El Día de Todos los Santos en Perú no solo es un momento de recuerdo, sino también una celebración de la identidad cultural, simbolizada por el Pan Tanta Wawa, un dulce que une a las familias y rinde homenaje a los seres queridos que han partido.
El Día de los Todos los Santos en Perú es más que una fecha de conmemoración; es un encuentro profundo con nuestra identidad y tradiciones. Uno de los símbolos más significativos en esta celebración es el Pan Tanta Wawa, una dulce expresión de afecto que, año tras año, llena los hogares con sabor y significado.
¿Qué es el Tanta Wawa y por qué es tan especial?
El Tanta Wawa, que en quechua significa «pan bebé», es un elemento culinario y simbólico en las festividades de Todos los Santos y Día de los Difuntos. Con forma de muñeco o bebé, decorado con colores vivos, representa el ciclo de la vida y la muerte, una alegoría perfecta de la dualidad con la que nuestros antepasados entendían la existencia.
Este pan, elaborado con harina, anís y frutas, se convierte en un ritual: se hornea en familia y muchas veces se regala como un gesto de cariño, reconectando con aquellos que ya no están.
Orígenes prehispánicos del pan de vivos y muertos
El Tanta Wawa tiene raíces en las culturas andinas prehispánicas, donde la muerte era vista como una etapa de transición y no el final de la existencia. Con la llegada de los españoles, esta tradición se fusionó con el cristianismo, dando lugar a las festividades actuales.
La forma de bebé representa el ciclo de la vida y la renovación. También refleja el amor y el deseo de mantener el recuerdo de los seres queridos.
Para este día especial se preparan muchos de estos bizcochos con recetas locales con la intención de compartir en casa y darlas como obsequios a compadres, ahijados y cualquier ser querido que llegue de visita a casa ese día.
Suele servirse con ponche de habas o una taza caliente de chocolate peruano, especialmente en las regiones de clima frío.
Algunos datos curiosos del Tanta Wawa
En algunas regiones del Perú, las wawas se acompañan de una «Tanta Caballo», simbolizando el viaje espiritual.
Se acostumbra escribir el nombre del difunto en la wawa para honrar su memoria.
En los Andes, las familias organizan pequeñas ceremonias en los cementerios, donde el pan es compartido entre seres queridos y visitantes.