Desde hace algunas semanas, un grupo de personas interesadas en preservar nuestro patrimonio cultural acuden todos los sábados a la huaca La Centinela, ubicada en Chincha, para protegerla y mantenerla en buen estado durante la pandemia con sus propios recursos. Es así que los ciudadanos residentes en Chincha se han organizado para cercar esta joya arquitectónica.
Suele suceder que una iniciativa de autogestión en este caso arqueológica funciona mucho mejor que la gestión de las autoridades públicas encargadas de ello. Es así que un grupo entusiasta con voluntarios en acción trabaja para proteger este recinto histórico cada fin de semana. ¿Por qué lo hacen ?
A finales de septiembre, el arqueólogo Luis Huertas fue alertado por uno de los vecinos que trabaja cerca al Complejo Arqueológico San Pedro de Centinela, que había ingresado maquinaria pesada y se cometía una grave afectación al patrimonio. Al constatar las maniobras que se hacían en uno de los sectores de este complejo, Huerta publicó en su blog el Chinchay que pudo evidenciar que se habían demolido tres sectores: “ Una retroexcavadora con 3 volquetes extraían material de la misma huaca. Los volquetes que pudimos identificar cuentan con las siguientes placas: BAB-887, A50-874 y B7J-781”, señala Huertas.
MÁS RUMBOS:
Más de 500 años de historia en Chincha se las lleva un montacargas: “Lo que más nos indignó es que sabiendo que la huaca mostraba evidencias arquitectónicas prehispánicas el personal seguía con la faena los operarios,- recalca- solo atinaban a decir ‘nosotros solo cumplimos con nuestro trabajo, pero sí sabemos que es una huaca’”. Así de fácil se dispensa borrar las huellas de nuestra historia.
Buscando explicaciones, el arqueólogo entabló diálogo con la junta directiva de la Cooperativa 24 de junio y con su gerente, José Medina. Huerta señala que los dirigentes de dicha cooperativa habían vendido parte del terreno agrícola, incluida la huaca, a la empresa Ladrillera Progreso Sur LAPROSUR S.A.C.
Los representantes de la Cooperativa 24 de Junio aducen que se realiza el mejoramiento de la zona agrícola y que además hay un contrato con la ladrillera para retirar material en los sectores comprometidos. ¿Es esto posible? Mediana y otro representante de la cooperativa aseveran que cuentan con la documentación legal desde la época de la reforma agraria y que dicho terreno le pertenece a la cooperativa, incluída la huaca.
La Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica, a través de la arqueóloga Jeanette Achuya, ya ha notificado a la empresa Ladrillera Progreso Sur LAPROSUR S.A.C., y a los dirigentes de la Cooperativa 24 de junio de Chincha Baja. Además, el congresista Luis Roel Alva, ha enviado un oficio al Ministro de Cultura para solicitarle una serie de pedidos sobre la afectación al sitio arqueológico en mención. Ahora queda estar muy atentos a las acciones de la Fiscalía de prevención del delito y Ministerio de Cultura.
Sin embargo esta afectación es una de las tantas que sufre Huaca La Centinela, en plena pandemia ha sido punto de reunión de personas que llegaban hacer deporte extremo. Muchas huellas de bicicletas, motos y motocross al interior del complejo, así como desechos y desmonte. Esto ha movilizado a voluntarios a poner manos a la obra en la protección de La Centinela, y las faenas consisten en colocar algunos espinos en el acceso principal para que personas inescrupulosas no sigan ingresando. La desprotección de nuestro patrimonio no debe continuar, esperamos que la cruzada que encabeza Luis Huertas continúe. Los ciudadanos debemos involucrarnos. El Perú y su historia nos pertenece.
En rumbo :
El Complejo San Pedro de Centinela se ubica en el centro poblado San Pablo en el distrito de Chincha Baja. Dicho complejo arqueológico comprende 10 sectores o montículos, pero la más conocida es el sector “A” o Huaca San Pedro de Centinela. Los montículos, se asientan a lo largo de 1.2 km de oeste a este sobre el cauce de un antiguo río, bordeado y cortado en gran parte por campos de cultivo. Dicho Monumento Arqueológico está registrado como Patrimonio Cultural de la Nación con RD N°643 por el Ministerio de Cultura del 11 de agosto de 2004.
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