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Destinos Largos

Por qué Junín es un destino insuperable para escapar en Fiestas Patrias

En Junín encontraremos atractivos naturales como la imponente catarata de Tsyapo. Foto: Provincia de Satipo / Henry Gines

Ostenta en su geografía los más impresionantes paisajes de la selva y sierra peruana, goza de una presuntuosa sazón amazónica y, además de atesorar una cultura viva, se jacta de poseer la fiesta más larga del país. ¿Qué no tiene Junín

El feriado largo por  Fiestas Patrias está a la vuelta de la esquina y, como siempre, el tiempo y el presupuesto para disfrutarlo al máximo nos quedan cortos. Entonces, surgen las complicaciones por dónde empezar. “Tal vez Junín”, mencionarás con cierta duda. Suele pasar, porque cuando se piensa en esta región vienen a la mente imágenes del Valle del Mantaro. Pero siempre hay más en la “tierra de la alegría”. La forma de descubrirlo es en estas festividades.

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Y así, terminarás por apuntar tus andanzas hacia ese valle montañoso donde la vida se disfruta mejor. Elegiste bien. La mejor opción si lo que buscas es relajarte y divertirte, al mismo tiempo, cerca de la capital. Entre el calor y el frío, irás descubriendo los encantos de varias rutas turísticas que se van tejiendo de la selva a los nevados.

Durante el recorrido a la laguna de Tuctuca (Satipo), se puede apreciar un mágico cambio del calor al frío. Foto: Difusión

 Junín será la segunda región en recibir más turistas durante este feriado patrio y no es que lo haya pronosticado el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, las razones parten desde antes de que se pone un pie en esta región.

Porque posee una geografía impresionante que quita el aliento

Con decirte que para llegar a este deseado destino desde Lima, tienes que atravesar un espectacular ascenso a través de la Carretera Central, la cual te llevará desde el borde del Pacífico hasta empinadas cumbres, siendo un viaje lleno de contrastes que continúa con un vertiginoso descenso hasta abrirse en un amplio Valle del Mantaro que poco a poco te acercará hacia otros desvíos.

Es, también, en este circuito donde evidenciarás que nuestro país, más allá de los escándalos políticos, seguirá siendo grande y hermoso. Eso lo comprobarás descubriendo Chanchamayo, desde San Ramón la “Puerta de Oro de la Selva Central”. En este paraje se esconde más de un atractivo que resulta refrescantemente natural.

Deporte y aventura a solo cinco minutos de la plaza principal de La Merced, en Chanchamayo (Junín). Foto: Marquiño Neyra

Ahí tienes a la catarata Boca Tigre y sus diez cascadas, en el que lejos de apaciguar el calor de la selva con sus caídas de agua, es una ocasión especial para adentrarse a la selva central mediante una ruta zigzagueante que se eleva desde la Marginal (así se le conoce a la Carretera Central) hasta un mirador natural que tiene como telón de fondo el majestuoso valle del río Perené.

Pero eso no es todo, además de las famosas cataratas el Tirol, Bayoz, Velo de la Novia y la ruta Indiana Jones, tienes el libre albedrío de visitar el enigmático Santuario de Pampa Hermosa (San Ramón), el cual alberga el único bosque de cedro de altura del Perú. Está demás decirte que tu travesía será inolvidable en medio de un follaje coloreado por decenas de elegantes gallitos de las rocas.

Eso sí, aquella conexión ecológica no solo está en Chanchamayo. También se siente y vive el corazón de la selva central. Hablamos de Satipo, tierra de asháninkas y frondosos ecosistemas. Allí encontrará ese recorrido exuberante llamada “ruta de las Ecorregiones”, una vía alterna que te conducirá hasta el pico más elevado de la provincia (4.876 m.s.n.m.), un poco más alto que Ticlio.

Además, tendrás la oportunidad de enrumbar tus pasos hacia otros encantadores lugares como la Piscina Natural de Betania o el Tobogán de Meretari.

Relajación y diversión en el tobogán natural de Meretari (Satipo). Foto: Difusión

Pero si prefiere cambiar lo frío por lo cálido, entonces el Valle de Mantaro es lo tuyo. Nos referimos a un destino de paisajes puros e inspiradores montañas que encantan a propios y extraños. Entre estos parajes destacan las formaciones geológicas de Torre Torre. En ella experimentará la majestuosidad de su colosal estructura al pasear cerca de sus pies en su visita por la ciudad de Huancayo.

