El nuevo proyecto para viajeros audaces de Luis Vereau y Anahí Morcos es una joya que toma la forma de campamento en los límites de la Reserva Nacional de Paracas ¿Lo mejor? ¡Tú también puedes reservar estancia en él!
“Cambio un hotel de cinco estrellas por uno de mil estrellas” es la expresión que dejan los viajeros que han visitado la experiencia del Campamento – Criadero Morcos. Y no es para menos. Sentir esa emoción salvaje que imponen estos parajes naturales, el mar inquieto y el desierto circundante de Paracas puede dejar estas u otras expresiones.
Como las que pueden decirse tras saborear una concha de abanico, recién recolectada, muy de mañana; o la de avistar a pocos metros, -qué digo metros, pasos-, a las parihuanas hundir sus picos en las orillas de Playa Paraíso. Este criadero de conchas de abanicos se ha vuelto un enclave de exploraciones alternativas para aquellos viajeros que desean volver a descubrir Paracas.
La historia de este refugio se remonta a los inicios de la maricultura en Paracas, en la década de los ochenta; pero la recolección de conchas de abanico es una actividad que siempre ha caracterizado a la bahía. El padre de Anahí, Amín Morcos, un ingeniero pesquero, le dio vida al criadero que ahora es manejado por ella. Cuando conoció a Luis, -un experimentado kayakista de río y un incansable explorador del Perú-, nació la idea de combinar maricultura y exploraciones poco comunes en la península.
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¿Y qué podemos encontrar en este criadero? “Proponemos un contacto muy cercano y amistoso con la naturaleza, un contacto con muy pocas paredes, muy básico, pero que te permite una experiencia muy intensa” nos comentan Luis y Anahí. Y lo han hecho destinando el espacio del criadero para camping y caravaning, el cual sigue funcionando como criadero a la par que alojamiento para aquellos viajeros que rehuyen al bullicio de El Chaco y los cinco estrellas. Para aquellos que prefieren pasar los días ante la belleza auténtica que ostenta el desierto costero peruano.
La propuesta de pasar unos días en Paraiso Camp es totalmente vivencial, ecoturística “ Las conchas de abanico que crecen aquí son de buenísima calidad, entonces la intención es enseñarles a los visitantes cómo se crían las conchas de abanico, cómo se producen, cuál es la vivencia de un maricultor , cómo se realiza esta actividad. Por supuesto que no somos un hotel, proponemos una estancia más auténtica, desde el punto de vista local”
El primer criadero en Paracas
Al oeste de la bahía de Paracas, cerca a la playa Atenas y en camino al puerto San Martín nos esperan Anahí, Luis y Pablo : “Estamos ante uno de los primeros criaderos de conchas de abanico que se instaló hace 40 años”, indica Anahí.
El campamento da la bienvenida con un imponente paisaje costero, una cabaña rústica, desierto y mar hasta donde se pierde la vista. Un sillón de rayas verde azulado, un tronco y un timón de barco destinado al ocio de los más pequeños, una paellera, una mesa para la conversación y un lugar desde donde ser testigos de un singular movimiento del astro rey.
Por las mañanas unas conchas frescas -vivas, recién salidas del mar- para degustarlas en distintas formas. O si te animas a recolectarlas tú mismo. Y conocer de cerca la rutina de la maricultura. Este botín marino se transformará en una paella, conchitas a la macho o quizá en unas conchitas parmesanas a la parrilla ¡Ah! Cómo se cumple por aquí ese viejo adagio que reza: ‘En el mar la vida es más sabrosa’. Habría que agregarle, ‘ y simple’.
Como el talante de los anfitriones es otra joya valorada por quienes los visitan, con su complicidad se planean caminatas entre el desierto y el mar o paseos a las islas, no tan convencionales como los turísticos: «Esto no es el Caribe aquí hay viento fuerte, la naturaleza se siente fuerte , el agua puede ser fria, pero también hay un sol maravilloso -señala Vereu-, por la poca profundidad de la bahía podemos bucear a cinco metros. Para quienes nunca lo han hecho, es un mundo distinto -y agrega- Proponemos además explorar el desierto de la muy poco conocida Península de Paracas y salir a navegar mar adentro en kayak para generar el menor impacto posible”
Con capacidad para pequeños grupos de personas, es el alojamiento perfecto para aquellas familias o grupos de amigos que busquen un lugar especial, de esos que hacen que un viaje marque la diferencia. Ya sea en dupla o en solitario, también existe la opción de reservar en este campamento.
¿Y en cuanto a las recomendaciones de Anahí y Luis para nuestra próxima visita a Paracas ? “Navegar en velero hacia Isla Blanca, o a la Isla San Gayán e incluso a las Islas Chincha, o llegar a Isla Independencia y recorrer toda la bahía al sur: desde la playa de Carhuas hasta las dunas que llevan a Barlovento. Las posibilidades de ‘exploración’ son variadas, porque eso hay que hacer en Paracas, explorar”
La península está plagada de rincones secretos. Todavía puede mostrarse como un espacio aún ‘salvaje’ como dicen nuestros amigos del Campamento Morcos o Paraíso Camp . ¡Habrá que hacerles caso y reservar una escapada cuanto antes!
En rumbo
Paraíso Camp : Carretera Puerto San Martín Alt. Km 245 de la panamericana sur
Reservas : Paraiso_Paracas
Telf: 959 370 534
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