Anota en tu agenda estos destinos alucinantes que prometen aventura y adrenalina en el corazón de la selva central.
Si Chanchamayo es la ‘puerta de oro de la selva central’, entonces Satipo vendría a ser el amplio jardín de una región rica en biodiversidad, parajes ecológicos y comunidades nativas. Y es que no es para menos afirmar que la provincia más grande de Junín se erige como una selva de cataratas (aproximadamente doscientas) atractivas y desconocidas para los viajeros que buscan sosiego y aventura fuera de la ciudad.
Podrás ducharte o simplemente apreciarlo. Todo es válido siempre y cuando no adulteremos su gracia. Oirás cómo el agua cae hasta chocar con las piedras, haciendo un estruendo que bien pueden ser compases de un soneto ancestral, que oían nuestros antepasados hace miles de años mientras cazaban o reposaban.
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Para armar este circuito nos sumamos los periodistas de Rumbos, y durante la estadía en la ‘capital ecológica de la selva central’ ayudamos a identificar caídas de agua ideales para desconectarse de la civilización y pensar que la vida es definitivamente más que autos y preocupaciones. Apunta y prepara la mochila.
En busca del ave nacional
Salir a buscar el gallito de las rocas podría ser una misión casi imposible. Por eso, una alternativa refrescante es la caída de agua de mismo nombre, donde la selva impone su armonía y te conecta con la vida en sus múltiples formas. Para conocerlo, se debe tomar la Ruta Franciscana que atraviesa el distrito de Pampa Hermosa (conformado por seis centros poblados), a una hora y media de Satipo.
El paradero final de este viaje es el poblado de San Antonio. A partir de allí la ruta se hace a pie, abriéndose camino hasta la catarata Gallito de las Rocas que recompensa con sus 18 metros de relajación. Aquí se puede acampar en sus alrededores y, si es paciente, podrá avistar uno que otro gallito.
Meretari, baños de selva
Surcar las aguas del caudaloso río Perené no es la única aventura que encontrará en el puerto Chata, punto de partida de los viajes fluviales. La frescura de este recorrido se revela en una playa de nombre Meretari, un paraíso de arena fina que invita a recorrer un edén verde. El agreste panorama nos conduce hasta una piscina natural con duchas refrescantes que se exhiben en el límite de la selva alta y baja.
Antes de acampar en este lugar, se recomienda llevar repelentes, bloqueador y un gorro para apaciguar el calor de la selva. Es justo y necesario.
Tina de Piedra
Tener el privilegio de estar en una de las siete maravillas turísticas de la región no lo tiene cualquiera. Por eso, aprovecha tu estancia en Satipo y aventúrate desde San Martín de Pangoa con dirección al poblado Canaán. La ruta de acceso señalizado termina en Imperitaja o tina de piedra en dialecto nomatsigenga, una poza rocosa asaltada por la turbulencia del agua y rodeada por plantas ornamentales como palmeras, helechos, orquídeas y bromelias.
La Jungla
La jungla también es sinónimo de sosiego. Eso es lo que se concluye cuando se completa con éxito un circuito de aventura fuera del poblado Palpapampa, en la zona alta de Coviriali. La caminata dura treinta minutos es la antesala a una imponente catarata y a cuatro pozas naturales cuyas aguas heladas recompensa cualquier travesía a pie.
Catarata de Tsyapo
En la cascada de Tsyapo puedes tomar un delicioso baño que te permitirá refrescarte y sentir las bondades de esta agua pura que se encuentra a unos 20°C. También puedes tener un momento de meditación escuchando los relajantes sonidos del agua cayendo que se combina con el canto de los pájaros y el agradable olor de la selva. Definitivamente, se trata de una experiencia única que te llenará de la mejor energía. De igual forma, puedes aprovechar para tomar las fotografías más hermosas, pues este escenario se presta para esta actividad. Aquí tendrás la posibilidad de retratar la increíble caída del agua y algunos de los cientos de animales que habitan en esta zona.
Betania, piscina natural
¿Vale la pena atravesar un bosque? Para los andariegos que buscan el hechizo de la selva, sí. Y es que no hay otra destino que pueda cautivar como la piscina natural de Betania, un maravilla cobijada en los dominios de la comunidad nativa de Betania, a las afueras de Satipo.
Sumergirse en sus aguas cálidas, admirar su follaje verde y deleitarse con su fauna es el premio que los aventureros reciben después de andar por sesenta minutos y cruzar atrevidos riachuelos que cubren hasta la rodilla. ¿Te animarías a ir, di?
En Rumbo
Ruta: De Lima a Satipo (Junín) por vía terrestre con la agencia de viaje Zumagperu Tour. Tiempo: 10 horas.
Contactos: Viaje llamando al teléfono: 957 599 902
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