La ciudad de Chachapoyas desempolva las polleras y los trajes de chante, se calza los llanques, se ajusta las shacapas y remilga los pantalones, templa los violines y tinyas y se dispone a celebrar su diversidad en una suerte de carnaval a destiempo. De obligado disfrute.
¿Qué espacio puede ocupar la tradición y folclor de un pueblo? A veces, el tamaño de un camión. Así que el primer viernes y sábado de junio por la noche, una hilera de camiones invade la Plaza de Armas de la ciudad de Chachapoyas. En su interior se transporta la colorida alma de los amazonenses proveniente de todos los rincones de la región.
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Y ya sea porque Túpac Yupanqui – en su terca carrera por conquistar a los chachapoyas y expandir el imperio Inca – decidió organizar las fiestas del Inti Raymi, fuera de Cusco y en estas alturas amazónicas; o porque estos andes montañosos fueron escenario de la gesta emancipadora en el nororiente peruano; las próximas 168 horas, la vida aquí tendrá mil pretextos para dedicarse al júbilo, pero también a descubrir la exuberancia del paisaje de una selva que promete.
Anota bien que la estancia por estos lares durante esta fiesta, girará en torno a los camiones, la plaza, el baile en la calle, las danzas tradicionales, la gastronomía local, y una variada programación de actividades que no dan tregua e impiden el paso del aburrimiento.
Bailar, beber , comer
Nos encanta escuchar los compases que producen los chasquidos de las sachacapas, cuando a manera de síncopa, los danzantes baten las plantas de los pies contra el suelo. Colgadas de las pantorrillas de hombres y mujeres, cientos de esos cascabeles emiten sonidos que al unísono, pueblan toda la plaza principal y producen esa sinfonía amazónica tan característica que le da vida a esta parada popular.
Las voces en español, en quechua o en awajun se hacen escuchar y son parte del espectáculo desplegado en esta plaza. Durante el pasacalle es posible observar las coloridas comparsas que conforman los pobladores de La Jalca, Chota, Tingo, Leymebamba, Luya, Lámud, Levanto, Condorcanqui, Bagua, Cheto, Colcamar, Imaza, Duraznopampa, Magdalena, María, Molinopampa, Pomacochas, Soloco, Santo Tomás, Huancas, Chachapoyas, Rodríguez de Mendoza, Omia, Shipasbamba, entre otros caseríos, centros poblados, anexos, distritos de las 7 provincias de la región, enfundados en sus trajes típicos y sincronizados en sus pasos de baile. Un espectáculo.
Pasado ese embeleso, hay que dirigir nuetros pasos a la otra celebración que se festeja en los barrios más tradicionales: Toribio Rodríguez de Mendoza, Pedro Castro Alva, Señor de los Milagros y disfrutar de la comida y bebida. Confundirse entre la algarabía del baile local y ¿porque no? ensayar unos pasitos con Los Cuervos de Rioja y los Alegres de Bambamarca, dos clásicos ‘pachangosos’ de la música andina –amazónica, local.
Ahora bien, también nos gustan saltar al ritmo que nos marque el cuerpo y desgañitarnos cantando a todo pulmón. Para eso el Festival Radioctiva será el protagonista de la noche del primer sábado. Sobresale una banda de antaño: el Grupo Río, un clásico ochentero que reunirá a mas de uno. También un tributo ochentero a la banda argentina Soda Estéreo y lo nuevo viene con dos buenas bandas locales de artillería pesada 5ta Cuerda y Flagelo. ¿Dónde? En el Montes Country Club. 9 pm. Este fin de semana que se viene oscilaremos entre lo uno y lo otro con simples cambios de escenario o alguno que otro paso de baile.
Para no perdernos solo entre la danza y la música, se ha organizado el 1er Chasquitón que partirá de la famosa Fortaleza de Kuelap, el rally de autos “Chacha Dakar”, un evento que tienta a promocionar los caminos de la región para los motorizados, una presentación de Caballos de Paso de Perú, Ecuador y Colombia y la cabalgata “Por los caminos de la fe y la ruta de la sal”, el festival Nina Raymi, el Ritual del Purumacho, la escenificación de la Batalla de Higos Urcos, (sí, esa por la que se celebra esta fiesta) y otros tantos etcéteras que se abrirán paso en tu visita a esta semana turística amazonense.
Un punto aparte es la gastronomía local y sus extraños nombres que todas maneras hay que probar en el Festival Gastronómico “Micuna Raymi” en el parque Belén, el sábado 10 de junio: aquí puedes encontrar potajes como shipasmute, el purtumute, el cuy con papas, los panes chachapoyanos, la cecina, los dulces de sauco y alguna otra fruta exótica, además de otros deliciosos platos típicos y oriundos.
Más allá del Raymillacta
Si ya estamos aquí, la belleza escénica del departamento de Amazonas merece ser recorrida. Que tal vencer la fatiga de todo lo bailado y el calor amazónico con la visión de Gocta y Yumbilla, dos de las cataratas más altas del mundo. Para llegar hay que armarse de valor, paciencia, y un par de mulas. La recompensa a tanto esfuerzo es más que justa. Para complementar esos días de retiro hay que instalarse, si es posible, en el Gocta Lodge .
El pretexto por el que hemos llegado hasta aquí, bailado y dejado la garganta en clausura por nockaut la noche anterior, está ahora a veinte minutos de distancia. Desde el teleférico, el transporte a la zona arqueológica de la Fortaleza de Kuelap es de 20 minutos, en los que se puede observar el cautivante paisaje amazónico desde 670 metros de altura. Quita el aliento la inmensidad amazónica vista desde la telecabina, sin embargo no deja de tener su encanto los 90 minutos de caminata en trocha que se hacia para llegar hasta el enclave militar de los también llamados hombres de las nubes.
La vista panorámica al valle del Huaylla Belén es uno los más bellos escenarios que se puede contemplar luego de tanta exigencia. Antes de llegar a Kuelap lo más interesante puede ser la caminata hacia el abra de Yumal y al ACP Huiquilla. Huiquilla es un gran proyecto de conservación y desarrollo, con paisajes que incluyen bosques y restos arqueológicos, ideal para acampar y observar aves y naturaleza propia de la zona.
Si eres de aquellos que les gusta explorar y caminar por lugares poco conocidos, no hay que perder de vista el sitio arqueológico del Gran Vilaya, una ciudadela todavía fuera del circuito turístico común y ubicada en medio del bosque nublado, en las alturas del valle del río Utcubamba.
Para ir tras los pasos de estos habitantes de las nubes es obligatoria entonces la visita a Los Mausoleos de Revash, los Sarcófagos de Karajía y el Cañón del Sonche. O visitar las oquedades de la tierra en las cuevas de Quiocta donde estalagmitas forman una arquitectura intrigante.
Pero al final de toda esta fiesta no se vaya de Amazonas sin obtener una postal desde el Mirador de Luya, escuchar uno de los albazos al despuntar la mañana, fisgar en la pasarela a las bellezas regionales en el certamen Señorita Amazonas, caminar por las calles estrechas y con casas pintadas todas de blanco y visitar su mercado local para comprar alguna curiosidad. O despedir a los camiones que retornan con todo su colorido interior hasta la próxima edición.
Visita Amazonas al estilo de Rumbos Viajes
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