En Oxapampa, Pasco, hay un distrito que es una mixtura entre lo europeo y lo peruano. Su nombre: Pozuzo, un paraíso en el bosque selvático.
Pozuzo parece una pintura al óleo hecho por un artista errante que tiene algo de todas las razas. Es un lugar que aún no está contaminado por los excesos tecnológicos o los malos modales. No existe la cultura combi ni la polución limeña. Razones por la que su nombre podría aparecer en el Diccionario de la Lengua Española, como una de las acepciones de paraíso.
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Este distrito de la provincia de Oxapampa (Pasco) alberga alrededor de 2 500 personas, entre descendientes de los colonos europeos, los mestizos y los amazónicos. Encontramos una comunión donde están todos los tonos de piel, sin distinciones.
Al recorrer Pozuzo lo primero que resaltan son las casas de madera. Sus puertas tienen chapas simples, de esas que pueden abrirse fácilmente con patas de cabra. Sus ventanas no tienen rejas ni fierros entrecruzados y los jardines tienen únicamente verjas rústicas, como las de Las aventuras de Tom Sawyer.
Los jardines pozucinos son pequeñas huertas con variados cultivos y animales menores (cuyes, conejos, gallinas), una muestra de las principales actividades económicas del distrito: la ganadería y la agricultura.
La historia detrás de pozuzo
Pozuzo significa pozas de sal en lengua yanesha, un pueblo originario de las selvas de Huánuco, Junín y Pasco. En este lugar paradisíaco un arco recibe a los visitantes. Al lado derecho flamean las banderas de Alemania y Austria, mientras la bandera peruana y la del distrito (roja, el color común en los emblemas de los tres países; blanca por la paz, y verde por el bosque) bailotean al ritmo del viento en la astas del lado izquierdo.
En 1859, luego de la independencia del Perú y antes de las sangrientas guerras mundiales, unos 200 tiroleses (austriacos) y 100 prusianos (alemanes), dejaron sus tierras con el firme propósito de conquistar la misteriosa selva peruana y crear un pueblo en medio del follaje. Su travesía fue promovida por el mariscal Ramón Castilla, quien tenía la idea de poblar la amazonía peruana con colonos europeos.
Daukarl Rivera, guía turístico e ingeniero ambiental oxapampeño, revela que según la mentalidad de hace más de 150 años, Europa era el centro del mundo. “Si hubiesen llegado los 2000 austriacos y alemanes que el Gobierno tenía pensado traer, seríamos como Argentina”, analiza Rivera. Debido a la falta de organización y los senderos que aún no permitían el paso a Pozuzo, no se pudo concretar por completo la operación, como si fuese un reflejo de lo que pasa hasta hoy en el Perú.
Con el paso del tiempo, los pobladores de las zonas cercanas a Pozuzo empezaron a llegar a este distrito. “Luego de los europeos, vinieron personas de los alrededores. Ahora todos nos conocemos, todos somos familiares. Entre todos nos decimos tíos o primos”, revela Hilda Odila Egg, peruana descendiente de uno de los primeros pobladores austro-alemanes de la zona y dueña del restaurante El Típico Pozucino.
La bebida pozucina
El tufillo alemán está vivo en todos los rincones. Las innovadoras cervezas artesanales de coca y limón que produce la cervecería Dörcher (que significa ‘felicidad’, según Dieter, su trabajador de origen austro-alemán) son distribuidas en Lima y Villa Rica (distrito de Pasco).
Esta bebida, como ocurre en Alemania, es su elixir más preciado, presente en todas las fiestas y celebraciones. Es tanto su apego que en las discotecas solo venden cerveza.
Pozuzo no es una localidad meramente peruana, lo sabemos. Es un híbrido que adopta las mejores virtudes de tres países, donde el folclore se mezcla y el sol chorrea sus rayos sin discriminar, como si estuviésemos en Austria, Alemania o Perú.
En Rumbo
Ruta: Desde Lima en bus hasta Oxapampa (Pasco). En la capital provincial hay servicio público diaria a Pozuzo. Tiempo: 2h:40m.
Viaje: Planifique su travesía con www.ytuqueplanes.com.
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