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Cómo los preincas descubrieron la línea ecuatorial mucho antes de lo que recogió la Historia

«Ecuador significa ‘la mitad del mundo’ y, obviamente, eso está empatado con la misión geodésica francesa, que definió el punto del centro del mundo donde está este momento el monumento», le dice a la BBC Jorge Eduardo Carrera, de la Ciudad Mitad del Mundo.

Cristina Muñoz / BBC Reel

De 1734 a 1744, la Academia Francesa de Ciencias lanzó varias expediciones para determinar la forma real de la Tierra.

La misión geodésica francesa comprobó la teoría de Isaac Newton de que el planeta era achatado en los polos y ancho alrededor del Ecuador terrestre, también conocido como paralelo 0° o línea ecuatorial.

Pero la línea divisoria que trazaron no estaba precisamente en la latitud 0° real.

«Se ‘equivocaron’ por algunos metros. Hoy con el GPS tú puedes ver que el punto exacto queda aquí muy cerca, pero la referencia está aquí, en el sitio más visitado del Ecuador continental», señala Carrera.

A pesar del error, cientos de miles de turistas acuden cada año a esa mitad del mundo fijada hace más de tres siglos para caminar por esa línea que, aunque imaginaria, está pintada de color amarillo.

Expedición a los Andes

«La misión geodésica que llegó a Ecuador se encontró en un país lleno de pequeñas colinas y montañas muy altas donde tuvieron que triangular para poder medir lo que querían medir», señala María Patricia Ordóñez, de la Universidad San Francisco de Quito.

«Y también hay que tener cuenta que el país estaba en medio de muchos cambios políticos, así que la labor de la misión geodésica fue complicada desde un principio».

Un equipo fue enviado a Finlandia y otro a los Andes para aplicar diferentes métodos, entre ellos la triangulación.

«Otro método era el del péndulo, en el que la idea es que cuanto más cerca estés del medio, el péndulo se mueve de una manera distinta», explica Ordóñez.

Esto se debe a que, por su protuberancia ecuatorial, la atracción gravitacional de la Tierra es ligeramente más débil en el ecuador.

«Y el tercero es a través de las estrellas».

El cielo

Pero los franceses no fueron los primeros en mirar las estrellas en estas tierras.

Incluso antes de la llegada de los incas y españoles, las personas que gobernaban y vivían en los Andes ecuatoriales, conocidos como los Quitus, ya estaban buscando respuestas en los cielos.

«La ciencia no viene solamente del mundo occidental; las culturas milenarias también crearon ciencia y tecnología, y está la evidencia, que han durado miles de años», señala la antropóloga Esterlina Quinatoa Cotacachi.

«Sabían que estaban en el centro del mundo, y sabían todo lo que significaban todos los efectos del Sol.

«El manejo de la astronomía fue muy importante, sobre todo para los ciclos agrícolas, pero mucho más.

«Se dice que los incas venían acá al norte en busca del Sol recto».

«Quito es el lugar del Sol recto y del tiempo derecho», afirma el experto en calendarios andinos Gustavo Guayasamin.

Los calendarios solares de México, de Guatemala y de Colombia, de Bolivia, del norte de Argentina, de Chile, proyectan sombras asimétricas, explica.

«Quito es el lugar donde se puede contabilizar el tiempo de un año y que entra en dos brazos (sombras) exactamente iguales».

Durante 6 meses las sombras se proyectan al lado derecho y en los otros 6 meses, al izquierdo, explica.

«Y tiene exactamente el mismo tamaño, y por eso el tiempo en Quito se cierra en un solo círculo.

«Ese círculo con una cruz en el centro es la cruz cuadrada, la Cruz de Quito».

El firmamento

Con los años, la línea ecuatorial se ha movido unos metros para un lado y otros para otro, y, a pesar del advenimiento de los GPS de alta sensibilidad que prometía fijarla sin remedio, varios lugares en Ecuador reclaman ser la verdadera mitad del mundo.

Uno de ellos es la cima del cerro Catequilla, cuyo nombre viene de «Kati Killa», «el que sigue a la Luna»

«En Catequilla también está una construcción semicircular que no es inca: es preinca», señala Cotacachi.

«Catequilla es un lugar importantísimo porque se ve toda la Vía Láctea».

«Una de las particularidades de esta región es que solamente en la latitud 0° podemos observar absolutamente todas las estrellas del firmamento«, resalta el arqueoastrónomo Cristóbal Cobo.

«Si vamos para el norte, por ejemplo a México, o para el sur de Perú, ya no podemos ver algunas estrellas.

«En la línea Ecuatorial podemos ver el 100% de las estrellas entonces aquí posiblemente se generó una conciencia integral de la observación de la bóveda celeste».

El todo

El problema es que ese territorio ha sido conquistado dos veces, por lo que hay poca evidencia arqueológica de antes de los incas.

Sin embargo, la lingüística puede llenar los vacíos históricos.

Tsafiki es una lengua precolonial hablada hasta el día de hoy por una pequeña minoría de personas y nos ofrece una pista.

«En tsafiki, ‘Quit-sa’ significa mitad y ‘To’, mundo: mitad del mundo. Posiblemente es la fuente del nombre Quito. ‘Quit’ mitad, ‘To’, mundo».

Para determinar el medio, primero hay que encontrar el todo.

Entonces, ¿qué tan avanzados eran los pueblos prehispánicos y fueron capaces de reconocer la forma real de la Tierra?

«La idea de una tierra cuadrada, plana, viene del medioevo de Europa, donde surgió el oscurantismo y se opacó al conocimiento, pero parece que en América no.

«Yo creo que en estos aspectos estas culturas americanas, como nos ha demostrado la matemática maya, estaban mucho más adelantadas que otras culturas alrededor del mundo.

«Esa gente fue muy sabia del uso de los recursos naturales del agua, los suelos, la biodiversidad.

«Ahora tenemos que ver la historia con pragmatismo, entender que cada sitio arqueológico es una fuente de información del uso inteligente de los recursos naturales, para poder rescatar nichos ecológicos, quebradas, para un uso inteligente del agua, del suelo para los cultivos.

«Esa es la dirección que la ciencia está tomando en el presente y hacia el futuro».

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