Por María Helena Tord
Para el siglo XV los incas llegaron a dominar un inmenso territorio que es el Tahuantinsuyu y que abarcaría actualmente parte de seís países andinos: Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina y Chile. Para lograr esta gran obra continental fue fundamental la implementación de un inmenso y complejo sistema vial, dotado de estructuras arquitectónicas que permitieron el manejo territorial y la adaptación a la variada geografía.
Gracias a la implementación de la gran red vial del Qhapaq Ñan a largo de la cordillera de los Andes se logró articular este inmenso territorio con la construcción de 40 mil kilómetros de caminos. Solo en el Perú hay cerca de 25 mil kilómetros de vías. Todos estos caminos incaicos convergían en un punto: la plaza de Haukaypata, en el Cusco, desde donde partían los caminos principales hacia las cuatro regiones o suyus que integradas entre sí conformaban el Tawantinsuyu: Chinchaysuyu hacia el norte, Antisuyu hacia el este, Kuntisuyu hacia el oeste y Qollasuyu hacia el sur.
MÁS RUMBOS:
Para entender la complejidad de esta gran obra que es el Qhapaq Ñan en su real magnitud, lo mejor es recorrer unos de los caminos inca mejor conservados, que es el tramo del Chinchaysuyu, que va desde Huánuco Pampa (en Huánuco) a Huamachuco (La Libertad). Este tramo forma parte de la vía principal del Chinchaysuyu, que unía Cusco con Quito. Este tramo abarca las actuales regiones de Huánuco, Áncash y La Libertad.
Conocido en la zona como Inka Naani, el Qhapaq Ñan tiene una extensión de 334 km. Recorrer parte de este tramo es posible gracias a la conectividad que se tiene actualmente mediante carreteras. A una hora de la ciudad de Huari en Áncash se llega a Soledad de Tambo desde donde comenzamos parte de este trayecto, que por cierto ha sido declarado Patrimonio Mundial por su valor excepcional y gran nivel de conservación.
Nuestra caminata comienza en el Complejo de Soledad de Tambo, donde nos recibe un inmenso y solemne ushnu o plataforma ceremonial inca, que es el símbolo del poder inca en la región. Desde acá caminamos por vías empedradas que son usadas cotidianamente por los habitantes locales para trasladarse hacia viviendas y poblados vecinos, o hacia sus chacras y zonas de pastoreo.
Durante nuestra visita estuvimos hilando hilos de oveja con Griserina mientras que sus compañeras pastaban en los alrededores del complejo inca. En casa de Griserina, su esposo Rogelio, trabaja en su telar. Y en los campos de cultivos todavía labran la tierra con la chaquitaclla, un antiguo instrumento de arado. Acá se practica la minka o trabajo colectivo, el mismo que se sigue practicando desde la época inca. Desde hace un par de semanas todos los comuneros de la zona están concentrados en la labor de construir una nueva casa para su vecino.
En Soledad de Tambo todavía se hacen faenas de mantenimiento del Camino Inca. Acá el camino se sigue usando para andar, para llevar a su ganado y para ser recorrido. Y por las noches, si tiene suerte y está despejado, Soledad de Tambo se convierte en el mejor observatorio astronómico para mirar las estrellas rodeado de montañas.
Y para seguir con la ruta a unos 40 minutos en auto desde Huari ciudad llegamos a Huaritambo, que es un tambo real que conserva 31 colcas que se utilizaron para almacenar insumos. Acá también el camino está muy bien conservado y es que acá la comunidad también colabora con las faenas de conservación de su lugar junto con el Proyecto Qhapaq Ñan del Ministerio de Cultura que trabaja en esta parte del camino.
En rumbo:
Cómo llegar: Lima a Huari – Lima directo en Movil Bus
Fiestas: En el marco de la Fiesta Patronal Virgen del Rosario (Mamá Huarina) del 6 al 11 de octubre en la Plaza Mayor de Huari habrá una exposición fotográfica del Proyecto Qhapaq Ñan denominada: «El Qhapaq Ñan y los tambos reales Inca de Huari: Huaritambo y Soledad de Tambo».
Hoteles en Huari: El Parque y el Huagapo. Aproximadamente 60 soles la noche.
Restaurantes: Dulce Secreto y El Edén.
El dato: Es posible desde esta ruta visitar la laguna de Purhuay.
Añadir comentario