Como si se tratara de una película de estreno, asistimos a la pre-temporada en las Lomas de Aucallama. Llegamos hasta allí para observar de cerca el proceso de recuperación que ejecuta la Comunidad Campesina de Aucallama. Apostar por devolverle el brío a tamaña herencia natural merece más que aplausos. ¡Bravo!
Lima tiene otro refugio natural. El nuevo chico del barrio ecoturístico en el norte chico. Se trata de las Lomas de Aucallama en Huaral, un ecosistema típico de la costa peruana que pocos conocen y al que nos trasladamos en esta pre-temporada para tomarle el pulso a este nuevo espacio que será la delicia de los Birdwatchers y cerquita no más.
La comunidad campesina de Aucallama decidió, de una vez por todas, recuperar tamaño tesoro natural, así que puso manos a la obra y convocó a Iván Reyna, gestor de la recuperación de las Lomas de Asia, al sur de Lima, para replicar su trabajo en este ecosistema norteño. Y vaya que lo están logrando.
MÁS RUMBOS :
A pesar de que en el verano, las lomas están secas y no se muestran en todo su esplendor ( hay que anotar que durante esta temporada el sol es extremo y puede disecarte) hay que esperar unos cuantos meses para que estas cobren todo su encanto y se cubran de verde. Mientras tanto la actividad no para: “Durante este tiempo hemos comenzado con los trabajos de ordenamiento, señala Iván, hemos ordenado los senderos para proteger la cobertura vegetal, estamos haciendo incapie sobre los cuidados que los visitantes deben tener, y estamos instruyendo a la comunidad para que ellos mismos sean los que protejan su propio patrimonio natural”, agrega.
A pesar los cambios que el calentamiento global ocasiona en el desplazamiento de las especies, en las Lomas de Aucallama se han encontrado una gran cantidad especies de flora y fauna: “A inicios de este año se han reportado al menos unas 20 especies de aves, entre ellas cuatro endémicas del desierto costero del Perú”, señala Reyna.
Es así que a pesar de que en estos momentos las lomas son un brasero, es posible ver por allí al inquieto minero peruano (Geositta peruviana), cavando sus cuevas en el arenal. Su plumaje acanelado le es perfecto para camuflarse entre la vegetación amarilla y las dunas que allí se forman. Su primo el minero de pico grueso (Geositta crassirostris) anida también muy cerca de alli. Entre los rodales de cactus de Aucallama.
En estos paisajes reinan centenares de cactus, posiblemente la población de cactus más extensos de la costa peruana y entre los que el canastero de cactus (Pseudasthenes cactorum), sobrevuela en busca de pitajayas, los prodigiosos y benévolos frutos del desierto. Esta ave llama la atención por la forma que se ha adaptado a este espinoso hábitat y suele ser el más solicitado entre los avistadores de aves.
La comunidad espera hacer su lanzamiento a lo grande en junio próximo, con la aparición de los amancaes que anuncian el inicio de la estación verde, en tanto terminan de armar la zonas de campamento y habilitar las cuatro rutas que comprenden las casi mil hectáreas que se han habilitado para el ecoturismo. “ Son 5 mil hectáreas de lomas, queremos conservar cuatro mil para los servicios ambientales que ofrecen estos ecosistemas” finaliza Reyna antes de que el sol se oculte. Desde uno de los miradores observamos como se alza la niebla que pronto cubrirá Aucallama.
Un panorama totalmente acogedor, aún en temporada seca. Una lechuza de los arenales observa nuestro paso y no teme.Se queda quieta, esta a salvo camuflada, ella cree. Nosotros la divisamos y queremos verla desde más cerca pero alza el vuelo. Un vuelo muy representativo. La naturaleza siempre se abre paso, eso esperan todos los comuneros que han apostado por ver todos estos parajes a salvo.
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