Por estos días se alertó sobre una pretensión de invasión en la zona de ingreso de las Lomas de Lúcumo, en el distrito de Pachacamac. Una situación que puso en alerta a los integrantes de Asociación Circuito Eco turístico Lomas de Lúcumo.
Según el testimonio de Jhonantan Retes, presidente de la asociación, desde el domingo se observó que personas a bordo de una minivan comenzaron a hacer medidas y demarcaciones del terreno que da acceso al circuito de lomas: “El día lunes tomamos la acciones correctivas y pusimos una tranquera y unos carteles que indicaban que está prohibida la afectación de flora y fauna”.
Para sorpresa de la asociación los ocupantes decían ser dueños de 84 hectáreas en las Lomas de Lúcumo y tenían documentación que al parecer así lo señalaba “Esperamos a que Serenazgo y Fiscalización evalúe la situación. La documentación que presentaban los ocupantes eran dos recibos de autovalúos que habías sido pagados en la municipalidad” -señala Retes.
El detalle es que en los recibos figura las Lomas de Corvina, un lugar muy diferente a las Lomas de Lúcumo y debido a eso los ocupantes fueron retirados por el equipo de fiscalización de la Municipalidad de Pachacamac. “Estamos teniendo comunicación con el municipio en las últimas semanas y al menos se ha tenido una respuesta rápida con el serenazgo, fiscalización y el grupo especial para estos casos de desalojo y, definitivamente, de la población que no dejó que se instalen las casetas ”
No deja de preocupar la situación mientras Edwin Topoco Sánchez, quien fue presentado como el dueño de estas hectáreas a través de Carlos Arias – su supuesto representante- no aclare la situación de cómo es el afortunado dueño de 84 hectáreas al interior del primer ecosistema frágil declarado en el Perú, y, como así nunca se enteró que en esa ubicación geográfica -que señala poseer- ya viene funcionando hace 17 años un emprendimiento ecoturístico reconocido y premiado internacionalmente.
No se observa nada bien el panorama lomero de esta temporada en plena pandemia y por eso es que la asociación ha preferido este año no aperturar los tradicionales recorridos. Las condiciones climáticas tampoco han ayudado este año y se observan unas lomas aún sin el verde característico. En estos momentos preferimos recordar a Lúcumo como lo que es, un paraíso en medio del cemento.
Lúcumo, maravilloso paraíso de Lima
El invierno tiñe los cerros de Lima de verde. Con la llegada de la neblina una fiesta de biodiversidad cubre Quebrada Verde. Ya es temporada de lomas en Lúcumo , Pachacámac.
El invierno viste de verde a Lima. Más de 70 mil hectáreas de lomas crean un cinturón desde Ancón hasta San Bartolo. Estos extensos mantos de biodiversidad se han ido mermando año tras año por el crecimiento de la ciudad, al punto que hoy muchas de sus lomas emblemáticas como las pampas de Amancaes son historia.
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Pero no ocurre lo mismo con las lomas de Lúcumo. Estas ocupan 3 mil hectáreas y albergan 80 especies de fauna y 240 de flora. Durante la temporada húmeda el verdor renace, la flor de amancaes muestra su esplendor, la tara, el lúcumo y los mitos o papayas silvestres entregan sus frutos, los insectos palo-palo y los caracoles se reproducen, mientras que el tabaquillo y la mala mujer florecen al compás del alegre aleteo del bello turtupilín.
Además de naturaleza, el paisaje se complementa con caprichosas formaciones rocosas como la piedra ‘padre’, que tiene un pasaje subterráneo y una vista tipo ventana de todo el valle. El ‘farallón’, perfecto para hacer rapel y parapente. También la piedra cóncava, una inmensa roca que tiene el interior vacío. Y, como si eso no fuera poco, encontrará pinturas rupestres que le contarán como vivían nuestros antepasados.
De día estos impresionantes paisajes son geniales, de noche ocurren los encuentros con las especies nocturnas, la soledad y el misticismo que no se puede dejar de disfrutar. Es el momento de hacer una ofrenda a la Pachamama, sólo hay que coordinarlo.
El ‘florecimiento’ de Lúcumo se remonta a 1996, cuando Quebrada Verde, una comunidad de Pachacámac, realizó un plan de desarrollo y ordenamiento territorial con la ayuda de Andrés Alencastre de la ONG Ecociudad. Este incluía el turismo, pero nadie le daba importancia. Pero todo cambiaría con Jacinto Mendoza, presidente de la Asociación Circuito Eco turístico Lomas de Lúcumo, quien se convertiría en el motor del cambio que ha experimentado su comunidad.
Luego de varios años, y con el apoyo de otras instituciones como GEA, Manuela Ramos, Aconsur, entre otros, abrieron el circuito por primera vez en 2003. Aquel año tuvieron mil visitantes.
Desde la creación del Circuito Ecoturístico Lomas de Lúcumo, los pobladores se sienten más identificados con su zona y le han dado mayor valor cultural y patrimonial. Asimismo, ha generado puestos de trabajo temporales para los guías, que en su mayoría son adolescentes y jóvenes, además de los pobladores que se ven beneficiados con la venta de sus productos. Quebrada Verde, una zona que desde hace 100 años se dedica a la crianza de vacas: “El pastoreo es una actividad que se mantiene en la actualidad, pero en menor rango. Solamente hay pequeñas familias que se encargan de seguir criando sus vacas y llevándolas a las lomas”, asegura Jhonathan Retes Vargas, actual presidente de la Asociación Circuito Ecoturístico Lomas de Lúcumo. En las Lomas de Lúcumo existen dos razas de vacas, las criollas y las Holstein. Estas últimas son criadas especialmente para la producción de leche: los pobladores sacan entre 25 y 40 litros de leche diario».
Las lomas de Lúcumo son un ejemplo para muchas comunidades que pretenden crecer económicamente resguardando su patrimonio natural. Una inicitiva ciudadana que ha sido nominado como parte de los 500 mejores proyectos sociales y ambientales de América Latina en los premios Latinomaérica Verde de 2020.
A sólo 40 minutos de Lima entre las preciosas vistas del valle de Pachacámac, sorprenden este refugio de vasta biodiversidad, sus imponentes formaciones rocosas acompañadas de la algarabía de las aves. Un sueño que reverdece en este invierno.
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