Comer pescado no es pecado, especialmente en la Semana Santa. Así que para evitar penitencias innecesarias en el feriado largo, siga estos consejos que le ayudarán a escoger los mejores frutos del mar.
La conmemoración de la vida, pasión y muerte de Jesucristo es recordada con fe por millones de católicos en todo el mundo. En el Perú gastronómico, la Semana Santa es sinónimo de ceviche, parihuela, arroz con mariscos y pescadito frito.
MÁS RUMBOS: San Jerónimo River Lodge: un refugio para la Semana Santa en Lunahuaná
Pero para que todo acaba en un buen provecho, es necesario que usted tenga en cuenta los consejos de D’Janira Páucar, nutricionista del Programa Nacional A Comer Pescado del Ministerio de la Producción. Si lo hace, se librará de vivir un inesperaro calvario.
El primer paso, según la especialista, es mirar fijamente los ojos de ese bonito, jurel o caballa que se exhibe provocativo en el puesto de su caserito. No se confunda, esa mirada no es el inicio de un romance o idilio gastronómico. Nada de eso. Lo que usted tiene que hacer es darse cuenta si esos ojitos brillan. Si es así, alégrese. Es una señal de frescura.
Pero no es la única. Y es que no solo hay que mirar cuando se trata de comprar pescado. También se debe tocar y hasta presionar ese cuerpo que será fileteado para nadar en una sartén. Cuando lo haga, fíjese que la carne esté firme al tacto y que, al ser presionada, vuelve de inmediato a su lugar.
Si estas pruebas no lo convencen y necesita otras señales, observe las agallas (branquias). Si las ve intensamente rojas, vuelva a sonreír, pero si son grises y amarillentas, aléjese del puesto y busque otro casero o casera.
Otras señales son el aroma del pescado (tiene que ser agradable y rememorar la frescura del mar), y la brillantes de las escamas, las cuales no deben desprenderse del cuerpo. Adicionalmente, en las mesas de exhibición de los mercados y supermercados es indispensable que haya hielo, para mantener la cadena de frío.
Más consejos
* El pescado tiene que ser la última compra del día.
* Un pescado puede durar hasta dos días en la parte baja de la refrigeradora.
* Antes de congelar el pescado retire las vísceras y escamas. Luego límpielo con un paño húmedo, córtelo en trozos y guárdelo en una bolsa de plástico o recipiente hermético.
* Los pescados azules (bonito, jurel, caballa) pueden congelarse como máximo un mes, los de carnes blancas hasta dos meses.
Añadir comentario