Imagínese que debe comprar un coche nuevo y sólo tiene unos minutos para tomar la decisión. Se debate entre uno con gasolina o un eléctrico. El primero sabe que le costará más caro, pero gastará más rellenando el depósito que el segundo. ¿Hasta qué punto le saldrá más rentable adquirir uno u otro?
Pongamos otro ejemplo. Después de un día pésimo en el trabajo, a última hora su superior le llama para anunciarle que habrá recortes de plantilla y que hay serias opciones de que sea despedido. ¿Cómo reaccionará?
Seguramente, si se deja llevar por las emociones irracionales, es muy posible que tome la decisión más simple. En el primer caso, se compraría el coche con gasolina, porque es más barato y es el de toda la vida. En el segundo, la rabia que le provocaría la noticia quizás podría acabar con una discusión con su superior que podría incrementar las posibilidades de despido.
¿Qué habilidades hubieran sido necesarias en los dos escenarios? En el primero, cálculo mental rápido. En el segundo, control emocional.
El póker como gran ejemplo del mundo de los negocios
Ambos son claves en uno de los juegos más en auge de los últimos años: el póker. Un buen jugador de este conocido juego de cartas tiene muchas más habilidades para triunfar en el mundo entrepreneur que uno que no lo domine.
Sin ir más lejos, uno de los jugadores más conocidos del mundo, Phil Helmuth, declaró en enero de 2024 que actualmente asesoraba a 23 empresas diferentes en materia de liderazgo, toma de decisiones, gestión emocional, coste de oportunidad y muchos otros campos más.
Otro aspecto fundamental del juego que también se puede aplicar a la vida es la gestión de la riqueza. En el póker, como en la salud económica, hay que evitar la bancarrota a toda costa e intentar ganar el máximo de dinero posible.
Es por eso que si estamos dominando una partida con mucha diferencia podremos ejercer mucha presión a los jugadores que están cortos de fichas. Al fin y al cabo, lo mismo sucede en la vida, en la que aquellos que más atesoran tienen más poder para mover a su antojo todos aquellos que disponen de menos recursos económicos.
¿Es largo el camino para triunfar en el mundo del póker?
El póker, sobre todo en su modalidad Texas Hold’em, se ha popularizado muchísimo en los últimos años con la expansión de los casinos online. Si quiere, por cierto, iniciarse en este mundo, Gambling.com le ofrece algunas de las mejores recomendaciones para este momento.
Una de las grandezas de este juego es que todo el mundo puede tener su día de suerte, por lo que en el corto plazo todos pueden parecer buenos jugadores con una pizca de fortuna. Evidentemente, cuanto más manos se jueguen, más se terminará viendo la calidad real de cada uno.
Si uno está pensando en su casa si quiere o no quiere dedicarse al póker, debe tener claro que nada llega por casualidad. Los mejores jugadores de este deporte han llegado a tener grandes ganancias en primer lugar porque han invertido muchísimas horas de estudio.
Según informa Poker10, el profesor de psicología K. Anders Ericsson realizó un estudio sobre 16 jugadores de póker en un plazo de tres años. Durante este periodo determinó que son necesarias unas 1600 horas para tener un nivel muy avanzado, lo que equivale a 66 días enteros o unas cuatro horas diarias durante un año.
Con todo este estudio, lo único que se conseguirá son unas nociones decentes para poder empezar a jugar al póker de manera profesional, algo que en ningún caso significa que se pueda ganar dinero al momento. Serán necesarias muchísimas más horas para poner en práctica todo lo aprendido y seguir mejorando. Como dice el dicho popular, la paciencia es la madre de la ciencia.
De hecho, también existe una frase de David Spanier, un conocido periodista especializado en este deporte, que define esta idea a la perfección: “¿Cuánto se tarda en aprender a jugar a póker, papá?” “Pues toda una vida, hijo”. Poco más que añadir.
Sólo sobrevivirán los mejores
En conclusión, si ahora mismo le está pasando por la mente la idea de convertirse en jugador profesional de póker, debe saber que el camino será larguísimo, muy empinado y que sólo unos cuantos elegidos pueden vivir de esto. De hecho, los datos que se manejan hablan de que sólo entre un 3% y un 5% del global de jugadores se pueden ganar la vida con el póker.
Gestión de las emociones, del riesgo, del patrimonio, habilidad para mentir, cálculo mental rápido, análisis y control del lenguaje no verbal… Todos son atributos que le ayudarán a perfeccionar su juego y, por el camino, seguramente le harán una persona de negocios mucho más completa.