Por Daniela / Warmifonías
Cuando llegamos se estaba bañando. Su cabello era negro oscuro, casi sin canas a pesar de sus 70 años.
No le vi parar un segundo. Se hizo un par de trenzas, sacó los terneros, ordeñó, cernió la leche, fue a ver qué se preparaba en la cocina. Todo esto en silencio y con tanta ligereza que parecía que levitaba.
De su mamá y sus abuelos, Victoria aprendió a amasar queso y a cosechar papas en el páramo.
En la zona de Condorcocha, camino a Vilcashuaman, departamento de Ayacucho, casi todos producen leche y saben amasar su queso. Es por eso que impresiona ver levantarse una planta de quesos especiales pasteurizados, ver cajas diseñadas con cuidado para papas andinas de colores y ver expuestas mermeladas y néctar de mashua, un tipo de tubérculo al que no estamos acostumbradas. De ella nacen estos proyectos que están a cargo de sus hijos.
Probamos todo: cuatro tipos de queso, la mermelada, el néctar, las papas… ¡Sabían increíble!
Los quesos viajan a Lima por pedido y las papas se envían a los mejores chefs en Dubai. También se realiza entregas en Ayacucho para quien lo pide. No podemos creer que estemos en la cuna de estas delicias.
Su hija Marleni, quién se encarga de la distribución de los quesos, mientras nos acompañaba, traducía el quechua de su mamá. Edilberto a quien no pudimos conocer, es el embajador de las papas de colores.
Volvimos a Ayacucho a las seis de la tarde, impresionadas de todo lo que se gesta con calma, en silencio y sin pretensiones. Acabamos el día levitando, igual que Victoria.
Si quieren conocer o probar estás delicias estos son los contactos de Marleni y Edilberto
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