Destinos para celebrar el romanticismo. Arenas blancas, aguas mansas y turquesas para sofocar el calor de este verano asfixiante ¿Estás planeando una escapada? Aquí nuestras sugerencias.
Por Estefany Lujan
Mientras el sol cae te sientas en la arena junto a ‘esa persona’ -como la denominan los millares de horóscopos que inundan los diarios y los sitios web- y contemplas la inmensidad del mar, su misterio y belleza. El romanticismo se acrecienta mientras oyes el murmullo de las olas y viento juega con tus cabellos. Este podría ser el plan elegido para disfrutar en pareja un nuevo viaje con la excusa de San Valentín.
El verano, odiado y amado, ofrece el inigualable placer de disfrutar un atardecer frente al mar. Estas son las opciones rumberas para este 14 de febrero.
Tamborero, paz para un día inolvidable
Tamborero es casi una playa virgen que atesora el litoral ancashino, en Huarmey. La extensa playa de arena fina y aguas turquesas siempre serenas se halla situada en los kilómetros 261 y 262 de la Panamerica Norte y a ella solo se puede acceder con una camioneta 4×4.
Es ideal para nadar y hasta para alzar un campamento, pues tiene zonas protegidas del viento. También puedes vislumbrar una roca de enigmáticas formas, por las que es conocida como el Indio Sentado.
Junto a la persona amada puedes visitar las cuevas y curiosear en ellas sin temor.
Cómo llegar: Desde el terminal terrestre Plaza Norte puede abordar un bus hacia Huarmey, en cuatro horas, desde Lima, podrá disfrutar de sus playas.
La Pocita, un lugar para volver a ser niño
Todo huarmeyano se precia de haber aprendido a nadar en las aguas cristalinas de La Pocita.
Para un plan idílico de San Valentín se presta su escenario apacible, aguas poco profundas que invitan al juego y a volver a las épocas añoradas de una niñez despreocupada, pero, esta vez, a lado de una persona especial.
Para terminar con broche de oro, en la playa aledaña de Tuquillo se hallan restaurantes que ofrecen a los viajeros enamorados las delicias gastronómicas de la costa huarmeyana. ¡Provecho!
Pacasmayo, romanticismo crepuscular y tradición
“El sol de Pacasmayo es otro sol”, decía -sin exagerar- el escritor Eduardo Gonzales Viaña.Después de disfrutar de un colorido atardecer desde el malecón Grau, en Pacasmayo, añorarás por siempre este destino de La Libertad.
En el ambiente también parece flotar la tradición, pues el espíritu del Pakatnamú, una mágica presencia envuelve a los viajeros con sus sortilegios.
Tu tarde de San Valentín se teñirá de unos colores tan intensos que parecen acariciar e invitar a la seducción.
Para poder llegar a este bello destino hay que enrumbar hacia Trujillo, desde Lima. Una vez allí es posible abordar colectivos que se estacionan cerca a la plazuela Raimondi. Llegar al encantador destino tarda, aproximadamente, una hora y media.
Playa Conchuelas, un pequeño paraíso escondido
La ciudad de Chimbote atesora esta playa en la que la ‘arena’ no es arena sino, más bien, miles de conchas que fueron trituradas por el paso del tiempo.
Sus aguas también son muy mansas y celestes, color que invita a realizar postales para no olvidar este viaje junto a la persona querida.
Para llegar a este pequeño refugio de ensueño se requiere un viaje en bote desde el muelle de la ciudad ¡Un plan para celebrar el amor mientras disfrutas de la vista de la bahía y la ciudad, en un viaje de 20 minutos!
La encantadora caleta de Yaya
Las parejas que no quieran o no puedan alejarse demasiado de Lima tienen en Yaya (Chilca), una opción tranquila, limpia y sin mucha gente. Ideal para disfrutar del encanto de la soledad.
Además es conocida por sus enigmáticas historias de avistamiento de ovnis y disfrutarás de los relatos de los habitantes locales, quienes aseguran ver en el cielo nocturno luces misteriosas que aparecen en silencio y desaparecen intempestivamente.
Para llegar a este destino hay que abordar buses hacia Chilca, que llegan en dos horas, desde Lima. Una vez allí, puede tomar mototaxis o taxis.
¡A disfrutar de San Valentín viajando!
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