- Con sus acciones contribuyen en la lucha contra la contaminación y los efectos del cambio climático
Ellos son los superhéroes anónimos que día a día luchan por proteger y conservar la tierra. Ellos van sin capa, armados con bolsas y protegidos con guantes, botas y gorra, visitando hogares, empresas y locales comerciales para recolectar botellas de plástico, papel, cartón o residuos de comida.
El anonimato es uno de los secretos de los superhéroes, pero a estos “guardianes del planeta”, como los ha llamado la ministra del Ambiente, Albina Ruiz, los vemos pasar por nuestras calles trasladándose en su triciclo o motofurgoneta; y es que en su batalla diaria desarrollan la estrategia de casa por casa.
Ellos son los recicladores formales que con su labor contribuyen a la lucha contra la contaminación y los efectos del cambio climático en el país. En este artículo el Ministerio del Ambiente (Minam) presenta las historias de algunos de estos héroes anónimos.
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El equipo santo
El reloj marca las 5 de la mañana y Silvia Piscoya empieza su jornada del día. Luego de ordenar las tareas de su casa, sale a realizar el recorrido por las calles de Ferreñafe (Chiclayo), junto con sus compañeros, según la ruta trazada la noche anterior.
Antes de esa tarea, ella era obrera en una fábrica, pero la delicada salud de su madre la obligó a dejar el trabajo para estar más tiempo al cuidado de su progenitora. Ahora, Silvia preside la Asociación de Recicladores Santa Lucía de su natal Ferreñafe y espera que la ciudadanía conozca más de su labor y que no les confundan con personas de mal vivir. “Hay que tener paciencia y correa ancha”, añade.
“Ser un reciclador formal tiene aspectos positivos, ya que trabajamos de manera conjunta con la municipalidad de nuestro distrito, quienes nos dan uniforme, equipo de protección y nos apoya con el transporte de los residuos que recolectamos en los hogares”, acota.
Según explica, luego de recoger papeles, cartones y botellas, entre otros, los llevan a unaplanta de valorización, donde seleccionan los residuos para luego venderlos. “También vamos a los restaurantes, mercados y hoteles para recoger residuos orgánicos, ya que con eso se puede hacer abono natural (compost)”, señala.
Las Amazonas
En otro lugar del país se encuentra Barbarita Cotrina, cumpliendo la misma labor de protección del ambiente. La calurosa ciudad de Bagua, en la región Amazonas, es su centro de operaciones. Comenta que ha trabajado mucho tiempo como recicladora en un botadero de esa localidad y que hoy se siente mejor tras haber pasado a la formalidad y ser presidenta de la Asociación de Recicladores de la Provincia de Bagua, que tiene 9 años de creación.
Desde las 6 de la mañana organiza a su equipo de recicladores, luego ella encabeza la misión hasta culminar la jornada diaria. “Desde que nos formalizamos muchas cosas han cambiado para bien. Somos seis socios y estamos esforzándonos para que nuestra ciudad sea limpia y no haya contaminación”, refiere.
Recuerda que, antes, su labor era incomprendida por la población, pues muchas veces le cerraron las puertas cuando se presentaba a recoger residuos en las casas o locales comerciales. Su persistencia hizo que la gente ahora le agradezca por ayudar a mantener las calles limpias.
Los Brillantes
En la cálida Piura, región ubicada al norte del Perú, Segundo Rodríguez lleva más de cinco años como reciclador y es presidente de la Asociación Los Brillantes del Chira, de Sullana, que se creó en 2018 y hasta la fecha cuenta con 22 integrantes, lo que les permite trabajar por grupos en turnos alternos por día.
“Nos reunimos los 16 de cada mes para evaluar nuestro trabajo, a fin de determinar qué se hizo mal, qué nos falta y cómo podemos mejorar nuestra labor”, manifiesta.
Segundo también destaca los beneficios de ser un trabajador formal. “Al ser formales, la municipalidad nos apoya con nuestro uniforme y equipos. Y tenemos más seguridad. Además, el reciclaje nos permite obtener ingresos y al mismo tiempo mantenemos la ciudad limpia”, indica.
Cada uno de estos guardianes del planeta coincidieron en su llamado a la población para que apoyen las actividades de reciclaje, separen los residuos desde cada casa y eviten ensuciar las calles de cada distrito.