Cambio de paisaje, dunas intactas a la vista. Velocidad sobre una pendiente de arena que se proyecta hacia el cielo. Velocidad máxima. El motor acalla. ¿Qué pasó? Tensión e incertidumbre entre los tripulantes. Los infaltables gritos en el descenso intenso en Villacurí, desierto situado en los dominios de la calurosa Ica.
Así es la travesía sobre cuatro ruedas que se vive en el polaris, el potente auto arenero que es capaz de dejar en ridículo a cualquier vehículo off road cuando se trata de surcar las dunas sureñas.
Viene otro salto, más expectativa. La idea de este sube y baja de dos horas es arribar a una laguna natural, a un oasis explorado por pocos turistas, un espejo de agua que se revela como un destino novedoso para quienes buscan aventura sobre la fina arena.
Cambio de rumbo, hacia un mirador natural con vista a un extenso paisaje agrario. Contemplación y paz sobre una arena que no quema ni arde. Entonces, es tiempo del sandboarding, el único deporte que te permite correr olas fuera del mar.
Todo es aventura y emoción en el desierto Villacurí, donde el sol empieza a esconderse. Es momento de retornar a un valle vitivinícola purificado por aguas subterráneas. Sol y arena en un paraíso a tan solo unas cuantas horas de Lima.
En Rumbo
Partida: Restaurante Pampa, Kilómetro 272,5 de la Panamericana Sur (Ica).
Horario: de lunes a sábados
Información: jason@buenacosecha.com
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