Hace unos meses atrás, publicamos un artículo sobre Arbio Perú, y su fundadora Tatiana Espinosa y su propuesta de conservación que está al alcance de todos, en cualquier lugar del mundo, y que consiste en apadrinar o adoptar árboles y hectáreas del bosque mediante una plataforma virtual.
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Espinosa, la directora ejecutiva de la Asociación para la Resiliencia del Bosque frente a la Interoceánica (Arbio) asumió el reto de administrar una concesión forestal en Madre de Dios, pero no para extraer madera u otro recurso, sino para preservar las especies de árboles más grandes de la Amazonía, como el shihuahuaco, vulnerable a la tala ilegal que pone en peligro su existencia. Con esta apuesta la ingeniera forestal e investigadora decidió asumir los riesgos de la conservación de los bosques por vocación e iniciativa voluntaria.
Bosques conservados, bosques productivos
Pero además ser un vector para involucrar al ciudadano en la defensa de un bosque en pie, Arbio Perú viene trabajando en la adaptación de un modelo de conservación productiva bajo los principios de la forestería análoga en la Amazonía de Madre de Dios. Financiado por el programa Innóvate Perú del Ministerio de la Producción este es un tipo de conservación productiva pionera en el país, pues ha permitido juntar a agricultores locales, líderes del sector académico, institucional y de la sociedad civil, para seleccionar a las especies cultivadas habitualmente en la región e identificar su valor: asi las eligieron proyectando productividad y rentabilidad anual por hectárea. El vivero en la ChacraMama de Arbio, ubicado en el Corredor Turístico Tambopata, permitió la producción de plantones sembrados en dos parcelas demostrativas, una para especies frutales y la otra para especies medicinales.
Reconocer el valor del bosque en pie y prospero, es el filón que defiende la forestería análoga que propone convertirse en una de las herramientas para la planificación del uso de la tierra y la conservación de cuencas hidrográficas, incrementando biodiversidad restituyendo en parte, paisajes degradados. Restaurar un bosque favorece la adaptación de sus ecosistemas y comunidades a los efectos del cambio climático global.
Un esfuerzo de una década de lucha por llevar a cabo estos mecanismos de conservación en la región Madre de Dios, una porción amazónica peruana seriamente degradada, fue reconocido en Nepal, donde hace unos días atrás recibió el premio Jane Goodall en nombre del Perú y de la Amazonía. Cabe resaltar que este es el primer premio de la International Federation y The Thin Green Line Foundation que se otorga a una persona latinoamericana.
Este premio lleva el nombre en honor a la Dra. Jane Goodall, reconocida investigadora y protectora de primates a nivel mundial y embajadora de la Federación Internacional de Guardaparques. La Dra. Goodall afirma que se siente muy honrada de que este premio lleve su nombre porque se otorga a las personas valientes que defienden la conservación de las especies.
Es así que bien merecido el premio para esta peruana que se dedica a la conservación de los bosques en peligro de deforestación y a la investigación de especies que conservan el ecosistema. Para nosotros es motivo de alegría y orgullo que haya sido la ganadora del premio Jane Godall Hope and Inspiration Ranger Award 2018.
En el Perú, Arbio es pionero en la adaptación de un modelo de conservación productiva bajo los principios de Forestería Análoga en la Amazonía de Madre de Dios y busca replicar sus experiencias en diversos escenarios de la Amazonía.
Tatiana Espinosa directora de @ArbioPeru lucha por la conservación de los grandes árboles en Madre de Dios, esfuerzo que acaba de ser reconocido en Nepal, donde recibió el premio Jane Goodall en nombre del Perú y de la Amazonía . Bravo! ???? pic.twitter.com/cL15UNDpsr
— Revista Rumbos (@RumbosdelPeru) November 15, 2019
Conoce más sobre ella:
Tatiana Espinosa: “Los bosques valen más de pie que tumbados”
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