- Considerando que más del 90% de la población de águilas harpías vive en el Amazonas, la conservación del bosque húmedo garantiza la persistencia de la especie.
La alarma es seria. Las águilas harpías tienen una probabilidad cercana a cero de sobrevivir la deforestación abrasiva del Amazonas. Un estudio reciente reveló que la especie —entre otras aves— no sólo están siendo despojadas de su hábitat natural, sino de los recursos para alimentarse, que se han vuelto casi nulos. Con este horizonte en puerta, la cuestión de crecimiento económico con los recursos amazónicos cobra un sombra diferente.
Pérdidas en cadena
En los últimos 50 años, el 17 % de la selva ha sido devastada. En consecuencia, la pérdida de la biodiversidad va en aumento. Junto con las águilas harpías, otras especies que dependen del Amazonas para subsistir luchan actualmente por abastecerse de los recursos necesarios para vivir.
Siendo la especie de águila más grande de todo el continente americano, estas aves dependen de los monos y perezosos para vivir. Como sus depredadores naturales, si no encuentran primates pequeños en las copas de los árboles, no pueden comer. Por lo tanto, la deforestación está impactando severamente en la persistencia no sólo de las especies aviares, sino de sus presas en la selva.
Además, el Amazonas es el único lugar en donde las harpías habitan. Carlos Peres, profesor de ciencias ambientales en la Universidad de East Anglia, Reino Unido, añade un elemento fundamental al análisis: tienen el ciclo de vida más lento de todas las especies de aves. Considerando que más del 90% de la población existente vive ahí, la conservación del bosque húmedo garantiza la persistencia de la especie, que de otra manera, no podría adaptarse a otro ecosistema.
Un problema latinoamericano
El águila harpía habita desde el centro de México hasta el norte de Argentina. Sin embargo, la destrucción forestal en América Latina y la caza ilícita están obstaculizando la reproducción saludable de la especie en toda la extensión del Amazonas, a pesar de estar protegida por la ley en varios países. Entre ellos, destacan Brasil, Panamá y Surinam.
Lo grave de esta pérdida es que estas aves están en la cúspide de la cadena alimentaria amazónica. Su creciente desaparición revela, a su vez, el estrés bajo el cual sus presas naturales se encuentran. Cada vez más lánguidas y menos nutridas, estas aves están perdiendo la vida en hambruna absoluta.
Con la pérdida de los bosques húmedos, las aves no logran adaptar su dieta a otros animales. Además, cuando la tala alcanza los árboles en donde construyeron sus nidos, no pueden encontrar el camino de regreso a casa. De la misma manera, es probable que las crías no logren sobrevivir. El panorama en el futuro cercano, por tanto, no es prometedor para la especie en el Amazonas.