Esta Semana Santa queremos retomarla a lo grande. Por eso hemos pensado en Huancavelica y su veneración en las alturas . Peregrinaciones, concursos, platos regionales y pasacalles en honor a los santos que por esos dias son parte de las celebraciones.
Este año cabe el propósito de llegar a la cima del Cerro Oropesa. No está mal que luego de un prolongado encierro se pretenda hacer este via crucis andino. A más de 4 mil sobre el nivel del mar, el ascenso, a cada paso, es una ruta segura al calvario. Y hasta aquí se llega cada año – salvo durante las restricciones de la pandemia – con la escenificación del Via Crucis Más Alto del Mundo. Esta ruta emula la que habría tomado Jesucristo si su pasión hubiera transcurrido en esta parte de la cordillera andina.
Y es que Huancavelica, ubicada en los andes centrales, guarda secretos inesperados, como sus flores de tumbo y sus plantaciones de palta, geografía única en el mundo y una tradición de Semana Santa que sorprende incluso a los peruanos, quienes viven esta celebración cristiana con profunda pasión. No en vano esta festividad es Patrimonio Cultural de la Nación.
Domingo de Ramos se espera con ansias para poder vislumbrar la imagen del Cristo Triunfante, saliendo de la Iglesia Santa Ana. Para cuando se abren las puertas de esta, la imagen es paseada por un burrito que ha sido preparado toda su vida para este acontecimiento.
Un paseo alrededor y llama la atención el color que han adquirido las calles: alfombras de flores sobre el pavimento. Inspiradas en diseños geométricos y ancestrales trazan la ruta procesional que seguirá el bendito. Banda y convite. Incienso también: el olor a Palo santo invade la calle. “Para santificar el camino del señor” dice una peregrina.
MÁS RUMBOS:
Y así cada día gira en torno a la pasión y al imaginario colectivo del multiverso en que pudo haberse metido Cristo en estos parajes tan lejanos, pero posibles. En Lunes Santo, por ejemplo, se pasea por la ciudad a un cristo cautivo , representado en la imagen de El Señor del Prendimiento y el martes al Señor de los Azotes. Uno de los recorridos más prolongados de la festividad.
El Miércoles Santo se produce El Encuentro. Cuatro efigies de origen virreinal se reúnen en la Plaza Mayor. El anda de El Nazareno, cargando una pesada cruz, se encuentra con la efigie de San Juan, La Verónica y La Virgen Dolorosa. San Juan articula un brazo y saluda a su maestro. Y de las manos de Santa Verónica se deja caer un pañuelo con el rostro de Jesús.
El encuentro entre la Virgen de los Dolores y su hijo, a punto de morir, tiene el fondo musical de Miserere mei, Deus (Ten Piedad) ejecutada por el coro de la Parroquia del Sagrario y La Hermandad del Señor del Nazareno. Y es de una carga conmovedora como toda la secuencia de procesiónes, bellamente escenificadas a las que hay que observar desde un balconcillo si es posible.
De procesiones y Orgullo Patrimonial
Pero para dar rienda suelta a toda esta pasionaria cristiana en este rincón serrano, otrora la Villa Rica de Oropesa, ha ocurrido una huída. La Semana Santa en Huancavelica se inicia con la Huída del Señor, un evento que marca el inicio de las celebraciones, (mucho antes que el Domingo de Ramos) y una de las tradiciones más propias de Huancavelica. Un libreto off de record, si se quiere, de un discreto traslado para evitar la captura de El Nazareno. Todo eso ocurre un viernes previo, un Viernes de Dolores
La Huída aporta al libreto de la tradición cristiana con el rapto de la imagen de Jesús desde la iglesia de Ascensión hacia el barrio de Santa Ana. El cuerpo yace sobre una cama de madera cubierto por sábanas finamente bordadas. En el trayecto se realizan varias paradas para rezar y compartir ponches y aguardiente que ofrecen los anfitriones de cada vivienda que visita El Señor Salvador del Mundo para contrarrestar el frío.
Esta estampa no tiene ninguna referencia biblica, pero es una de esas licencias que se toma el alma andina para acoger a la tradición. Así a día de hoy, cada año, la población espera la bendición de recibir en casa la imagen del Cristo Yacente.
Via Crucis Extremo
El Via Crucis de Huancavelica, en Perú, que se celebra en la cima del Cerro Oropesa es considerado uno de los más altos del mundo. Se trata en realidad de una representación desarrollada por un grupo de actores huncavelicanos. Sin embargo esta actividad convoca tanto a avezados como creyentes.
La ruta es temeraria y hay que prepararse fisica y mentalmente. Todo inicia en el frontis de la Catedral San Antonio de Padua. Desde allí, las personas siguen atentas cada uno de los momentos en los que Jesús es ajusticiado, azotado y condenado. Entonces es que el ascenso comienza. Esta vez no es el Gólgota sino el Cerro Oropesa, y hay que tocar los 4300 metros de altura.
Toca subir para contemplar el climax de la crucifixión y también toca recibir algunos de los azotes espontáneos que se lanzan al público. Paso a paso, escalón tras escalón, de alguna manera al subir este cerro se carga con una propia cruz.
En la cumbre del Oropesa esperan una iglesia y un mirador y allì se procede a la famosa escenificación de la crucifixión. El Nazareno, Dimas y Gestas colocados en sus respectivas cruces. Resistiendo los poco más de 6 grados de temperatura en lo alto de la ciudad. .Los fieles acompañan el peregrinaje y desde este punto pueden notar a la ciudad de Huancavelica con la forma del mapa del Perú.
A pesar de tamaña narrativa, esta festividad – donde lo cultural y originario son su grandes dotes -, Huancavelica no suena en las agendas semanasanteras. Un error que debe ser corregido por aquellos que prefieren las estampas y el buen vivir de estas celebraciones en vez de desenfreno. En viernes Santo, el pueblo duerme apacible. Ha muerto Cristo y no hay ni un alma merodeando por la calle a medianoche. Es justo, pues el cierre será con la quema de Judas y la apoteósica salida del Cristo Resucitado derramando enregía a su paso. Y tanta falta que nos hace. ¡A Huancavelica !
En rumbo:
Fechas: Del 31 de marzo al 9 de abril
Las procesiones de las diferentes imagenes son durante siete dias, y la visita de siete iglesias el Jueves Santo. A todas estas actividades se unen los eventos culturales como el concurso de cuchuscha, canotaje en el Río Ichu, carrera de caballos, exposición de la cultura chopqa , y exploración hacia rutas turísticas que Huancavelica tiene que ofrecer.
Una de las actividades que funde la cosmovisión andina con la fe católica es el Chaki Allay y Pacha Velay una costumbre en la cual se velan y encarga a los Apus (dioses de los Andes) la carrera de los nuevos danzantes de tijeras.
Ascenso Cerro Oropesa: El trayecto es agotador. Para las personas que no están acostumbradas a la altura, la falta de oxígeno se siente solo tras unos minutos. Tomar en cuenta este factor.
Programación: Puedes consultar las fechas de recorridos y demas actividades de la Semana Santa Huancavelica AQUÍ