Nasca, los encantos de un desierto

Nasca es una ciudad que da motivos para quedarse. Por eso, nos fuimos al sur de Ica en busca de aventura para mostrarles mucho más de esta mítica tierra

Hace mucho tiempo, Nasca dejó de ser solo conocida por sus geoglifos. Hoy, la ciudad del eterno verano, es un atractivo turístico capaz de satisfacer todos los gustos: aventura, naturaleza, cultura, entretenimiento. Aquí, una pequeña guía para aprovecharla.

Primero, lo primero: ¿dónde quedarse?

En nuestra última visita, conocimos el Hotel Alegria Nasca situado a 400 metros de la plaza mayor de Nasca. Asimismo, se encuentra a 20 metros de la estación de autobuses y a 6 kilómetros del aeropuerto María Reiche Neuman. De todos modos, el hospedaje dispone de aparcamiento privado gratuito.

Un amplio jardín y una piscina al aire libre atrapan a cualquier visitante desde su entrada. Al lado, el hospedaje cuenta con una zona de restaurante techada, perfecta para esconderse del imponente sol que acoge esta ciudad. Allí, sirven desde las 6:00 a.m. un desayuno buffet, conocido especialmente por la gran variedad de frutas que cada estación del año deja.

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Nasca, más que líneas

Las habitaciones del Alegria Nasca son tranquilas. Las 52 (entre triples, dobles y simples) están decoradas con cuadros de estilo andino, tienen TV por cable, disponen de baño privado con ducha y ofrecen conexión Wi-Fi gratuita.

Nasca, del mar a la mesa

Desde un ceviche de h hasta un arroz con pato. En Limón y Sazón hay para todos los gustos. En este restaurante nasqueño, decidieron no hacerse problemas y crearon dos cartas: una con platos marinos y otra con criollos.

Todo el año, Rafael Portillo se encarga de abrir el restaurante a las nueve en punto de la mañana. “Ya no hay temporada alta. Todo el año recibimos muchos turistas locales, nacionales y extranjeros. Hay días en los que tenemos que abrir más temprano porque nos tocan la puerta”, explica el administrador.

Cuando Héctor Alegría se imaginó su restaurante, nunca creyó que, luego de casi 10 años, iba a crecer tanto. Y no solo en infraestructura, sino también la oferta gastronómica, la línea de negocio hasta la cantidad de personal. Hoy en día, el restaurante cuenta con una zona de juegos para niños y áreas especiales para reservas de cumpleaños, matrimonios, showers, etc.

Choritos a la chalaca, trilogía de tiraditos criollo, arequipeño y clásico, chaufa de mariscos compiten contra el asado de puré, frejol con seco, carapulcra con tallarín rojo, arroz con pato. Este último es conocido por todos los nasqueños por ser la especialidad de la casa, preparado únicamente los fines de semana.

Del sur, de Marcona, traen la pesca del día hasta las mesas de Limón y Sazón. Aquí se preocupan por los detalles: por el fileteo, por la última pizca de sal, por el dorado perfecto del pescado. Cabrilla, chita, lenguado. Familias enteras llegan diariamente ansiosos por descubrir la gastronomía nasqueña.