Reproducimos este artículo que es parte de la versión digital del Hay Festival Arequipa, un encuentro de escritores y pensadores que se realiza en esa ciudad de Arequipa entre el 8 y 11 de noviembre de 2018.
Por Analía Llorente Hay Festival Arequipa
«Ni que estuvieras en Jauja»; «Vete a Jauja»; «País de Jauja», o «¡Esto es Jauja!».
¿Alguna vez escuchaste o leíste estas frases?
Según la Real Academia Española (RAE), Jauja denota todo lo que quiere presentarse como tipo de prosperidad y abundancia.
Pero Jauja (con mayúscula) es también una ciudad en el centro de Perú, a unos 250 km al este de Lima, ubicada en el valle de Mantaro, rica en recursos naturales y culturales.
¿Entonces Jauja es el paraíso? ¿Y el paraíso está en Perú? Al menos eso es lo que pensaron los españoles cuando llegaron a estas tierras.
MÁS RUMBOS:
La expresión «¡Eso es Jauja!» surge en el siglo XVI con el significado de un lugar ideal.
«En el momento en que los españoles llegaron a América existía en el imaginario un ideal de los lugares felices, utopías. En Europa eso se llamaba el país de la Cucaña», explica el historiador peruano Carlos Hurtado Ames.
«Cuando llegaron a Perú, a la sierra central concretamente, allí existía un centro administrativo inca que se llamaba Jatunsausa. Y muchos españoles relacionaron esa idea de lugar ideal con este sitio», dice Hurtado Ames a BBC Mundo.
¿Qué tenía de particular?
Aparentemente muchas riquezas. «Jatunsausa era una ciudad inca que tenía, dicen los cronistas, una réplica del Qoricancha (que en quechua significa «templo dorado»), además de un jardín de oro, con plantas, animales, pastores, etc. Deslumbraba», describe el historiador de la Universidad Nacional de Trujillo, Perú.
Desde el momento en que los españoles habían llegado a América, no habían visto ningún lugar parecido. Y es que el descubrimiento de Jatunsausa fue antes de llegar a Cuzco.
Los conquistadores decidieron fundar la ciudad allí con el nombre de Jauja, «como una corrupción de Xausas, un grupo étnico que habitaba esa zona», dice Hurtado Ames.
Existe una versión que sostiene que en realidad los españoles observaron que Jauja (la de Perú) era muy parecida al pueblo de Jauja que se encuentra en la provincia de Córdoba, España, por su riqueza natural y cultural, según le cuenta a BBC Mundo Sergio Balbín, Gerente de Turismo de Jauja, Perú.
La primera capital
Cuando los españoles fundaron Jauja en 1534, la ciudad se transformó en la primera capital de Perú. «Todo el oro que se envió a España se administró desde Jauja», dice Hurtado Ames. Sin embargo, la ciudad tuvo el título de capital por un período breve.
Al siguiente año, en 1535, los españoles se trasladaron a Lima, y por lo tanto la capital también se movió. Pero el nombre de Jauja quedó registrado en el imaginario, sobre todo europeo, como un lugar de abundancia, felicidad y riqueza. Y entonces surgieron las frases: «ni que estuvieras en Jauja»; «vete a Jauja»; «país de Jauja», o «¡esto es Jauja!», como expresiones de riqueza ilimitada.
De hecho, la RAE también define en su entrada de jauja la expresión coloquial: ¿estamos aquí, o en Jauja? que se usa «para reprender una acción o un dicho importuno o indecoroso».
Sin embargo, el historiador Hurtado Ames aclara que las frases en las que se incluyen a Jauja «tienen más vigencia en Europa que en Perú, aquí se ha dejado de usar».
Ciudad sanatorio
Con el paso de los siglos, Jauja volvió a tener esa connotación de paraíso, aunque no por su riqueza material, sino por la natural.
«En el siglo XX, Jauja fue considerada un lugar de sanación. Jauja tiene uno de los climas más puros de Perú. Y antiguamente había la idea de que para sanarse había que estar en ciudades de altura», dice Hurtado Ames.
En la década de 1920 hasta mediados de 1950, funcionó un sanatorio y la gente iba a Jauja a sanarse de tuberculosis y otras enfermedades de la época. Así que Jauja fue dos veces paraíso. «Aunque también tuvo una connotación negativa porque era una ciudad con muchos enfermos. Y eso llevó a que no haya tenido el desarrollo económico que pudo haber alcanzado», opina el historiador.
Jauja, hoy
Jauja es una ciudad pequeña de unos 17.000 habitantes aproximadamente, pero con un gran patrimonio cultural y natural.
«Tiene tradiciones y culturas muy ricas. Puedes encontrar una interculturalidad muy grande y variada, desde la danza tunantada, el carnaval jaujino, como también riqueza en paisajes y clima ya que cuenta con todas las estaciones», describe Balbín de la gerencia de turismo de Jauja.
Por su parte, el historiador Hurtado Ames califica a Jauja «como uno de los lugares más culturalmente integrados de Perú socialmente, es decir de lo andino con lo occidental». «La separación cultural es uno de los grandes problemas que tiene Perú, es una sociedad fragmentada», dice.
Al parecer, Jauja también es un paraíso en este aspecto.
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