Refugio y punto de encuentro de los pioneros del rafting en el Perú desde hace casi 30 años, el San Jerónimo River Lodge es uno de los lugares clásicos de Lunahuaná (Cañete, Lima) por su tradición aventurera y sus aires renovados que invitan al relax y al descanso.
A menos de dos horas de Lima se encuentra San Jerónimo, uno de los anexos de Lunahuaná, un distrito turístico, un valle productivo, un rosario de bodegas galardonadas, y un río con quiebres de serpiente que es surcado por las balsas y los kayak de los aventureros.
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Y ese río, el Cañete, no es un cauce cualquiera. Es ‘achorado’ y cuando se pone bravo es capaz de llevarse un puente centenario como el Catapalla. Son cosas que suceden. Malos momentos que, con el paso del tiempo, se sumarán a las historias legendarias de ese torrente que es amado por todos aquellos que han hecho del canotaje una forma de vida o la relajante liberación de adrenalina en un fin de semana inolvidable.
Tan inolvidable como la experiencia de alojarse en un refugio que promete vis-ta-zas impactantes del río y el valle desde sus dos magníficas terrazas. Uno de los tantos detalles en un lodge con bungalós de dos niveles con capacidad para albergar a una familia entera. Prepárese para disfrutar del panorama desde la segunda planta. Es la más bonita.
Pero entre los ambientes rústicos hay pinceladas de modernidad, como el equipo de sonido con conexión vía bluetooh (también acepta USB y cedés), y la señal wifi en todas las habitaciones, para quienes no desean alejarse totalmente del mundo globalizado.
Antes de viajar, tenga en cuenta que aquí el disfrute va más allá de las visiones del valle o de aquellos selfis que despiertan envidia en Instagram. Así que prepárese para practicar canotaje, o al menos a dar sus primeras remadas, vale la pena.
No lo dude y déjese llevar por la corriente del río Cañete en el tramo que va de Paullo hasta Socsi, en la parte ancha y baja del valle. Después, anímese a volar como un ave en el circuito de zipline o a trepar su primera pared de roca. También puede cruzar el valle en cuatrimoto, a caballo, o, sencillamente, caminando. ¡Una experiencia impagable!
Ah, otro punto de interés que debe recordar: la veda de camarones culminó, así que vale la pena probar un chupe de camarones, una tortilla o unos camarones flambeados… ¡Uuuuy! Sabe a paraíso.
En Rumbo
Ruta: Por la Panamericana Sur hasta San Vicente de Cañete. En este punto debe tomar la carretera a Imperial y proseguir hasta Lunahuaná (39 kilómetros).
Luego de pasar el puente naranja del anexo de Socsi (kilómetro 30) se encuentra el sitio arqueológico de Inkahuasi (anexo Paull). Dos kilómetros después está San Jerónimo y el lodge que le permitirá disfrutar de una manera distinta de este destino cañetano.
Precauciones: Mejor cobertura en esta zona las proporcionan Bitel y Entel.
Dinero: Lleve efectivo. Lunahuaná solo cuenta con un agente BCP y otro del Interbank.
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