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Conservación y Bancarrota ( Y nuevas listas de especies amenazadas)

Por Enrique Angulo 

Sabemos que trabajar con fauna silvestre implica, como casi todo, invertir dinero. A veces se utiliza recursos financieros y humanos en experimentos pomposos, cuyos resultados quedan archivados en cajones o generan conocimientos que no pueden ser aplicados a la realidad por alguna u otra razón. Comento también algunos datos (¿positivos?) sobre la actualización de la Lista Roja Global de especies amenazadas a cargo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y sobre el proceso de actualización de la clasificación de especies de fauna silvestre categorizadas como amenazadas en el Perú, liderado por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR).  

Muchos científicos saben que siempre existe el riesgo de que entre a talar un factor imprevisto en la realización de un experimento o de un trabajo en campo, el cual puede ocasionar daños directos o colaterales dramáticos. El siguiente caso me llamó la atención. Científicos rusos han padecido durante una investigación para conocer las rutas de migración del águila esteparia (Aquila nipalensis) desde Siberia a otros territorios asiáticos.

Para ello, los ornitólogos les colocaron a 13 individuos de esta ave rapaz unos transmisores con GPS para que emitan señales a través de mensajes de texto, con el fin de definir las rutas de migración y evaluar sus recorridos. De esta manera se puede identificar posibles amenazas durante el trayecto de las águilas, lugares importantes que deben ser protegidos, así como otros aspectos que garanticen que estas imponentes aves puedan ser conservadas y cumplan su importante rol en la naturaleza.

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Hasta ahí todo bien. Sin embargo, al parecer, en la concepción del trabajo de campo se obvió o no se tomó en cuenta un pequeño detalle. Y es que, de las aves usadas, un individuo hembra ─a la que se bautizó como Min─ les hizo la noche a los rusos. ¿Qué pasó? Pues Min alzó vuelo desde Siberia hacia Kazajistán y se quedó ahí cuatro meses, pero resulta que en la región donde Min estuvo, ¡no hay señal telefónica! ¡Pequeño detalle! Por ende, todos los mensajes que “debía mandar” esta señora águila, nunca llegaron a tiempo.

Seguidamente, Min emprendió vuelo hacia Irán, allí, en el territorio donde pasó sus días, no había señal telefónica ni internet. Lo peor vino después. Todos los mensajes almacenados que no pudieron ser enviados, llegaron de una sola vez a Rusia, con lo cual, Min, sin querer, hizo que los costos ocasionados por el “Roaming” fueran bastante elevados, pues se suponía que todos los costos eran por telefonía local, pero no fue así. Esto originó que la cuenta telefónica sea bastante elevada.

La ornitóloga rusa Elena Schneider, líder del proyecto, manifestó que Min hizo que los costos por mensajería de texto (más de 100) elevaran el presupuesto del proyecto de investigación, con lo cual, hubo un sobrecosto sin financiamiento que tuvo que ser compensado a través de una colecta, llamada algo así como“Recarga el celular del águila”. Esperemos que hayan podido recaudar lo suficiente.

En relación a los resultados, de manera general se puede anunciar qué países visitan estas águilas y cuáles son las principales rutas de migración. No obstante, la ruta que siguió nuestra amiga Min fue toda una sorpresa, pues no pudo ser prevista. Tras analizar los datos, ninguno de los otros doce individuos causó tan altos costos, pese a que volaron por Sudán y Paquistán.

¿Buenas noticias?

Al año, la UICN actualiza la Lista Roja Global de especies biológicas amenazadas del planeta. En la última actualización habría algunas noticias positivas. Sin embargo, el balance general todavía es algo desalentador. Esta vez se identificó los casos de diez especies que reportarían avances en su conservación, gracias a diversas acciones destinadas a su protección. La nueva Lista Roja incluye a ocho especies de aves y dos de peces que han “bajado” su rango de amenaza. Esto demostraría que la naturaleza sí se puede “recuperar” cuando se le da la oportunidad. Tal situación es descrita por muchos como un pequeño halo de luz al final del túnel.

Resalta el caso del rascón de Guam (Gallirallus owstoni), ave no voladora que fue considerada como “Extinta en Estado Silvestre” y que ahora ha sido catalogada como “En Peligro Crítico” de extinción. En el año 1987 murió, a causa de la picadura de una serpiente, el último ejemplar silvestre en la isla del Pacífico Guam. Sin embargo, gracias a un programa ex situ de reproducción en la isla vecina de Coco, se logró la reintroducción a su hábitat natural de ejemplares en Guam.

Foto: Getty Images

Otro caso ofrece algunas esperanzas para la avifauna terrestre. La cotorra de Mauricio (Psittacula eques) pasó de estar “En Peligro Crítico” a “En Peligro” y su población actual es de alrededor de 750 parejas, con lo cual, podría ser que se asegure su reproducción en estado silvestre, claro, siempre y cuando existan las condiciones para ello.

