El PNUD, por medio de su programa Amazonía Resiliente, en alianza con el Sernanp, ha fortalecido las capacidades de 27 familias cusqueñas de la Cooperativa José Olaya que cultivan café de altura y cuidan el Santuario Nacional Megantoni.
En la Cooperativa Agraria Cafetalera José Olaya, el cambio climático se ha convertido en tema cotidiano de conversación. Sus fincas, en el distrito de Quellouno, provincia cusqueña de La Convención, se ubican en el área de amortiguamiento del Santuario Nacional Megantoni, donde se dice que estuvo ubicada la ciudad perdida de los Incas.
A los socios de esta cooperativa la preocupación les asalta y no sin razón: les preocupa el clima. “ Está demasiado caliente. Eso es malo para el cacao y el café”, dice Luz Marina Astete, miembro del consejo de vigilancia de esta cooperativa caficultora. Por ello, están preocupados por reforestar más para “ayudar a calmar al clima”.
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La Cooperativa Agraria Cafetalera José Olaya, está ubicada en el distrito de Quellouno, localidad de la provincia de La Convención, en Cusco. La empresa se dedica a la producción y comercialización de granos de café y cacao, el acopio de estos productos son realizados de los cultivos de sus socios cooperativistas, los cuales manejan sus plantaciones en base a normas y criterios orgánicos y ecológicos incluso con certificación orgánica y sello fair trade, de comercio justo. Sus cosechas van hacia los mercados de Estados Unidos, Holanda, Alemania, Australia y otros.
Todas estas iniciativas son parte del proyecto Amazonía Resiliente, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), beneficia a 27 de las familias socias de esta cooperativa y que buscan fortalecer la resiliencia de los ecosistemas vulnerables en la Amazonía sur del Perú, ante los impactos del cambio climático”.
Al trasladar apoyo y conocimientos técnicos los socios de esta cooperativa han apostado por las prácticas agroecológicas del cultivo de café : “Somos amigables con el medioambiente”, «Ya no realizan las quemas” apunta Marina. Los socios reciben plantones de árboles nativos para reforestar sus parcelas, y también abonos orgánicos. Asimismo, reciben orientación de cómo manejar adecuadamente su suelo, y las etapas de poscosecha, secado y almacenado. De esta manera, los caficultores de de esta cooperativa han recibido el “ Sello Verde”
Como a todos, la pandemia afectó la productividad de los cafetaleros de Quellouno. Las cuarentenas frenaron la cosecha y la distribución y para volver a reactivarse tuvieron que organizarse . Sin embargo, no todo fue malo. Con el inicio de la pandemia. La cooperativa ya estaba familiarizada con el sistema de ventas y el negocio electrónico con los mercados extranjeros.Para cuando se levantó la cuarentena total, los socios reiniciaron sus actividades elaborando productos de venta directa al consumidor directo, como el café Biolaya, que ha llegado a Plaza Lima Sur.
Con la llegada de la emergencia sanitaria, los caficultores fueron los más afectados con sus actividades productivas ya que se encuentran en las áreas más alejadas, lo que dificultó la venta de productos o supuso vender a precios por debajo de lo usual que establecen los acopiadores.
El PNUD-Perú ha trabajado con estas asociaciones a escala nacional y “Para adaptarse a la ‘nueva normalidad, los emprendimientos peruanos deben dar un salto efectivo a la digitalización, lo cual es un desafío en muchas regiones del país en donde existen brechas significativas para el acceso al internet”, sostiene Carla Zacapa, representante adjunta del PNUD en el Perú.
En rumbo:
+Info: https://cacjoseolaya.pe/
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Telf: (089) 987665 / 984 990 410
Email: info@cacjoseolaya.pe
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