Un equipo periodístico de Rumbos del Perú, recorrió uno de los ejes turísticos principales de la región San Martín. Una propuesta viajera que integra a Tarapoto, Lamas, El Sauce y Chazuta. Durante su travesía, cosecharon historias y relatos de personajes, cuyas visiones y quehaceres se entrelazan en esta crónica que va más allá del pródigo verdor de la selva.
Por Rolly Valdivia
Más allá del verdor y del alado frenesí de los colibrís. Más allá de la frescura de una catarata bañada por la leyenda y de la travesía exploratoria por un cauce adormecido. Más allá de la contemplación de un río borroneado por la niebla y de una laguna cuyo nombre evoca al azul del horizonte. Más allá del sol sofocante y de las lluvias inciertas. Más allá de eso. Más allá de todo lo esperado.
Sí, más allá de las estampas clásicas de la selva -el bosque, la biodiversidad, los torrentes todopoderosos- de las promesas de que el paraíso existe y está aquí, en las provincias y distritos de la región San Martín, de las recomendaciones persistentes de visitar Ahuashiyacu y El Sauce, de probar los juanes, los chocolates, los traguitos de nombres atrevidos que sanan, que alegran, que te activan.
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Más allá y, a la vez, entre las faldas montañosas y la sinuosa geografía de los rumbos amazónicos -que jamás decepcionan, que siempre son una aventura- se descubren tradiciones y costumbres resguardadas desde hace siglos por hombres y mujeres que moldean la tierra, que hablan en quechua, que curan sus males con raíces y plantas, que se entienden con la madre tierra y festejan a Santa Rosita.
Lamas, la provincia, la capital folclórica de San Martín, la ciudad de los Tres Pisos, como la llamara el sabio Antonio Raimondi por su superficie escalonada, es el hogar de la artesana Guillermina Tapullima, del orgulloso Rubén Sangama, chacarero y artesano que lucha por mantener su cultura, del reflexivo Adolfo Sangama que hace magia con las hebras de un telar, y, mucho tiempo atrás, el refugio salvador de los guerreros chankas.
Ellos, al ser derrotados por los incas, cruzaron la cordillera para salvar sus vidas. Lo lograron. No fue fácil adaptarse a la topografía y el clima de la selva alta. Eso es lo que se dice, se escucha, se cuenta en la comunidad; pero no es lo que se lee en la Base de Datos de Pueblos Indígenas u Originarios del Ministerio de Cultura, donde se sustenta y argumenta otro origen de los ‘kichwa lamistas o de Lamas’.
“El pueblo kichwa se encuentra compuesto por aquellos descendientes de pueblos indígenas amazónicos que fueron ‘quechuizados’ por misioneros, desde el siglo XVI. La lengua quechua se implantó sobre diversos pueblos, ocasionando la desaparición de muchas lenguas originarias…”; entonces, ¿de donde provienen los lamistas? Dudas y versiones encontradas. No importa. Lo que importa es que están aquí, a 30 minutos de Tarapoto, luchando por mantener sus costumbres y tradiciones.
De artistas y chamanes
No son los únicos. En Chazuta, donde el río Huallaga se deja navegar para conocer la cascada termal de Achinamisa y el Pongo Isla (límite natural entre la selva alta y baja), las artesanas, los maestros ayahuaqueros y varias mujeres emprendedoras, mantienen su estrecha relación con la tierra y el bosque para crear, sanar, promover su identidad y elaborar diversos productos con raíces, semillas y frutos.
Eso es lo que hacen las alfareras de la Asociación de Ceramistas y Varones en el Museo Wasichay, también Consolación Ríos que aprendió los secretos de decorar con flores y montañas las vasijas y tinajas originarias de su pueblo que, desde julio de 2012, son consideradas Patrimonio Cultura de la Nación. “Aquí todo es natural, desde la tierra hasta el pincel que lo hacemos con pelos”, dice ella, antes de aclarar que debe ser un cabello liso.
Su afirmación deja en el desconsuelo al autor de esta nota, bien dispuesto a donar parte de su melena en favor de la resistencia cultural amazónica, esa que se revela, además, en las piezas escultóricas de Joicy V. Bartra, quien se animó a crear una galería de arte para que el “pueblo no olvide sus raíces”. Sus obras -afirma- representan el universo, la cosmovisión y las vivencias de Chazuta.
“A mí, la madera me invita a soñar”, confiesa la artista. Sueños inspirados, sueños amazónicos, sueños y visiones que sanan, como las de Heriberto y Aquilino Chajundama, chamanes, curanderos, maestros de la ayahuasca que encuentran entre en la espesura, los remedios para distintos males. “La planta maestra -en referencia a la ayahuasca- te ayuda permanentemente. Ella te avisa que va a llegar una persona con tal enfermedad y te dice la vas a curar con tal planta”.