Más no será suficiente para quedarse maravillado de Junín, pues el máximo placer lo vivirá al desafiar la altura y el frío que se imponen por encima de los 4.000 m.s.n.m. para, luego, tener como recompensa un encuentro casi cercano con el nevado de Huaytapallana, el “apu huanca”.

Porque es una región con buen diente

Si los frondosos paisajes de Junín atrajeron tu atención, la exquisita cocina que se maneja esta región te dejará más de deslumbrado. Y es que para comenzar, no se puede dejar de hablar de Chanchamayo,  la ‘Capital Cafetalera del Perú’, sin antes mencionar la explosión de sabores que nos genera en el paladar al degustar la doncella en todas sus presentaciones: a la plancha, doradito en aceite, picantito en ceviche o al natural, con sus infaltables yucas fritas, tequeños o plátanos sancochados.

La sleva central sorprende los paladares con sus infaltables yuquitas y plátanos fritos. Foto: Municipio de Pichanaqui / Henry Gines

La presuntuosa carta de la selva central está enfocada a engreír a los foodies (viajeros de buen diente) y rendir ante su fogón a sibaritas y a todos aquellos que aprecien la cultural local.

¡Para chuparse los dedos!, será la expresión que repetirás al seguir probando su gastronomía que comprende, además de sus exóticos platos, una serie de exóticos tragos que deja atónico a más de un viajero debido a los nombre irreverentes con los que se bautiza a cada licor.

Eso sí, su mayor pecado será no haber probado la pachamanca que siempre sabrá mejor en la tierra que en la olla. Y mejor todavía si es en los dominios del Valle de Mantaro, una geografía ideal donde los alimentos era cocidos de la misma forma que lo hacían nuestros antepasados: en tierra seca y poco pedregosa. Un rito gastronómico que era acompañado fielmente por todo tipo de carne, habas y las infaltables papas. Y ni que hablar de la trucha. ¡Uff! Las razones sobran. Mejor continuemos.

Por sus numerosas oportunidades de ponerte en contacto con la Cultura viva

Tampoco ande buscando destinos que le acerquen a varias culturas ancestrales del Perú profundo. Chanchamayo y Satipo nos abre esa cortina hacia encuentros vivenciales con una de las etnias más numerosas de la amazonía peruana: los asháninkas.

Pachamanca, el sabor ancestral de los incas también se disfruta mejor en el Valle del Mantaro. Foto: La República

Pero no se confunda, no apuntamos a las comunidades nativas como si fueses zoológicos, no. El encuentro cultural es una invitación a aprender más sobre la armoniosa convivencia del hombre con la naturaleza, la cual se siguen manteniendo entre los guardines del medioambiente. Durante su bienvenida por algunos de estos centros poblados, no olvide brindar alegremente con buen masato y participar en sus costumbres al ritmo de las danzas.

La cultura andina del Valle de Mantaro es otra expresión del arte en nuestro país que consigue cada vez más adeptos. Y que mejor manera que verla en todo su esplendor que a través de los antes burilados. Son en las comunidades de Cochas Chico y Cochas Grande, donde se elaboran estas artesanías que consiste en encarnar las vivencias del valle sobre la piel de las calabazas. La vida andina nunca antes mejor dibujada.

Porque aqui hay más fiestas que días del año 

Dicen que Junín es tierra de la alegría. Y por qué no, también, tierra fiestera, pues en ella se celebra la «fiesta más larga del Perú»: el homenaje al Señor de Muruhuay. Y créanos que cuando hablamos de la más larga no hablamos de tres días ni una semana, porque además de que la festividad religiosa se expande a lo largo y ancho de Junín; se baila entre chonguinadas todo el mes de mayo y, en algunos casos, se porlonga hasta el mes de junio y hasta los siguientes meses. Asi que cuando caiga por allí quizás se siga festejando. 

El Santiago el 23 de julio y se celebra en todo el Valle del Mantaro. Foto: Andina

Y eso que no es la única celebración popular, pues al culminar todo el Valle de Mantaro se prepara para recibir la gran fiesta tradicional del Santiago, que entre zapateos y saxos empezará a vivirse desde la última semana de julio y todo agosto. Es en esos días en que Huancayo  recobra su identidad wanka una vez al año a través de una festividad para que el ganado goce de buena salud.

En Rumbo

Viaje: De Lima a La Merced: 8 horas. Distancia: 319 kilómetros. Vía: Carretera Central.

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