En el corazón de Loreto, frente al rio Marañón, palpita la Reserva Nacional Pacaya Samiria, en cuyos frondosos rincones 527 especies de aves respiran libertad.
Por Ivan Vicente
Bendito seas Iquitos que desde el cielo las copas de tus árboles son como nubes rebosantes que se pierden en el horizonte selvático, inhóspito e inquieto, pero, a pesar de esas condiciones, es posible conocer una porción de tu paraíso donde la fauna se protege de la lluvia, el sol y la caza indiscriminada.
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Flanqueada por las corrientes de los ríos Marañón y Ucayali y vigilada por comunidades y guardaparques, se encuentra la Reserva Nacional Pacaya Samiria (distrito de Nauta, Loreto), la segunda área protegida más grande del Perú. Ahí vive el delfín rosado y gris. Una leyenda amazónica cuenta que en días de fiesta toma forma humana para raptar bellas jóvenes y desaparecerlas.
Entre esa desgracia legendaria, aparece la verosímil historia del saki cabelludo o mono cola de plumero, cazado para tal inhumano uso hasta su casi extinción, aunque en este refugio natural se prolonga su existencia. Un matiz de esperanza entre el trino de las aves en los primeros albores del sol y de su gorjeo cuando abriga la luna y las estrellas.
Son 527 especies de aves de exquisito color y costumbres peculiares. Como la única ave con nombre y apellido: Víctor Díaz (Pitangus sulphuratus), bautizada así por el sonido de su canto. El cotinga (Cotinga maynana), que pocas veces emite un silbido y encontrarla requiere de horas de paciencia. El paucar bocholocho (Psarocolius angustifrons) que construye nidos colgantes que retan la gravedad.
También el paucar hablador que imita hasta 25 voces haciendo difícil ubicarlo, y las bandadas de piwichos, capaces de camuflarse entre las hojas de los aguajales. Una compleja variedad que convive entre 256 tipos de peces y 69 de reptiles, en un espacio con 1025 especies vegetales, además de pequeños y extraños insectos con función en matiné, vermouth y noche: fiesta para entomólogos.
Y en esas mismas horas, cuando la nocturna naturaleza despierta, el firmamento prende infinitos destellos. Los ríos Pacaya, Samiria y Yanayacu se convierten en finas láminas plateadas y las sombras, el viento y los árboles juegan: es el momento del chullachaki, protector de la selva que se encarga de aquellos que atentan contra su tranquilidad. No te confíes, él llegará como amigo para que lo sigas por sinuosos caminos y no vuelvas a salir nunca más de la selva.
En rumbo:
Ruta: Vuelos diarios desde Lima. Tiempo: 1 h : 55 min.
Planifique: ¿Y tú, qué planes?
Clima: Temperatura máxima 38° centígrados y mínimas de 21° centígrados.
Qué llevar: Repelente, sombrero, bloqueador, lentes de sol y ropa de baño.
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