¿Y funciona?… Aquilino no se inmuta. Es como si esperara esa pregunta -¿le habrá avisado la ayahusaca?. “Acá -señala el verdor que lo rodea- está toda la sabiduría. Un médico no alcanza el conocimiento que tiene un nativo”, lo dice en un tono de verdad milenaria e indiscutible, un tono que convence e inspira, un tono que te hace pensar que tal vez sea el momento de probar y experimentar.
¿Con Aquilino o con Heriberto?… Imaginas la noche, los ícaros propiciatorios (cantos), el olor y el humo del tabaco, la toma de la planta maestra, la inmersión en los caminos de tu conciencia, siendo guiado, protegido por aquellos sabios que lo aprendieron todo de sus “tatarabuelos que escaparon de la sierra central. Ellos eran chankas y pokras. Salieron de Ayacucho y llegaron a la banda del Shilcayo. Allí los maltrataron y volvieron a partir. Y aquí estamos”, cuenta su pasado Aquilino.
Una historia más allá del verdor del Área de Conservación Cerro Escalera, con sus emprendimientos ecológicos para preservar la naturaleza y la legendaria catarata de Ahuashiyacu, uno de los principales atractivos turísticos de la región. Una experiencia que se evoca en la paradisíaca laguna Azul, en El Sauce, donde reina la quietud y el sosiego. Un recuerdo más, de los muchos que se graban para siempre en la memoria de los viajeros que recorren San Martín.
Y es que eso es lo que ocurre cuando los rumbos te conducen más allá de las estampas clásicas de la selva montañosa.
En Rumbo
La travesía: Tarapoto, Lamas, Chazuta y El Sauce
Distancias:
De Tarapoto a Lamas: 20 kilómetros
Ahuashiyacu: 14 kilómetros
Laguna Azul (El Sauce): 54 kilómetros
Chazuta: 48 kilómetros.
Punto de partida: Tarapoto, fundada el 20 de agosto de 1782, es la ciudad más poblada de la región San Martín. Inquieta y calurosa, resalta por su movimiento nocturno, su propuesta gastronómica y sus servicios hoteleros.
Tres pisos: Son los que tiene Lamas. El primero es habitado por los nativos, el segundo por los mestizos, y el tercero es una atalaya o mirador.
Celebración: En El Wayku se celebra a Santa Rosa de Lima. Visitar la comunidad a finales de agosto es una buena opción para conocer la cultura de este pueblo.
Acceso: Por Viva Air todos los días vuelos directo Lima-Tarapoto. Desde esta ciudad, por vía terrestre a los todos los lugares visitados por Rumbos, excepto la catarata termal de Achinamisa y Pongo Isla (se llega por el río Huallaga).
Al natural: La catarata de Ahuashiyacu tiene tres caídas, con una altura máxima de 35 metros. La leyenda cuenta que un brujo transformó a una hermosa mujer en agua, por orden de su padre quien tenía temor a perderla. Hay otras versiones respecto a este rincón del bosque. Se encuentra en la ACR Cordillera Escalera.
En el ACR Cordillera Escalera predomina el bosque nuboso, siendo una zona generadora de agua, además del hábitat de una gran diversidad de especies.
Dónde dormir
En Tarapoto:
Hotel Cielo: jirón San Martín 334. T. (5142) 521012. Correo: ventasyreservas@hotelcielo.net
En Chazuta:
Centro Cultural Joicy V. Bartra: avenida Chazuta cuadra 9 s/n. T. (51) 993 997212. Facebook: Centroculturaljoicyvbartra
En Laguna Azul:
Sumaj Lagoon Lodge: es el primer proyecto hotelero sostenible en el Perú, porque utiliza tecnología led, paneles solares y sustituye el aire acondicionado por un sistema de circulación y renovación de aire en las habitaciones.
+Info: http://vivesumaj.com/tag/lagoon-lodge/
Dónde comer
En Tarapoto:
Café d’ Mundo, trattoría-pizzería a la leña: jirón Alegría Arias de Morey 157. T. (51 42) 524918
Amazónica: jirón Miguel Grau 414. T. (51) 993 297129
Natural, restaurante amazónico: el chef Dennys Yupanqui ofrece una propuesta innovadora en el jirón Lamas 162. Correo: naturalrestaurantetarapoto@gmail.com
Don Betoo Tratoria: jirón Lamas 132.
En Lamas:
Wayku, comida amazónica: jirón Los Chancas cuadra 5, El Mirador. T. (51) 924 987092
La agencia: Viaje seguro con Tierra Verde Tours, jirón Ramírez Hurtado 621, Tarapoto.
Teléfono: (51) 9726 54943. Correo: reservas@tourstierraverde.com
Agradecimientos:
Gobierno Regional San Martín
Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo San Martín
Municipalidad Provincial de Lamas
Municipalidad Provincial de San Martín
Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp)
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