La costa de Ilo, en Moquegua es una alternativa para escapar a las rutas playeras tradicionales. Tómalas en cuenta para tus próximas travesías.
En Ilo se encontrará rodeado de barcos y botes. También oirá el chillido de las gaviotas como soneto de fondo. Eso ocurrirá ni bien llegue a la ciudad, porque a cinco minutos del aeropuerto está el Pozo de Lizas, una playa que conoció del desembarco de piratas y corsarios, pero eso era antes. Ahora es cotizada por sus aguas mansas y sus restaurantes que se nutren con frutos marinos frescos, como el lenguado, la corvina y diversidad de mariscos.
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Al mediodía, el sol se posa en el mar, creando estelas y discos dorados, no solo en Pozo de Lizas sino también en el Puerto Inglés (a dos kilómetros del sur de Ilo), donde las aguas -debido a su tranquilidad- toman la función de piscina. A veces esa calma es interrumpida con los clavados de los más aventureros, como si quisieran rememorar las picantes épocas coloniales en la que los piratas se posaban en estos lares.
En verano, comenta el guía, los peces prefieren las profundidades, lo cual no frena a las gaviotas que siempre están atentas, con la dedicación que solo tienen los cazadores de raza. Pero en invierno los peces emergen con mayor frecuencia, lo cual es aprovechado por los pescadores para llenar sus redes.
En Ilo, la pesca deportiva es un ejercicio que se practica con frecuencia. Esta actividad se realiza en el Muelle Artesanal, donde es posible realizar recorridos en bote por cinco soles. La travesía se prolonga por más de media hora, apreciando barcos, lanchas, y a las gaviotas que entran y salen de las aguas, algunas con una presa en sus picos.
Si fuésemos piratas o pescadores, entenderíamos a esas aves y la frescura de su banquete. Dicen que el mejor cebiche es el que se come minutos después de la captura, con un poco de sal y limón. Los valientes que zarparon en busca de la mítica Moby Dick, no conocían mayor placer que arranchar pedazos de carne de las ballenas que atrapaban, para comérselos al instante, luego de quitarles su aceite.
Pero como no somos balleneros ni piratas, nos contentaremos con el sabor de imaginar que por estas aguas navegaron aquellos personajes, quienes, tal vez, veían a estas mismas gaviotas. Al final, todos saldremos con ganas de conocer otras playas, de dirigirnos por mar o por la arena hacia otros rincones costeros de Ilo.
En rumbo
La ruta: Desde Lima por vía terrestre
Tiempo: 21 horas. Por vía aérea hasta el aeropuerto de Lima. También se puede volar hacia Arequipa o Moquegua.
Buen sabor: en Nautik, urbanización Túpac Amaru Mz. A, lote 23B, Ilo. T. 926 599 923.
Escapada: Si está en Ilo aproveche para conocer Moquegua, la capital regional los espera con su arquitectura antigua y su ruta pisquera. Hay colectivos y buses todos los días.
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