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Haciendas de Tarma: perlas del valle de las flores

Dicen que el sabio Antonio Raimondi se encontraba hospedado en la hacienda Santa María, y al amanecer, observó que las plantas espejeaban por las escarchas de la noche anterior, entonces bautizó estos parajes con el nombre de “La Bella Perla de los Andes”. Y no le faltó razón, esta tierra posee un espléndido clima, un límpido cielo azul, exuberante vegetación y sublimes paisajes. Tarma, en realidad, es un cuadro de pinceles y acuarelas.

Precisamente lo divertido al salir de la capital es ver el cambio de paisaje que va dando la bienvenida a Junín: las cumbres de Ticlio, el pueblo de La Oroya, luego campos dorados y finalmente los verdes valles tarmeños. Luego de cinco horas aparecen las parcelas multicolores de los agricultores de la zona, que revientan de flores, alcachofas y acelgas. Escenarios propicios para planear el feriado largo de Semana Santa.

Hacienda La Florida

Ya desde la carretera entre Tarma y Acobamba se puede divisar la hacienda La Florida. Imponente, se levanta con muros anchos y una puerta inmensa que al abrirse invita al pasado. Sus nuevos dueños, han recuperado esta construcción de 1640.

Los cuartos son grandes, con muebles de madera y ventanales que dan a los campos. Aquí se hospedan familias enteras y se cuenta con un área de camping y una casa de adobe, amoblada, con calentador solar y Wi Fi para dos personas que se renta por semanas y hasta por un mes.

En la zona antigua está el comedor, donde se sirven largas comidas preparadas con los frutos de los campos y, hacia atrás, los cuarteles de los animales, donde se celebran actividades con niños. El epicentro de esta hacienda es el jardín que inspiró la escritura de  “Silvio en El Rosedal”, aquel relato de Julio Ramón Ribeyro que marcó tantas infancias escolares.

La hacienda organiza excursiones al valle de Chanchamayo, a San Pedro de Cajas (famoso por sus tejedores), al pueblo Cocón, a las ruinas de Tarmatambo y el Santuario de Muruhuay en Acobamba, entre otros destinos. Para los amantes de la bicicleta, este es un lugar ideal pues aquí se realizan excursiones en bici.

Hacienda Santa María

Solo hay que seguir esta senda florida y nuestra primera parada es la Hacienda Santa María. Allí, no solamente Raimondi le puso un apelativo a la ciudad, sino que estas paredes fueron refugio del Brujo de los Andes, Andrés Avelino Cáceres, durante la Campaña de la Breña. 

Esta hacienda es  un encantador espacio que se ha preocupado por hacer renacer uno de los huertos más hermosos de Tarma.. Escondido detrás de una pequeña puerta, guarda diversos niveles de cultivos allí se puede encontrar papas, alcachofas, cebolla, chincho y muña. 

Este es un bunker familiar hecho para los días de ocio: hay talleres de pintura para niños, salidas por la Ruta del Arco Iris, el bosque de piedras de Huayllay o la gruta de Huagapo. También se recolectan plantas y minerales en los huertos y alrededores y se enseña a extraer colorantes naturales y teñir lanas. 

Los portales  de Tarma 

Estratégicamente ubicada y  a dos minutos de la Plaza de Armas de Tarma . Esta Hacienda fue cosntruída  en 1954 por el ex presidente Manuel A. Odría. Esta hacienda hotel es  ideal cuando se visita Tarma. El ambiente de lujo contrasta con la belleza del valle.  Durante la estancia, disfruta de algunos de los servicios que ofrecen, como recepción abierta 24 horas, conserje y cambio de divisas,y puedes estar conectado, ya que LP Los Portales Hotel Tarma ofrece wifi gratuito a los huéspedes.

La cereza del pastel en este retiro es el Restaurante Salón Odría, un arte del buen gusto  y una experiencia gastro insuperable ya que reúne los increíbles sabores de la cocina peruana, novoandina e internacional, un verdadero lujo. Este es un Hotel que mantiene el encanto de antaño con la modernidad.

 

 

 

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