La llegada a la Casa Blanca del magnate Donald Trump ha generado revuelo en la escena artística estadounidense. Bajo el lema “America, first (América, lo primero)”, tienen pensado frenar la postura de su actual presidente, el cual es partidario de acabar con los fondos federales dedicados a las Artes y a las Humanidades.
El museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), señaló El País, ha sustituido cuadros tan importantes como Los jugadores de cartas de Pablo Picasso por obras de artistas sirios, yemeníes, iraquíes, iraníes, sudaneses, somalíes o libios. Es decir, de los siete países con población mayoritariamente musulmana a los que el decreto de Trump ha impuesto restricción en la entrada al país.
Todos estos cuadros van acompañados de un texto que dice: “Esta es una de tantas obras de arte de la colección de este museo (…) y que reafirman los ideales de acogida y libertad vitales tanto para este museo como para los Estados Unidos”.
En Harlem (al norte de Manhattan, Nueva York), se encuentra el Studio Museum, el cual lleva años reivindicando la aportación de la cultura negra a la esencia estadounidense y en este momento tiene una exposición dedicada a los cowboys negros.
“Los historiadores estiman que en el siglo XIX, uno de cada cuatro cowboys de Texas era afroamericano y que los vaqueros del oeste eran mucho más diversos que el estereotipo: una mezcla de blancos, negros, mexicanos y nativos americanos”, recuerdan los paneles de la muestra.
Asimismo, el Museo del Barrio, fundado en 1969 como institución vecina a la oficina de los Young Lords (un grupo nacionalista puertorriqueño), es desde entonces altavoz de todos los artistas latinos de Nueva York, una comunidad en el punto de mira del nuevo gobierno.
Su propuesta ha sido crear su propio muro como respuesta al que Trump quiere construir en la frontera con México: El muro de la gente. “Allí todo el mundo comparte lo que está pensando, un espacio público seguro para dar su opinión”, reveló a El País la comisaria del museo, Rocío Aranda-Alvarado.
“Como él es una persona tan inculta, no me imagino que tenga mucho conocimiento de lo que es la identidad estadounidense, ni influencia de todos los grupos de emigrantes que han llegado en los últimos 20 años, por no hablar de los últimos dos siglos”, criticó Aranda-Alvarado
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