Texto y Fotos : Wendy Rojas
Si algo nos dejó el confinamiento fueron unas intensas ganas de entrar en contacto con la naturaleza. Luego de una larga cuota de encierro que se ha prolongado exageradamente hasta el primer trimestre del año, en este invierno hay hambre de destinos al aire libre en el territorio nacional.
Inaugurada ya la temporada de montaña y en busca de destinos alternativos, este invierno es quizá una de las mejores oportunidades para redescubrir los tesoros del Perú. Uno de ellos es, sin duda, la Cordillera Blanca.

Pero esta no se trata de las tradicionales incursiones, harto conocidas por aquellos que han tenido la fortuna de llegar hacia los picos y parajes más entrañables del Parque Nacional Huascarán. Sino más bien de aquella que intenta conectar las estancias y atractivos de las dos paredes cordilleranas que rodean al Callejón de Huaylas.
Esta nueva travesía nace en el distrito de Independencia, en la provincia de Huaraz, y comienza con una plena vista de los nevados Huandoy, Huascarán (cumbre sur y norte), Chopicalqui, Hualcan, Copa, Vallunaraju, Ocshapalca, Ranrapalca y el Churup desde el Mirador de Canshan. Algunos de ellos venerados por los escaladores de todo el planeta, que buscan conquistar aquellas cimas a cualquier costo.
Son montañas tropicales elevadas que suponen desafíos a quienes las escalan. Pero lo que sucede al pie de la Cordillera Blanca puede resultar igual de fascinante y ofrece ilimitadas posibilidades de senderismo y otras actividades al aire libre para cualquier tipo de viajero.
MÁS RUMBOS:
Laguna Radián: reflejos de la montaña

Son diversas las opciones al alcance de aquellos que quieren disfrutar de la variada naturaleza de las montañas de estos andes centrales.
A poco más de media hora de la ciudad de Huaraz se ubica la comunidad campesina Pedro Cochachin de Chavín y desde allí se inicia una leve caminata que por ser leve no deja de quitar el aliento.
La altura y el terreno pueden jugar en contra, pero este pequeño esfuerzo se ve recompensado cuando se llega a la explanada donde se ubica la laguna Radián. Cercanos a los 4 mil metros, el corazón puede estar un poco acelerado cuando se observa este espejo de agua por primera vez.






De mayo a octubre es el mejor momento para observarla en todo su esplendor. Más aún porque en sus aguas se refleja toda la belleza escénica de los nevados Huandoy, Huascarán, Chopicalqui, Hualcán y Copa. Pero es también la época que hace más frío.
La noche y sus 3 grados bajo cero obliga a buscar refugio. Las tiendas de campaña de Aupa Raju, un calientito de muña de Mestizo y el crepitar de una fogata al pie de la laguna, pueden reconfortar pero no tanto como lo hace saber que se descansa al abrigo de un firmamento estrellado y un intenso contacto con la naturaleza cordillerana.
Acampada de lujo: Domos Cordillera Blanca
Quizás esa misma naturaleza resultaría extraña si ahora la contemplaran los homínidos que habitaron la quebrada Quilcayhuanca. Ellos dejaron su huella personal en esta parte del Parque Nacional Huascarán por el que discurre el río Quilcay.

En una peña de gran tamaño destaca la imagen de una espiral de color ocre que es parte de los trazados de las pinturas rupestres que se exhiben a campo abierto en esta quebrada. Algunos pueden ver también un toro en aquellos dibujos, otros, lo que su fantasía prefiera.
Los amantes de la bicicleta de montaña encontrarán aquí un circuito para sus incursiones, desde rutas para principiantes hasta senderos para los más experimentados. Eso sí, todos tendrán como telón de fondo el nevado Churup y la promesa de explorar otros accesos del Parque Huascarán.


Pero como no solo de la exploración de la naturaleza vive el hombre, en estas montañas también hay conexión con las comunidades locales. Eso sucede con Yurac Yacu Café, el proyecto comunitario del ecolodge Lazy Dog Inn y Andean Alliance, ubicado en la localidad de Cachipampa.
Este es un espacio comunal que además de servir suculentos platillos, aptos para toda esa energía derrochada en la montaña; es un lugar donde las mujeres de la localidad suman esfuerzos y talentos para producir artesanías hechas a mano. Llevar a casa algún souvenir es cooperar con la economía local.



Irse de acampada evoluciona en la Cordillera Blanca gracias a una tendencia que ofrece alojamientos originales y acogedores en parajes naturales, bellos y remotos. Y ya que una escapada del entorno urbano, no es para todo el mundo, hay quienes siguen premiando la comodidad y esquivan los campamentos. Para ellos son las instalaciones Domos Cordillera Blanca.




Las vistas panorámicas del cielo y los picos nevados de la Cordillera Blanca que se observan desde cada domo —que por cierto, llevan el nombre de cada nevado que miran— hacen que por un momento olvides los gélidos amaneceres que hay en esta parte de los Andes.
Sirven desayunos y cenas, puedes tomar una ducha caliente, cargar tus equipos, escuchar buena música, pasar por el bar, elegir algún juego de mesa, conversar con los anfitriones y preparar o culminar desde aquí, tus expediciones a los circuitos de la cordillera.
Llaca: Refugio de montaña

Uno de estos circuitos que prometen es el de la Laguna Llaca. En especial, la práctica de paddle en estas aguas turquesas que están rodeadas de nevados como el Vallunaraju, Ranrapalca y el Ocshapalca.
Esta aventura no sería tal sin la asistencia de Aktiveperu del montañero Alberto Cafferatta, quién además de traer a Áncash la práctica de este deporte, ha puesto en marcha una escuela donde niños y adultos pueden iniciarse en las lagunas glaciares y navegables del parque.



De camino a la laguna está el Lodge Llaca Mountain, un centro de formación y entrenamiento de montañismo en Sudamérica. El mismo que también es centro de investigación ambiental de ecosistemas de montaña de los andes y un espacio ideal para aclimatar y disfrutar la práctica de escalada en hielo, escalada en roca, senderismo, avistamiento de aves, astroturismo y campismo. Su reapertura es reciente luego de casi tres años de inactividad por la pandemia.

El Municipio Distrital de Independencia, Huaraz viene impulsando la difusión de alternativas y otras rutas menos conocidas en la Cordillera Blanca, al interior de su jurisdicción. Y estamos seguros que estos atractivos poco a poco irán dando sus frutos.
En rumbo :
Camina con calma. Caminar lento y con calma es vital, acompasando las respiraciones. Acumula energía y come ligero pero lo suficiente para subir las cuestas. Tomar coca o masticarla es recomendable. Hidratarse previamente al viaje, y durante, puede ser clave para ayudar a la aclimatación.
Estas rutas se disfrutan mejor y sin complicaciones a través de operadores turísticos certificados como CDH Callejón de Huaylas por Scarlet Lujano
Vive la aventura de navegar en las lagunas glaciares con Alberto Cafferata y Aktive Perú
Experimenta la sensación bucólica de los viajes por la Cordillera Blanca a través de Julia Mejia
Tras tantas visitas y paseos, puedes apetecer un momento de relajación y disfrutar de la buena gastronomía. En El Cortijo y Kay Pacha
NO LANCE BASURA. Estos espacios son protegidos por el Estado peruano. Los visitantes deben llevar con ellos los desechos que generan
