Pocas personas saben que, debajo de la Lima moderna, aún corre el agua por un canal construido hace más de mil años. El canal Huatica, legado vivo de la ingeniería prehispánica, continúa cumpliendo funciones esenciales para la ciudad. A pesar de los siglos, del concreto y de las nuevas avenidas, su cauce resiste. Pero hoy, su trazo histórico enfrenta modificaciones, obras no autorizadas y el olvido institucional.
Un canal milenario que nutrió el valle del Rímac
El canal Huatica nació como una solución brillante de ingeniería hidráulica entre los siglos X y XI. Las culturas prehispánicas que habitaban el valle del Rímac, especialmente los Ychsma, diseñaron este canal para irrigar los suelos áridos del entonces emergente valle limeño.
Corría desde lo que hoy conocemos como La Atarjea hasta zonas del actual Centro Histórico. Esta obra permitía el desarrollo agrícola a gran escala y sostenía a numerosas comunidades, gracias al uso estratégico del agua del río Rímac.
Del canal indígena al motor de la economía virreinal

Durante el Virreinato del Perú, el canal fue adaptado para usos industriales. La Casa Nacional de la Moneda, fundada en 1565, se benefició del caudal del Huatica para accionar molinos hidráulicos necesarios para acuñar monedas de plata.
Esta transición de lo agrícola a lo industrial demuestra la importancia estratégica del canal para el desarrollo económico de la ciudad en distintas épocas.
Un trazado urbano transformado por la modernidad
A medida que Lima crecía, el canal Huatica fue encubierto por la urbanización. El trazado original pasaba por calles como el sector norte del Cementerio Presbítero Maestro e ingresa al área conocida como La Huerta Perdida. Desde allí, sigue por el Jr. Amazonas, atraviesa calles como Jr. Huánuco y Jr. Junín, y avanza por el Jr. Lucanas hasta la Av. Grau. En este punto, cambia su dirección hacia el oeste y fluye por debajo de la avenida hasta alcanzar la Plaza Grau.
El tramo final del canal se desarrolla en el distrito de Magdalena. Avanza por la Av. Javier Prado Oeste, cruza la calle Juan de Aliaga, y riega parques y bermas centrales de la zona. Luego, gira hacia Miguel Soto, pasa junto al Lima Cricket Club, y sigue por Justo Amadeo Vigil, cruzando el Hospital Víctor Larco Herrera.
Finalmente, el canal atraviesa la Av. Del Ejército, llega a los jardines del Puericultorio Pérez Araníbar y desemboca en los acantilados de Marbella. Es importante señalar que el canal Huatica también atraviesa territorios correspondientes a los distritos de Jesús María, San Isidro y La Victoria.
Hoy, muchas de estas áreas están cubiertas por asfalto o intervenidas por obras. Aún así, algunos tramos siguen operativos, como en el distrito de Miraflores, donde ayuda a mantener parques y jardines.

Denuncias y obras que ponen en riesgo su integridad
En los últimos años, la Comisión de Usuarios del Subsector Hidráulico Surco-Huatica ha reportado obras no autorizadas que afectan directamente el curso del canal. Estas intervenciones ilegales han generado preocupación entre expertos y vecinos, quienes exigen una mayor fiscalización y preservación del canal como patrimonio histórico y funcional.
La Comisión de Usuarios del Subsector Hidráulico Surco-Huatica se mantiene vigilante para evitar cualquier afectación al #CanalHuatica, vital para elriego y la ecología de Lima.#ViaExpresaGrau #MunicipalidadDeLima #Lima #medioambiente #peru #agua #riego #cultura #sostenibilidad pic.twitter.com/fGshDXjleE
— Comisión de Usuarios Surco Huatica (@SurcoRegantes) April 3, 2025
Además, filtraciones en ciertos tramos han dañado vías importantes como la Vía Expresa de Paseo de la República con el jirón Antonio Raymondi, lo que ha requerido intervenciones de reconstrucción por parte de EMAPE y generando reclamos ciudadanos y trabajos de emergencia.
¿Se puede rescatar el canal Huatica?
Actualmente, diversas iniciativas buscan poner en valor esta maravilla hidráulica. El proyecto de recuperación y creación de un “Parque Lineal del Canal Surco-Huatica” en Miraflores propone convertir sus tramos visibles en espacios verdes, educativos y sostenibles.
Estas propuestas no solo devolverían al canal parte de su dignidad histórica, sino que también lo integrarían a la vida moderna de Lima, fomentando una conexión ecológica y cultural con el pasado.

Un patrimonio vivo que merece atención
El canal Huatica no es una reliquia muerta. Es un sistema que aún funciona, que riega jardines, que cuenta historias y que resiste. Es un símbolo de la capacidad de las civilizaciones prehispánicas para gestionar recursos hídricos y adaptarse a las necesidades cambiantes de su entorno. Su historia y legado subrayan la importancia de preservar y valorar estas infraestructuras que han sido fundamentales en la configuración y desarrollo de Lima a lo largo de los siglos.
La protección y recuperación del canal Huatica no solo honran nuestro pasado, sino que también aseguran un futuro más sostenible para la ciudad. Es parte de nuestra identidad limeña y andina. Protegerlo, visibilizarlo y restaurarlo es una deuda que la ciudad aún tiene con su historia.
¿Quieres conocer su recorrido?
Puedes ver este video virtual sobre el canal Huatica y maravillarte con lo que aún queda de esta obra maestra bajo nuestras calles.
💡 Dato curioso: El famoso Jirón Huatica debe su nombre a este antiguo canal que pasaba justo por allí. Incluso en el siglo XX aún regaba zonas verdes… ¡y pasaba por detrás de los prostíbulos más conocidos de la época!