73

Por otro lado, 73 especies están hoy “más amenazadas” que hace unos meses. Y es que para muchos animales y plantas, el ocaso sigue rondándolos sin tregua alguna. La Lista Roja Global de la UICN incluye a la fecha, a más de 110 000 especies; y de ellas, más de 30 000 están clasificadas como “En Peligro Crítico”. En julio de este mismo año, las cifras eran 105 000 y 28 000 especies respectivamente. Es decir, las cifras han aumentado en 0,5%.

Otro punto importante en la actualización de la Lista Roja Global es que cada vez es más evidente que el cambio climático es una amenaza real de la diversidad biológica, según la UICN. Así por ejemplo, en Australia, casi la tercera parte de los peces de agua dulce están amenazados; y de ellos, más de la mitad de especies sufren la amenaza directa por sequía o por el aumento de la temperatura global. Otro ejemplo de una especie que está más amenazada ahora que hace unos meses es la liebre silvestre europea (Oryctolagus cuniculus), pese a que su población global es alta. Pero, en su lugar de origen y en estado silvestre, es decir, las poblaciones en España, el sur de Francia y en Portugal se encuentran categorizadas como En Peligro Crítico. Un virus mermó la población en estas regiones en un 70%. Este mamífero es fundamental para el mantenimiento del ecosistema, dado que es presa del también amenazado lince ibérico (Lynx pardinus) y del águila imperial ibérica (Aquila adalberti).

Perú

Y tomando en cuenta los parámetros de la UICN, en el Perú y bajo la conducción del SERFOR, se realiza el proceso de actualización de la clasificación de especies de fauna silvestre categorizadas como amenazadas, para tener claro en qué especies se debe poner énfasis, identificar claramente las principales amenazas y priorizar las acciones de conservación, entre otros fines.

Se debe tener en cuenta que en el Perú, el primero de estos documentos fue aprobado en el año 1977 y en ese entonces se incluyó, en una sola lista, a 104 especies de flora y fauna silvestre categorizadas como amenazadas. Posteriormente, en 1990 se tuvo una nueva lista con 170 especies; y en 1999, se aprobó una lista con 221 especies (86 aves, 77 mamíferos, 44 reptiles y 18 anfibios). Cinco años después, en el año 2004, la lista aumentó a 301 especies (172 aves, 65 mamíferos, 38 anfibios y 26 reptiles). La elaboración de esta última estuvo liderada por el extinto Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA); y las tres primeras por el Ministerio de Agricultura.

La elaboración de la lista vigente, aprobada por el DS 004-2014-MINAG, fue liderada por la también extinta Dirección General Forestal y de Fauna Silvestre que pertenecía al Ministerio de Agricultura. Poco tiempo después, esa dirección fue sustituida por el actual SERFOR que está adscrito al renovado Ministerio de Agricultura y Riego. En ella se incluyó 535 especies de fauna silvestre y por primera vez, se tomó en cuenta a los invertebrados.

Se espera tener la lista aprobada para el año 2020 y con ello, poder contar con información actualizada, verificable y de utilidad para tomar las acciones necesarias de investigación, conservación y aprovechamiento, con el fin de garantizar el uso sostenible de nuestra fauna silvestre. Y sobre todo, se va a tener a las especies amenazadas del país en la categoría a la que realmente pertenecen y no donde algunos (o algunas) quisieran que estén para justificar su accionar o pedir dinero e invertir en actividades para una u otra especie que tal vez no lo necesite con urgencia, con lo que se dejaría de invertir en especies que sí necesitarían acciones inmediatas para asegurar que no desaparezcan.

Por otro lado, el hecho de que cada nueva lista tenga más especies, no necesariamente significa que tenemos más de ellas bajo algún grado de amenaza. Es verdad, es lo que la lógica nos dictaría, pero no, se debe principalmente a que hoy contamos con más información disponible, lo que nos permite ─ahora sí─ evaluarlas. Años atrás no se contaba con los datos suficientes para poder asignarle un estado de amenaza. Y por si acaso, tampoco es serio meter a cientos de especies a la lista y pintar un escenario apocalíptico.

En resumen, se espera una nueva lista para el país. Somos conscientes de que sería “más larga” que la actual, pero sepamos darle lectura y buen uso al esfuerzo de decenas de investigadores(as) peruanos(as) quienes, en conjunción con el SERFOR, el Ministerio del Ambiente y otras organizaciones públicas y privadas, hacen un gran esfuerzo para poder conocer y gestionar adecuadamente lo que tenemos. SI no es ahora, ¿cuándo?

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