerpos físicos y de aquella esencia interna que le da vida y lo mueve día a día, sus técnicas de caza, pesca y demás actividades económicas y políticas, todo ello gira, se configura y se transforma constante e irrepetiblemente en torno a cada animal, planta, río y tierra que en su conjunto conforman aquello que conocemos como la Amazonía.
MÁS RUMBOS:
Actualmente, aquella diversidad y convivencia se ha visto interrumpida por intereses económicos particulares que extraen y explotan indiscriminadamente dichos recursos, la tala ilegal es una de ellas, actividad ilícita y depredadora que termina con la vida de muchas especies de animales y plantas de la Amazonía, siendo el árbol de huairuro uno de ellos.
Las semillas de este árbol constituyen un rol importante en la organización social y la relación entre los shipibo-konibo con el bosque, desde siempre, estas semillas han acompañado el desarrollo de los niños, pendiendo como brazaletes o collares que permiten al niño crecer libres de enfermedades o amenazas a los que estos están expuestos, el huairuro también es una pieza importante en los rituales de sanación y planificación del bienestar comunal junto a otros actores como las danzas, los cantos, matrimonios, etc.
Actualmente, las mujeres de este pueblo han expandido el uso del huairuro, creando pendientes como collares, pulseras, vestidos y demás piezas que complementan la indumentaria de las personas, tanto en las comunidades como en las grandes ciudades a lo largo del territorio peruano. Sin embargo, estas semillas que hasta hace poco se encontraban en el bosque, actualmente se adquieren de otros lugares, e incluso de otros países.
Ante ello, surge la pregunta ¿qué podemos hacer?, es así que las mujeres Shipibo-Konibo del Ucayali y el proyecto Con los Pies en la Tierra han creado una iniciativa para reforestar el árbol de huairuro, iniciativa a la que se la ha denominado Nii jointi/ Corazón Selva
Un collar corazón de huairuro es un árbol para una comunidad amazónica
Por cada collar corazón vendido nosotros sembraremos un árbol de huairuro, actualmente se cuenta con cien plantones que en tres meses estarán listos para ser distribuidos a cada familia para que sean plantadas en el seno mismo de la comunidad: el huerto familiar y el bosque, en estas condiciones las familias podrán asegurar el crecimiento del huairuro con apoyo y asesoría constante de diferentes aliados que se vienen sumando a esta iniciativa.
Sembrando nuestros primeros 100 árboles de huairuro estaremos generando la conciencia y fomentando acciones concretas para evitar su extinción, además de contribuir al retorno de estos árboles a sus territorios y comunidades en las que siempre estuvieron.
En rumbo:
Con los pies en la tierra. apadrina este hermoso proyecto que pretende reforestar con árboles de huairuro comunidades de la selva de Perú. Pero, ¿ dónde podemos conseguirlos?
Contacto: 920 087843
Email: info.conlospiesenlatierra@gmail.com
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