En febrero, Cajamarca es fiesta de patrullas y comparsas. Empaque su alegría y únase a esta celebración en la que dejara más que bonitos recuerdos. La fiesta más alegre y colorida esta de vuelta este 2023
Por Rolly Valdivia
Tiene 87 años y es un Virrey. Lo es desde hace mucho, mas no desde siempre. Antes, cuando don Julio Mayta era tan solo un muchachito sin capa ni corona, se agarraba a los golpes con sus vecinos de San Pedro, Cumbemayo y San José. “El carnaval era bravo pero bien alegre, sin tanta chismosería como ahora”, decreta el experimentado líder la patrulla Grande 4045 del barrio de San Sebastián.
MÁS RUMBOS:
“Nosotros siempre les ganábamos”, agrega provocador desde la sala de su casa convertida en cuartel de su grupo familiar y bastión del carnaval tradicional, ese que es copla y contrapunto, patrulla y comparsa, rivalidad y encuentro entre los barrios, peregrinar callejero y corso interminable. También chicha de jora y de maní, y sancochado que se comparte y se invita generosamente.
Una pasión que se hereda. Rosa, la hija, confecciona los trajes para los más de 30 miembros de la 4045; Miguel, su hermano, sale a la calle como un clon, el personaje enmascarado y colorido que resalta por su cucurucho (sombrero en forma de cono que mide 1.80 metros). “Hay que tener harto físico para bailar, bailar y bailar”, lo dice con la certeza de quien viene haciéndolo durante 34 años.
No es el único danzarín experimentado. En otro barrio, en San Pedro, la señora Irene Valdivia abre las puertas de su hogar para mostrar como se prepara su ruidosa comparsa. “Soy cajamarquina neta. Por eso le digo que el carnaval es y será siempre lo más importante”, proclama mientras canta, contrapuntea e invita rosquitas con manjar o sendos vasos de chicha.
La fiesta es tan importante que desde setiembre empiezan a reunirse para diseñar sus trajes. “Antes nos enfrentábamos a puño limpio con los otros barrios, ahora competimos por ver quien tiene el mejor disfraz”. Está de más preguntarle quién ganará. Dirá que San Pedro, con la misma certeza con la que el virrey Mayta asegura que los de San Sebastián siempre les pegaban a sus vecinos.
Fiesta, danza y color
Desde 1930 con los corsos de carros alegóricos adornados con flores y engalanados por la presencia de bellas reinas, cuyo desfile se realizaba alrededor de la Plaza de Armas de la ciudad, empezó a la popularidad de estas celebraciones. Era una verdadera fiesta y todo era válido para la diversión. Para el gran festejo se utilizaban los chisguetes de éter, talco perfumado, «pica pica» (papel picado), serpentinas de conversación ( tiras de papel con mensajes impresos) y la competencia tradicional de los cuartetos en términos de poesía culta, legado de ancestros literarios, que luego dieron origen al concurso de coplas.
No hay que perderse el Concurso de Coplas, en el que bardos locales interpretan amenas y ocurrentes composiciones poéticas (las coplas, precisamente), así como el Concurso de Comparsas y Patrullas, que reúne a decenas de agrupaciones representativas de los barrios cajamarquinos.
El Gran Corso es uno de los eventos más esperados debido al desfiles de carros alegóricos y al paseo de las reinas. Terminado el evento se inician las ‘unshas’, fiestas también conocidas como ‘yunsas’.
El festejo cierra con el ‘velorio’ y ‘entierro’ del Ño Carnavalón y de Doña Carnavalona. Se trata de una marcha de despedida que recorre la ciudad hasta los Baños del Inca. La parte más divertida es cuando se lee el satírico testamento del —Ño Carnavalón, documento humorístico destinado a hacer reír al público. Sin duda, este Carnaval del Reencuentro es una festividad para no perderse.
En rumbo :
El lanzamiento oficial dio inicio el jueves 19 de enero y finalizará el 11 de marzo. En todas estas semanas se llevarán a cabo varias actividades, como conversatorios, pasacalles, shows musicales, danzas, recorridos, entre otros.
La fiesta central del carnaval se desarrolla entre el el sábado 18 hasta el miércoles 22 de febrero, pero se podrá disfrutar de más de un mes de celebraciones.
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